jueves, 27 de octubre de 2016

La "oración común" del encuentro católico-luterano


Por sus frutos los conoceréis
“Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis.
(Mateo 7:15-20)


DEL CONFLICTO A LA COMUNIÓN
Conmemoración conjunta luterano-católico romana
de la Reforma en el 2017

Guía de la ceremonia "litúrgica" que concelebrará Francisco con una “arzobispa".

Reproducimos algunos textos de la Oración Común que será la guía de la ceremonia a realizarse en Suecia, en la ciudad de Lundt, teniendo como oficiantes a Francisco y una “arzobispa” luterana.

Los conceptos aceptados por la parte católica en esta “liturgia” celebratoria de Lutero y la Reforma protestante son increíbles. Cuestionan todo el Magisterio posterior a la Reforma, en particular el Concilio de Trento y ciertamente puntos ya definidos por la Iglesia antes de Lutero, que negó en sus tesis y en su obra posterior la existencia de un clero con poder sacerdotal, comenzando por la Sede Romana y el papa, a quienes el reformador insultó del modo más soez. La existencia de la Tradición como fuente de Revelación, así como el Magisterio. La existencia de los sacramentos, salvo el bautismo y el matrimonio. La presencia real de Cristo en el Santísimo Sacramento y consecuentemente la Misa como renovación incruenta del Sacrificio de la Cruz. Y así, muchísimos errores destructores de la doctrina católica fundada en la Revelación misma.

Esta “oración común” de celebración de la Reforma es imposible de interpretar sino como un acto de apostasía expresa y sin ambigüedades. De todos modos, queda por ver qué ocurrirá en la ceremonia más allá de lo que la guía común indica.

A continuación, algunos textos seleccionados de esta guía. Al fin del artículo se puede ver en archivo pdf el documento conjunto con todos los detalles de la ceremonia.

Conmemoración conjunta luterano-católico romana
de la Reforma en el 2017

“La sección titulada Acción de gracias expresa nuestro regocijo por los dones recibidos y redescubiertos de diversas maneras a través de la renovación e iniciativas de la Reforma. Después de la oración de acción de gracias, toda la asamblea se une cantando en gratitud y alabanza por la obra de Dios. Lo mejor sería incluir cánticos que sean familiares a toda la asamblea. Algunos ejemplos incluyen, “Thanks be to You Forever” (Marty Haugen), o “To God Our Thanks We Give” (“Reamo leboga” de Botswana), o “Laudate Dominum” de Taizé. (…)”.

Es decir, la Reforma “redescubrió” cosas que la Iglesia Católica había olvidado.

“El sermón debería reflexionar sobre la relación entre Jesucristo como centro y fundamento de la iglesia (Juan 15) y la conmemoración de los 500 años de la Reforma como parte del camino Del conflicto a la comunión, alentando a la asamblea hacia un compromiso continuo de servicio y testimonio común y a orar por la unidad. (…)”.

Aquí se da por supuesto que la Iglesia no es la católica, sino que el catolicismo es “una rama” del árbol de la iglesia que contiene a todas las confesiones cristianas. Una vieja herejía reiteradamente condenada.

“La conmemoración de la Reforma debería ser una celebración de Jesucristo, puesto que los reformadores consideraron su tarea principal apuntar a Cristo como “el camino, la verdad y la vida” y llamar a las personas a confiar en Él. Es Cristo quien debería ser celebrado. Martín Lutero y los otros reformadores sólo aspiraban a ser «testigos de Cristo.» (…)”.

Canonización informal de Lutero, hombre virtuoso que trabajó para difundir la Fe. No solo su doctrina herética, sino su vida plagada de vicios y su persecución violenta a la Iglesia Católica desmiente esta falsedad.

“El énfasis sobre los frutos y la limpieza de los pámpanos en Juan 15 nos trae el reto del examen autocrítico. Esto también nos permite relacionarlo con el momento del arrepentimiento en el servicio, pero debería estar más orientado hacia el futuro: el llamado siempre renovado a la conversión a Cristo y al prójimo como la superación del egocentrismo propio de las personas (y también del egocentrismo de las iglesias) a través del poder del Espíritu Santo. Aquí los imperativos pueden ayudar en la descripción de este llamado a la conversión y a la unidad. (…)”.

“El egocentrismo de la Iglesia” sería considerarse la única verdadera, la Esposa de Cristo, su cuerpo místico. Demos por tierra con decenas de documentos del Magisterio, y por cierto con las Escrituras.

“¡Jesucristo, Señor de la iglesia, envíanos tu Espíritu Santo! Ilumina nuestros corazones y sana nuestros recuerdos. Oh Espíritu Santo, ayúdanos a reconocer con gozo los dones que la Reforma ha brindado a la Iglesia, prepáranos para arrepentirnos de las murallas divisorias que nosotros y nuestros antepasados hemos levantado, y apréstanos para el testimonio y servicio común en el mundo. Amén. (…)”.

Los dones de la reforma. Por ejemplo: la destrucción de la unidad de la Cristiandad, las guerras y violencias sufridas por los católicos en los países que adhirieron a Lutero o siguieron sus pasos de otro modo, como Inglaterra. La devastación de conventos, iglesias y catedrales. El saqueo de los lugares de culto y centros religiosos. La creación de una burguesía enemiga de la Iglesia enriquecida con esos bienes. El debilitamiento de Europa frente a la amenaza turca. La Masonería. La Revolución francesa y la destrucción del orden político cristiano. La creación de miles y miles de sectas fanáticas que llevaron al error, no pocas veces a la locura a millones de cristianos, con la consecuente perdición de sus almas… Solo algunos “dones”.

“Los luteranos están agradecidos de corazón por lo que Lutero y otros reformadores les hicieron accesible: el entendimiento del evangelio de Jesucristo y la fe en él; el reconocimiento del misterio del Dios Trino, que se da a sí mismo para nosotros, los seres humanos, por gracia, y que solo puede ser recibido en la confianza total de la promesa divina; en el reconocimiento de la libertad y la certidumbre que el evangelio crea; en el amor que procede de y es despertado por la fe; en la esperanza frente a la vida y frente a la muerte que la fe trae consigo; y en el contacto vital con la Santa Escritura, los catecismos y los himnos que le dan vida a la fe” (#225), en el sacerdocio de todos los creyentes bautizados y en su llamado para la misión común de la Iglesia. “Los luteranos…se dan cuenta de que aquello por lo que agradecen a Dios no es un don que pueden reclamar solo para sí mismos. Desean compartir este don con todos los otros cristianos.” (#226) (…)

El documento insulta a la Iglesia negando que las Sagradas Escrituras y su entendimiento fuera accesible a los católicos antes de Lutero. Como si los padres de la Iglesia, los teólogos medievales y el Magisterio mismo no hubiesen sido capaces de discernir el contenido de las Escrituras…

“El caminar ecuménico hace posible que luteranos y católicos puedan apreciar juntos la visión de Martín Lutero y su experiencia espiritual acerca del evangelio de la justicia de Dios, que es a la vez su misericordia.” (#244)

Nuevamente, un Lutero santo cuya “experiencia espiritual” es modelo de vida para los católicos, o para cualquiera que desee vivir cristianamente.

“Así como la conmemoración común en 2017 traerá expresiones de alegría y de gratitud, también deberá permitir un espacio para que tanto luteranos como católicos experimenten el dolor por los fracasos, las transgresiones, las culpas y los pecados relativos a las personas y acontecimientos que se conmemoran.” (#228) “En el siglo XVI, católicos y luteranos frecuentemente no solo malinterpretaron, sino que exageraron y caricaturizaron a sus oponentes para ridiculizarlos. Repetidamente violaron el octavo mandamiento, que prohíbe dar falso testimonio contra nuestro prójimo.” (#233)

Más allá de que pueda haber hechos reprobables de algunos católicos para con algunos luteranos, y viceversa inmensamente más, lo que aquí se destruye es la obra doctrinal de la Iglesia realizada por el Concilio de Trento. En él se defendió la verdadera doctrina, se esclarecieron los puntos que puso en cuestión el luteranismo y se definió dogmáticamente un cuerpo de verdades que han sido el pilar de la doctrina en los tiempos modernos. En este texto se implica esta obra monumental como “caricaturización” de la Reforma. Y un papa estará presente para aceptar, o tal vez leer él mismo el texto que haga esta referencia.


Si los tiempos no fueran abreviados…





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