lunes, 22 de julio de 2013

Jesús de la Divina Misericordia


LA DEVOCIÓN

Jesús hace nuevas revelaciones a Santa Faustina, religiosa de la Congregación de las Hermanas de la caridad de la Madre de Dios de 1931 a 1938, en Polonia.
La Misión de Santa Faustina consiste en recordar una verdad de la fe, conocida desde siempre, pero olvidada, sobre el amor misericordioso de Dios al hombre y en transmitir nuevas formas de culto a la Divina Misericordia: La Imagen de Jesús Misericodioso, La Fiesta de la Misericordia, La Coronilla de la Divina Misericordia, La Hora de la Misericordia y Proclamar la Misericordia, cuya práctica ha de llevar a la renovación religiosa en el espíritu de confianza y misericordia.
La esencia del culto a la Divina Misericordia consiste en la actitud de confianza hacia Dios y la caridad hacia el prójimo. El Señor Jesús exige que sus criaturas confíen en Él (Diario, 1059) y hagan obras de misericordia: a través de sus actos, sus palabras y su oración.
"Debes mostrar misericordia al prójimo siempre y en todas partes. No puedes dejar de hacerlo, ni excusarte, ni justificarte" (Diario, 742).  
Jesús mismo se le aparece, porque desea Salvar a la humanidad pecadora por medio de la Misericordia, pues Él dice muchas veces a Santa Faustina:

“La humanidad no conseguirá la paz hasta que no se dirija con confianza a Mi misericordia. ¡Oh! Cuánto Me hiere la desconfianza del alma. Esta alma reconoce que soy santo y justo, y no cree que Yo soy la misericordia, no confía en Mi bondad”. (Diario, 300)

“Proclama que la Misericordia es el atributo más grande de Dios”. (Diario, 301)

En la vida de Santa Faustina, su confesor y director espiritual el Padre Miguel Sopocko tuvo un rol especial,  la motivó para escribir el Diario documentando así las revelaciones que ella recibía sobre la misericordia de Dios, resultó ser  un documento excepcional de la mística católica. También gracias a los esfuerzos del Padre Miguel Sopocko se pintó y transmitió al mundo la Imagen con la inscripción "Jesús, en Ti Confío", solicitada por Jesús a Santa Faustina.

Jesús le confía a Santa Faustina la difusión de la devoción a Su misericordia.

“Tú eres la secretaria de Mi misericordia; te he escogido para este cargo, en ésta y en la vida futura (Diario, 1605), (…) para que des a conocer a las almas la gran misericordia que tengo con ellas, y que las invites a confiar en el abismo de Mi misericordia”. (Diario, 1567).

“Hoy te envío a ti a toda la humanidad con Mi misericordia. No quiero castigar a la humanidad doliente, sino que deseo sanarla, abrazarla a Mi corazón misericordioso (...) Antes del día de la justicia envío el día de la misericordia”. (Diario, 1588)

La Divina Misericordia tiene, como fin principal, hacer llegar a los corazones de cada persona que Dios es Misericordioso y nos ama a todos y, cuánto más grande es el pecador, tanto más grande es el derecho que tiene a ella, por lo que ningún alma debe temer acercarse a Él.

El Papa Juan Pablo II, que muy probablemente será llamado por los historiadores “el Papa de la Misericordia”, brindó un fuerte apoyo para la difusión. Siendo entonces Cardenal de Cracovia, en 1978, fue revocada la prohibición que esta devoción sufrió por un lapso de veinte años (anunciada proféticamente por Santa Faustina en su Dario) debido a que la Santa sede, había recibido traducciones erróneas y confusas de las selecciones del Diario, las cuales no se podían verificar debido a las condiciones políticas existentes. Sin embargo, en 1965, el entonces Cardenal Karol Wojtyla (el Papa Juan Pablo II), por su esfuerzo logró que se comenzara un proceso informativo sobre la vida y virtudes de la entonces Sor María Faustina, con lo que impulsó la apertura de la Causa de beatificación en 1968. Posteriormente, en 1978, la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fé, cambió su decisión original de prohibición y la anuló. El 30 de abril del año 2000 el Papa Juan Pablo II, también de origen polaco, declaró solemnemente que Faustina es Santa.
La respuesta por parte de Sacerdotes, Obispos y laicos de todo el mundo ha sido abrumadora, y la devoción ha crecido y se ha extendido por toda la tierra. Una de las razones de este éxito, sin duda, ha sido el apoyo constante del Papa Juan Pablo II, quien en 1981 publicó la Encíclica “Dives in Misericordia” (Rico en Misericordia) en la que se refiere a Cristo como la “encarnación de la misericordia”, fuente inagotable de misericordia...

LA HORA DE LA MISERICORDIA

Jesús llamó “La Hora de la Misericordia” a las tres de la tarde, por ser la hora de Su muerte.

“A las tres, ruega por Mi misericordia, en especial para los pecadores y aunque solo sea por un brevísimo momento, sumérgete en mi pasión, especialmente en Mi abandono en el momento de Mi agonía. Esta es la hora de la gran Misericordia para el mundo entero. Te permitiré penetrar en Mi tristeza mortal. En esta hora nada le será negado al alma que lo pida por los méritos de Mi Pasión". (Diario, 1320)

“Te recuerdo hija Mía, que cuántas veces oigas el reloj dando las tres, sumérgete totalmente en Mi misericordia, adorándola y glorificándola; suplica su omnipotencia para el mundo entero y especialmente para los pobres pecadores, ya que en ese momento se abrió de par en par para cada alma. En esa hora puedes obtener todo lo que pides para ti y para los demás. En esa hora se estableció la gracia para el mundo entero: la misericordia triunfó sobre la justicia. Hija Mía, en esa hora procura rezar el Vía Crucis, en cuanto te lo permitan los deberes; y si no puedes rezar el Vía Crucis, por lo menos entra un momento en la capilla y adora en el Santísimo Sacramento a Mi Corazón que está lleno de misericordia. Y si no puedes entrar en la capilla, sumérgete en oración allí donde estés, aunque sea por un brevísimo instante. Exijo el culto a Mi misericordia de cada criatura, pero primero de ti, ya que a ti te he dado a conocer este misterio de modo más profundo” (Diario, 1572).

"Deseo que conozcas más profundamente el amor que arde en Mi Corazón por las almas y tu comprenderás esto cuando medites Mi Pasión. Apela a Mi misericordia para los pecadores, deseo su salvación. Cuando reces esta oración con corazón contrito y con fe por algún pecador, le concederé la gracia de la conversión. Esta oración es la siguiente:  Oh Sangre y Agua que brotaste del Corazón de Jesús como una Fuente de Misericordia para nosotros, en Ti confío”. (Diario, 186,187).

Expiraste, Jesús, pero la fuente de la vida brotó para las almas y el mar de misericordia se abrió para el mundo entero. Oh fuente de vida, insondable Misericordia Divina, abarca al mundo entero y derrámate sobre nosotros (Diario, 1319).


LAS PROMESAS

En revelaciones a Santa Faustina Kowalska (Polonia 1931-1938), Jesús hizo promesas extraordinarias, que quedan expresadas en el Diario de la Santa:

A quienes veneren la Imagen de la Divina Misericordia:

"Yo prometo al alma que venere esta Imagen que no perecerá. También prometo, ya aquí en la tierra, la victoria sobre los enemigos y, sobre todo, a la hora de la muerte. Yo, el Señor, la protegeré como a Mi propia Gloria” (Diario, 48)

“Por medio de esta imagen colmaré a las almas con muchas gracias, por eso que cada alma tenga acceso a ella”. (Diario, 570)

“Ofrezco a los hombres un recipiente con el que han de venir a la Fuente de la Misericordia para recoger gracias. Ese recipiente es esta imagen con la firma: “Jesús en Ti confío”. (Diario, 327)

“Estos rayos protegen a las almas de la indignación de Mi padre. Bienaventurado quien viva a la sombra de ellos, porque no le alcanzará la justa mano de Dios”. (Diario, 299)

Jesús dijo que preservaría a las ciudades y casas en las cuales se encontrase esta Imagen. (Nota: Las importantes poblaciones de Cracovia y Vilna, donde estaba establecida esta devoción, fueron preservadas de la destrucción casi total de Polonia en la Segunda guerra mundial.)

A las almas que Confían:

“El alma que confía en Mi misericordia es la más felíz porque yo tengo cuidado de ella”. (Diario, 1273)

“Las gracias de Mi misericordia se toman con un solo recipiente y éste es la confianza. Cuanto más confíe un alma, tanto más recibirá. Las almas que confían sin límites son Mi gran consuelo, porque en tales almas vierto todos los tesoros de Mis gracias. Me alegro que pidan mucho porque Mi deseo es dar mucho, muchísimo”. (Diario, 1578)

“He abierto Mi corazón como una fuente viva de misericordia. Que todas las almas tomen vida de ella. Que se acerquen con gran confianza a este mar de misericordia. Los pecadores obtendrán la justificación y los justos serán fortalecidos en el bien. Al que haya depositado su confianza en Mi misericordia, en la hora de la muerte le colmaré el alma con Mi paz divina”. (Dario, 1520)

“Ningún alma que ha invocado Mi misericordia ha quedado decepcionada ni ha sentido confusión. Me complazco particularmente en el alma que confía en Mi bondad”. (Diario, 1541)

“Quien confía en mi misericordia no perecerá porque todos sus asuntos son Míos y los enemigos se estrellarán a los pies de Mi escabel”. (Diario, 723)

A quienes propaguen la Divina Misericordia: 

"A las almas que propagan la devoción a Mi misericordia, las protejo durante toda su vida como una madre cariñosa a su niño recién nacido y a la hora de la muerte no seré para ellas el Juez, sino el Salvador Misericordioso". (Diario, 1075)

“...a todos los que proclamen esta gran misericordia Mía. Yo mismo los defenderé en la hora de la muerte como Mi gloria, aunque los pecados de las almas sean negros como la noche”. (Diario, 379)

“Todas las almas que Adoren Mi misericordia y propaguen la devoción invitando a otras almas a confiar en Mi misericordia no experimentarán terror en la hora de la muerte. Mi misericordia las protegerá en ese último combate”. (Diario, 1540).

A quienes recen a la hora de la misericordia (3:00 pm):

"En esta hora nada le será negado al alma que lo pida por los méritos de Mi Pasión...". (Diario, 1320)

“En esa hora puedes obtener todo lo que pides para ti y para los demás.  En esa hora se estableció la gracia para el mundo entero: la misericordia triunfó sobre la justicia”. (Diario, 1572)

A quienes recen la Coronilla a la Divina Misericordia: 

"Defenderé como Mi gloria a cada alma que rece esta coronilla en la hora de la muerte, o cuando los demás la recen junto al agonizante, quienes obtendrán el mismo perdón. Cuando cerca de un agonizante es rezada esta Coronilla, se aplaca la ira divina y la insondable Misericordia envuelve al alma y se conmueven las entrañas de Mi Misericordia por la dolorosa Pasión de Mi Hijo". (Diario, 811)

“Cuando recen esta coronilla junto a los moribundos, Me pondré entre el Padre y el alma agonizante no como el Juez justo sino como el Salvador Misericordioso”. (Diario, 1541) 

"Reza incesantemente esta Coronilla que te he enseñado. Quienquiera que la rece recibirá gran Misericordia a la hora de la muerte. Los sacerdotes se la recomendarán a los pecadores como la última tabla de salvación". (Diario, 687)

“Cuando la recen los pecadores empedernidos, colmaré sus almas de paz y la hora de su muerte será feliz”. (Diario, 1541)

"A través de ella obtendrás todo, si lo que pides está de acuerdo con Mi Voluntad". (Diario, 1731)

A quienes recen la Novena a la Divina Misericordia:

“Durante este novenario concederé a las almas toda clase de gracias”. (Diario, 796)

A los sacerdotes:

“Diles a mis sacerdotes que los pecadores más empedernidos se ablandarán bajo sus palabras cuando ellos hablen de Mi misericordia insondable, de la compasión que tengo por ellos en Mi Corazón.  A los sacerdotes que proclamen y alaben Mi misericordia, les daré una fuerza prodigiosa y ungiré sus palabras y sacudiré los corazones a los cuales hablen”. (Diario, 1521)

Para los pecadores: 

“Cuando reces esta oración con corazón contrito y con fe por algún pecador, le concederé la gracia de la conversión. Esta oración es la siguiente: Oh Sangre y Agua que brotaste del Corazón de Jesús como una fuente de Misericordia para nosotros, en Ti confío".

En La Fiesta de la Divina Misericordia, segundo Domingo de Pascua (Domingo posterior al de Resurrección):

“Di a las almas que les doy Mi misericordia como defensa, lucho por ellas Yo solo y soporto la justa ira de Mi padre..., esta Fiesta ha brotado de las entrañas de Mi misericordia para el consuelo del mundo entero”. (Diario, 1517) 

“...refugio y amparo para todas las almas y, especialmente, para los pobres pecadores. El alma que se confiese y reciba la Santa Comunión obtendrá el perdón total de las culpas y de las penas... Que ningún alma tenga miedo de acercarse a Mí, aunque sus pecados sean como escarlata. La humanidad no conocerá la paz hasta que no se dirija a la fuente de Mi misericordia”. (Diario, 699)

Para leer el Diario, haz clik en este enlace: Diario de Santa Faustina Kowalska





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