El 25 de
Julio se celebra la fiesta de Santiago Apóstol, patrón de España.
El
apóstol Santiago, primer apóstol martir, viajó desde Jerusalén hasta Cádiz
(España). Sus predicaciones no fueron bien recibidas, por lo que se trasladó
posteriormente a Zaragoza. Aquí se convirtieron muchos habitantes de la zona.
Estuvo predicando también en Granada, ciudad en la que fue hecho prisionero
junto con todos sus discípulos y convertidos. Santiago llamó en su ayuda a la
Virgen María, que entonces vivía aún en Jerusalén, rogándole lo ayudase. La
Virgen le concedió el favor de liberarlo y le pidió que se trasladara a Galicia
a predicar la fe, y que luego volviese a Zaragoza.
Santiago cumplió su misión en Galicia y regresó a Zaragoza, donde corrió muchos peligros. Una noche, el apóstol estuvo rezando intensamente con algunos discípulos junto al río Ebro, cerca de los muros de la ciudad, pidiendo luz para saber si debía quedarse o huir. Él pensaba en María Santísima y le pedía que rogara con él para pedir consejo y ayuda a su divino Hijo Jesús, que nada podía entonces negarle. De pronto, se vio venir un resplandor del cielo sobre el apóstol y aparecieron sobre él los ángeles que entonaban un canto muy armonioso mientras traían una columna de luz, cuyo pie, en medio de un rayo luminoso, señalaba un lugar, a pocos pasos del apóstol, como indicando un sitio determinado.
Santiago cumplió su misión en Galicia y regresó a Zaragoza, donde corrió muchos peligros. Una noche, el apóstol estuvo rezando intensamente con algunos discípulos junto al río Ebro, cerca de los muros de la ciudad, pidiendo luz para saber si debía quedarse o huir. Él pensaba en María Santísima y le pedía que rogara con él para pedir consejo y ayuda a su divino Hijo Jesús, que nada podía entonces negarle. De pronto, se vio venir un resplandor del cielo sobre el apóstol y aparecieron sobre él los ángeles que entonaban un canto muy armonioso mientras traían una columna de luz, cuyo pie, en medio de un rayo luminoso, señalaba un lugar, a pocos pasos del apóstol, como indicando un sitio determinado.
Sobre la
columna, se le apareció la Virgen María. Santiago se levantó del lugar donde
estaba rezando de rodillas, y recibió internamente el aviso de María de que
debía erigir de inmediato una iglesia allí; que la intercesión de María debía
crecer como una raíz y expandirse. María le indicó que, una vez terminada la
iglesia, debía volver a Jerusalén. Santiago se levantó, llamó a los discípulos
que lo acompañaban, que habían oído la música y visto el resplandor; les narró
lo demás, y presenciaron luego todos cómo se iba desvaneciendo el resplandor de
la aparición. En el lugar de la aparición, se levantó lo que hoy es la Basílica
de Nuestra Señora del Pilar, un lugar de peregrinación famoso en el mundo
entero que no fue destruido en la guerra civil española (1936-1939), puesto que
las bombas que se lanzaron no explotaron, pudiéndose hoy en día verse expuestas
en el interior de la Basílica.
Santiago partió de España, para trasladarse a Jerusalén, como María le había ordenado. En este viaje visitó a María en Éfeso. María le predijo la proximidad de su muerte en Jerusalén, y lo consoló y lo confortó en gran manera. Santiago se despidió de María y de su hermano Juan, y se dirigió a Jerusalén, donde al poco tiempo fue hecho prisionero.
Santiago partió de España, para trasladarse a Jerusalén, como María le había ordenado. En este viaje visitó a María en Éfeso. María le predijo la proximidad de su muerte en Jerusalén, y lo consoló y lo confortó en gran manera. Santiago se despidió de María y de su hermano Juan, y se dirigió a Jerusalén, donde al poco tiempo fue hecho prisionero.
Fue
llevado al monte Calvario, fuera de la ciudad. Durante el recorrido, estuvo
predicando y aún fue capaz de convertir a algunas personas. Cuando le ataron
las manos, dijo: "Vosotros podéis atar mis manos, pero no mi bendición y
mi lengua". Un tullido que se encontraba a la vera del camino, clamó al
apóstol que le diera la mano y lo sanase. El apóstol le contestó: "Ven tú
hacia mí y dame tu mano". El tullido fue hacia Santiago, tocó las manos
atadas del apóstol e inmediatamente sanó.
Josías,
la persona que había entregado a Santiago, fue corriendo hacia él para implorar
su perdón. Este hombre se convirtió a Cristo. Santiago le preguntó si deseaba
ser bautizado. Él dijo que sí, por lo que el apóstol lo abrazó y le dijo:
"Tú serás bautizado en tu propia sangre". Y así se cumplió más
adelante, siendo Josías asesinado posteriormente por su fe.
En otro
tramo del recorrido, una mujer se acercó a Santiago con su hijo ciego para
alcanzar de él la curación para su hijo, obteniéndola de inmediato.
Una vez
llegado al Monte Calvario, el mismo lugar donde años antes fue crucificado
nuestro Señor, Santiago fue atado a unas piedras. Le vendaron los ojos y le
decapitaron.
El
cuerpo de Santiago estuvo un tiempo en las cercanías de Jerusalén. Cuando se
desencadenó una nueva persecución, lo llevaron a Galicia (España) algunos
discípulos.
Descubrimiento de la tumba del Apóstol
La tumba de Santiago Apóstol fue olvidada por más de
800 años. Bajo el reinado de Alfonso II (789-842), un ermitaño llamado Pelagio
recibió en visión, conocimiento del lugar donde se encontraban los restos del
Apóstol. El campo donde yacía la tumba escondida se llenó de una luz brillante
y desde entonces se le conoce como "Compostela" (Campo de Estrellas).
El hallazgo de la tumba ocurre en un momento
providencial. Los cristianos se encontraban abatidos bajo el imperio del Islam
y la fe cristiana corría el peligro de ser erradicada. La lucha por la
reconquista duró hasta el año 1492. Ese largo período de tiempo forzó a
los cristianos a una guerra de supervivencia en la que se apoyaban del auxilio
del Apóstol y de la Virgen Santísima.
El obispo de Iria Flavia, Theodomir, después de
investigaciones declaró que eran verdaderamente los restos y la tumba del
Apóstol Santiago. El Santo Padre, León XIII, en 1884, en forma de Bula Papal
confirmó que los restos en Santiago de Compostela pertenecían a Santiago
Apóstol.
Santiago de Compostela lugar de Peregrinación
En la edad media, todos los caminos conducían a
Santiago de Compostela. Jerusalén había sido conquistada por los moros y
los cristianos no podían peregrinar allí. Quedaban como principales
lugares de peregrinación Roma y Santiago de Compostela, la cuidad, localizada
en el extremo noroeste de España, y por lo tanto de Europa.
Todos los países Europeos tenían sus lugares santos,
pero en Santiago, el peregrinaje llegaba a un punto culmen. Hasta la palabra
peregrinación la asociaban con la cuidad de Santiago. Muchos peregrinos caminaban
hacía la tumba de Santiago. La ruta a Santiago se hizo tan famosa que los
pueblos y monasterios del camino adquirieron notoriedad.
Como muchas personas llegaban desde todas partes
de Europa, no existía un camino exacto.. En Francia habían cuatro lugares que
se designaban como el comienzo del camino hacía Santiago de Compostela. En
España, estos caminos confluían en dos principales caminos, el Camino Aragonés
y el Camino Francés, siendo este último el más famoso.
El Camino Francés sigue el antiguo camino Romano, la
Vía Traiana. Hay evidencia de que había una tradición de hacer peregrinación
por este camino ya en los tiempos Romanos para llegar 80 kilómetros mas allá de
Santiago de Compostela, hasta Finisterre, o el "fin de la tierra", un
lugar de muchas connotaciones místicas y mitológicas.
En la actualidad siguen utilizando los caminos miles de
peregrinos y, aunque las motivaciones que los mueven son diversas, es
impresionante observar la devoción de muchos de ellos. Los testimonios de
conversión y gracia abundan.
Fuentes: Web Católico de Javier y Corazones. org
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