EL CAMINO: "YO SOY EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA, NADIE VA AL PADRE SINO POR MÍ". (JUAN 14:6)

"BUSCAD PRIMERAMENTE EL REINO DE DIOS Y SU JUSTICIA, Y TODO LO DEMÁS SE OS DARÁ POR AÑADIDURA". (MATEO 6:33)

"Y EN NINGÚN OTRO HAY SALVACIÓN, PORQUE NO HAY OTRO NOMBRE BAJO EL CIELO DADO A LOS HOMBRES, EN EL CUAL PODAMOS SER SALVOS". (HECHOS 4:12)

viernes, 10 de junio de 2016

¿Obedecer a Dios o a los hombres?



EL SEÑOR NOS PIDE QUE SEAMOS FIELES A SU PALABRA

“Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”. (Juan 31, 8:31-32)

“El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre; y yo lo amaré y me manifestaré a él”. (Juan 14:21)

“Jesús respondió, y le dijo: Si alguno me ama, guardará mi palabra; y mi Padre lo amará, y vendremos a él, y haremos con él morada”. (Juan 14:23)

“Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor”. (Juan 15:10)

“Porque este es el amor de Dios: que guardemos sus mandamientos, y sus mandamientos no son gravosos”. (1ª de Juan 5:3)

“Y este es el amor: que andemos conforme a sus mandamientos. Este es el mandamiento tal como lo habéis oído desde el principio, para que andéis en él”. (2ªde Juan 1:16)

La Virgen María ya en los Evagelios, cuando por mediación de Ella inició el Señor su vida pública en las Bodas de Cannán, le dijo a los sirvientes: “Haced lo que Él os diga”.

También en las numerosas apariciones Marianas la Virgen ha seguido enseñándonos que hemos de obedecer a su Hijo, a la Santa Iglesia, a los sacerdotes y al Papa. Pero no es menos cierto que nos avisa de la gran Apostasía que había de venir y que esta empezaría, y tendría su parte más grave en la cima, justo por tener tanta responsabilidad sobre las almas a las que arrastraría al error y la perdición, y que debíamos orar mucho por ellos, pero también combatir las herejías poniendo en medio del mundo la Verdad, la Palabra inmutable de su querido Hijo.

 “Como Apóstoles de los últimos tiempos, debéis anunciar con valentía todas las verdades de la fe católica; proclamar con fuerza el Evangelio; desenmascarar con decisión las herejías peligrosas, que se disfrazan de verdades, para engañar mejor las mentes y de este modo alejar de la verdadera fe a un gran número de hijos míos”. (Mensaje de la Santísima Virgen María al padre Gobbi, 8 de junio de 1991).

Por lo tanto, hermanos, manténganse firmes y conserven fielmente las tradiciones que aprendieron de nosotros, sea oralmente o por carta”. (2Tes 2, 15)
El Padre Paul Kramer explicó: “El antipapa y sus colaboradores apóstatas serán, como dijo la Hermana Lucía, partidarios del demonio, los que trabajarán para el mal sin tener miedo de nada”. 

 “Y se llenó de ira el dragón contra la mujer, y se fue a hacer la guerra al resto de su descendencia, los que guardan los mandamientos de Diosy mantienen el testimonio de Jesús”. (Ap.12,17).


¿UN CATÓLICO PUEDE CUESTIONARSE ALGUNA AFIRMACIÓN DEL PAPA?
En principio, bajo circunstancias normales, no, siempre que el Papa hable Ex Cathedra está asistido por el Espíritu Santo, cuando hable personalmente es otra cosa. Se ha de observar la debida obediencia, también, en circunstancias normales, pero siempre que la obediencia al Papa no esté reñida con la obediencia a Dios, siempre que se mantenga a la sana doctrina. En caso contrario, de seguir y obedecer a un Papa hereje, o apostata estaríamos incurriendo en desobediencia a Dios y cayendo por tanto en pecado de idolatría; aparte que todo hereje deja de ser católico per se, y ya no sería Papa ipso facto. Veamos que nos dicen los santos: 

Bula “Cum ex apostolatus officio”, de Paulo IV: “Si en algún tiempo aconteciese que un Obispo… o electo Pontífice Romano que antes de su promoción al Cardenalato o asunción al Pontificado, se hubiese desviado de la Fe Católica, o hubiese caído en herejía, o incurrido en cisma, o lo hubiese suscitado o cometido, la promoción o la asunción, incluso si ésta hubiera ocurrido con el acuerdo unánime de todos los Cardenales, es nula, inválida y sin ningún efecto…”.

“Santo Tomás Cayetano, O.P. Teólogo y Cardenal señala que el famoso axioma “Ubi Petrus, ibi Ecclesia” (Donde esta Pedro esta la Iglesia) es válido sólo cuando actúa y se comporta como un Papa, porque Pedro “está sujeto a los deberes de la Oficio” de otra manera, “tampoco ni la Iglesia está en él, ni él está en la Iglesia.

“San Roberto Belarmino, cardenal y Doctor de la Iglesia, De Romano Pontifice, II, 30: "Un papa que se manifieste hereje, por ese mismo hecho (per se) cesa de ser papa y cabeza, así como por lo mismo deja de ser un cristiano y miembro de la Iglesia. Por tanto, él puede ser juzgado y castigado por la Iglesia. Esta es la enseñanza de todos los Padres antiguos, que enseñaban que los herejes manifiestos pierden inmediatamente toda jurisdicción". 
San Antonino (1459): “En el caso en que el Papa se convirtiera en un hereje, se encontraría, por ese solo hecho y sin ninguna otra sentencia, separado de la Iglesia. Una cabeza separada de un cuerpo no puede, siempre y cuando se mantenga separado, ser cabeza de la misma entidad de la que fue cortada. Por lo tanto, un Papa que se separara de la Iglesia por la herejía, por ese mismo hecho en sí, dejaría de ser la cabeza de la Iglesia. No puede ser un hereje y permanecer siendo Papa, porque, desde que está fuera de la Iglesia, no puede poseer las llaves de la Iglesia”. (Summa Theologica, citado en Actes de Vatican I. V. Frond pub.).
“Mas respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Debemos obedecer a Dios antes que a los hombres”. (Hechos 5:29)



NO DEBEMOS CALLAR Y  SER COBARDES 

S.S. León XIII, Papa: “Retirarse ante el enemigo o callar cuando por todas partes se levanta un incesante clamoreo para oprimir la verdad, es actitud propia o de hombres cobardes o de hombres inseguros de la verdad que profesan. La cobardía y la duda son contrarias a la salvación del individuo y a la seguridad del Bien Común, y provechosas únicamente para los enemigos del cristianismo, porque la cobardía de los buenos fomenta la audacia de los malos. El cristiano ha nacido para la lucha”.
“Pero los cobardes, incrédulos, abominables, asesinos, inmorales, hechiceros, idólatras y todos los mentirosos tendrán su herencia en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda”.

“… que no os mezcléis con ninguno que, llevando el nombre de hermano, sea fornicario, avaro, idólatra, maldiciente, borracho o ladrón; con éstos, ni comer”. (1 Cor 5, 11).



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