Este blog sube de nuevo este completísimo artículo de Juan Suárez Falcó por su importancia y vigencia para nuestros tiempos. "Orad y vigilad", nos dijo el Señor. Hoy, más que nunca, debemos seguir estos dos mandatos.
"Mas velad en todo tiempo, orando para que tengáis fuerza para escapar de todas estas cosas que están por suceder, y podáis estar en pie delante del Hijo del Hombre". (Lucas 21:36)
“En el mismo lugar santo, donde ha sido establecida la silla de Pedro y la cátedra de la verdad, que debe iluminar el mundo, han alzado el abominable trono de su impiedad, con la intención perversa de herir al Pastor y dispersar el rebaño”. (Oración a San Miguel Arcángel, León XIII, 1890)
“¿Sabes
Gabriele? Es Satanás quien se ha introducido en el seno de la Iglesia y dentro
de no mucho tiempo llegará a gobernar una falsa Iglesia”. (Revelación del Padre
Pío a Gabriele Amorth, realizada en 1960).
INTROITO
Hermanos
en la fe… ¡Estad alertas, los que leéis este artículo! Si estos días en los que
celebramos el centenario de las apariciones de Nuestra Madre del Cielo en
Fátima alguien dijere que el mensaje que allí dio la Virgen ya está concluido,
o que se refería al pasado o que era un mensaje de esperanza y optimismo para
la Iglesia y la humanidad, no le creáis. La Virgen en Fátima vino a avisarnos,
a darnos un ultimátum amoroso, como verdadera profetisa y Madre que nos quiere
tanto: o nos convertimos ya de nuestros inmensos pecados o Dios castigará al
mundo como nunca antes lo hizo. Ante la evidente apostasía que crece cada día
en la Iglesia, fomentada desde su vértice, un verdadero profeta debería
advertir de las desgracias y calamidades que sobrevendrán si no nos
arrepentimos; un falso profeta, en cambio, dirá que todo va bien y que el
futuro es de color de rosa.
Yo
ni siquiera soy un profeta. Sólo un simple católico que, por la gracia de Dios,
vela y ora mientras los demás duermen (Mt 26, 40-41).
LAS
ÚLTIMAS APARICIONES MARIANAS Y SU SIGNIFICADO: UN LLAMADO URGENTE A LA
CONVERSIÓN (LA APOSTASÍA DE LA IGLESIA, LA GRAN TRIBULACIÓN Y EL CASTIGO PREVIOS
A LA VENIDA DE CRISTO)
¿Quién
lo diría? Hoy se cumplen cien años de la primera aparición de la Virgen María
en Fátima, Portugal, el 13 de mayo de 1917. A la Virgen le gusta aparecerse en
lugares escondidos, humildes y sin importancia a los ojos del mundo: el Cabezo
de Fátima o la gruta de Massabielle en Lourdes son buena prueba de ello.
También la pequeña aldea de Garabandal, en Cantabria, España. Por cierto, que
las tres apariciones marianas más importantes de la historia, a mi juicio, se
han producido en los países vecinos de España y en España misma. Algo quiere el
Cielo de nosotros, tierra de María.
Gusta
también la Virgen aparecerse a gente sencilla, niños o adolescentes las más
veces, con una especial preferencia por los pastores, siendo como es su Hijo el
Buen Pastor y Ella misma la Divina Pastora. Con ello el Cielo confunde a los
sabios y a los entendidos y revela sus misterios a los humildes y sencillos.
Sí, Padre, porque así te ha parecido bien (Mt. 11, 25-26). Y en la maravillosa
teología de estos mensajes marianos se demuestra su autenticidad, pues no
pueden salir de las mentes infantiles semejantes avisos y llamados a la
conversión, llenos de una altísima mística católica.
La
Virgen se ha aparecido siempre e ininterrumpidamente a los hombres y mujeres
católicos en los últimos 2000 años. A veces incluso a no católicos,
excepcionalmente. Su primera aparición, en carne mortal, viviendo ella aún, se
produjo en el año 40 d.C., a orillas del río Ebro (de Heber, “hebreo”), a
Santiago el Mayor, evangelizador de España.
Pero
en los últimos doscientos años sus apariciones han tenido un cariz ciertamente
apocalíptico, pues su mensaje central es un llamado urgente y preocupante a la
conversión del mundo ante la proximidad del fin de la historia, esto es, del
fin de los tiempos de los gentiles o de las naciones, dando los últimos avisos
para evitar el castigo que pende sobre nosotros, ya que, aunque la misericordia
de Dios es infinita cuando ve indicios de arrepentimiento en los hombres, ha
usado muchas veces de justicia cuando en su Omnipotencia y Sabiduría divinas
considera que sus llamados amorosos (y ahora los de su Madre) no son acogidos.
LA VISIÓN DE LEÓN XIII
Y SU ORACIÓN A SAN MIGUEL ARCÁNGEL
Comencemos
por un hecho singular, que no fue propiamente una aparición mariana.
El
13 de octubre de 1884 (reparemos en la fecha), después de su misa de la mañana,
el sumo pontífice León XIII sufrió un desmayo. Sus asistentes pensaron que
estaba muerto. Después de recuperar la conciencia, el Papa describió una
espantosa conversación que él escuchó que procedía de cerca del tabernáculo. La
conversación se componía de dos voces; voces que el Papa claramente identificó:
eran las de Dios y el diablo. El diablo se jactaba de que podía destruir la
Iglesia si se le concedían 75 años para llevar a cabo su plan (o 100 años según
otros informes). El diablo también pidió permiso para tener “una mayor
influencia sobre aquéllos que se entregarán a mi servicio”. A las peticiones
del diablo, el Señor le respondió: “se te dará el tiempo y el poder”.
Profundamente
impactado por lo que había oído, el Papa León XIII, compuso la
siguiente Oración a San Miguel (que también es una profecía) y ordenó
que se recitara después de las misas ordinarias como medida de protección para
la Iglesia contra los ataques del infierno.
He
aquí la oración:
Oración
a San Miguel (León XIII, 18 de mayo de 1890; Acta Apostolicae Sedis, p. 743)
¡Oh
glorioso príncipe de las milicias celestes, san Miguel arcángel, defiéndenos en
el combate y en la terrible lucha que debemos sostener contra los principados y
las potencias, contra los príncipes de este mundo de tinieblas, contra los
espíritus malignos! Ven en auxilio de los hombres que Dios ha creado
inmortales, que formó a su imagen y semejanza y que rescató a gran precio de la
tiranía del demonio. Combate en este día, con el ejército de los santos
ángeles, los combates del Señor como en otro tiempo combatiste contra Lucifer,
el jefe de los orgullosos, y contra los ángeles apóstatas que fueron impotentes
de resistirte y para quien no hubo nunca jamás lugar en el cielo. Si ese
monstruo, esa antigua serpiente que se llama demonio y Satán, él que seduce al
mundo entero, fue precipitado con sus ángeles al fondo del abismo.
Pero
he aquí que ese antiguo enemigo, este primer homicida ha levantado ferozmente
la cabeza. Disfrazado como ángel de luz y seguido de toda la turba y seguido de
espíritu malignos, recorre el mundo entero para apoderarse de él y desterrar el
Nombre de Dios y de su Cristo, para hundir, matar y entregar a la perdición
eterna a las almas destinadas a la eterna corona de gloria. Sobre hombres de
espíritu perverso y de corazón corrupto, este dragón malvado derrama también,
como un torrente de fango impuro el veneno de su malicia infernal, es decir el
espíritu de mentira, de impiedad, de blasfemia y el soplo envenado de la
impudicia, de los vicios y de todas las abominaciones. Enemigos llenos de
astucia han colmado de oprobios y amarguras a la Iglesia, esposa del Cordero
inmaculado, y sobre sus bienes más sagrados han puesto sus manos
criminales. Aun en este lugar sagrado, donde fue establecida la Sede de
Pedro y la cátedra de la Verdad que debe iluminar al mundo, han elevado el
abominable trono de su impiedad con el designio inicuo de herir al Pastor y
dispersar al rebaño.
Te
suplicamos, pues, Oh príncipe invencible, contra los ataques de esos espíritus
réprobos, auxilia al pueblo de Dios y dale la victoria. Este pueblo te venera
como su protector y su patrono, y la Iglesia se gloría de tenerte como
defensor contra los malignos poderes del infierno. A ti te confió Dios el
cuidado de conducir a las almas a la beatitud celeste. ¡Ah! Ruega pues al Dios
de la paz que ponga bajo nuestros pies a Satanás vencido y de tal manera
abatido que no pueda nunca más mantener a los hombres en la esclavitud, ni
causar perjuicio a la Iglesia. Presenta nuestras oraciones ante la mirada del
Todopoderoso, para que las misericordias del Señor nos alcancen cuanto antes.
Somete al dragón, la antigua serpiente que es diablo y Satán, encadénalo y
precipítalo en el abismo, para que no pueda seducir a los pueblos. Amén.
–
He aquí la Cruz del Señor, huyan potencias enemigas.
Venció el León de Judá, el retoño de David.
Venció el León de Judá, el retoño de David.
-Que tus misericordias, Oh Señor se realicen sobre nosotros.
Como hemos esperado de ti.
-Señor, escucha mi oración y que mis gritos se eleven hasta ti.
Oh
Dios Padre Nuestro Señor Jesucristo, invocamos tu Santo Nombre, e imploramos
insistentemente tu clemencia para que por la intercesión de María inmaculada
siempre Virgen, nuestra Madre, y del glorioso san Miguel arcángel, te dignes
auxiliarnos contra Satán y todos los otros espíritus inmundos que recorren la
tierra para dañar al género humano y perder las almas. Amén”.
Don
Francisco Brehm, consejero eclesiástico de la editorial litúrgica Fr. Pustetd
(Ratisbona), recién vuelto de un viaje de Roma, contó, hacia el año 1928, que
en una sesión para la Sagrada Congregación de Ritos en que se trataba de
derogar estas oraciones, y a la que él asistió, cuando ya todos estaban de
acuerdo para suprimirlas, un anciano cardenal, cuyo nombre no recuerdo, se
levantó para contar que el mismo León XIII le había dicho que la
invocación de San Miguel la había añadido contra la amenaza de la
francmasonería, movido a ello por la revelación sobrenatural que sufrió en
1884. Para vergüenza de todos, esta oración fue quitada en la Prima
Instructio de la liturgia en la década de 1960, “curiosamente”.
APARICIONES DE LA
VIRGEN A SOR MARIANA FRANCISCA DE JESÚS TORRES
Sin
embargo, desde mucho antes de esa inspiración divina a León XIII, también han
existido apariciones donde nuestra Madre del Cielo ha llamado a la conversión
del mundo, con tintes dramáticos, como la de la Virgen del Buen Suceso en 1594
a la monja española Mariana Francisca de Jesús Torres y Berriochoa, en Quito,
Ecuador. Siglos antes de la creación formal de la masonería, allí ya habló claramente
de nuestros tiempos actuales, de la infiltración masónica de la Iglesia y de
grandes castigos para la humanidad, al tiempo que predijo que un Papa estaría
preso en el Vaticano y advertía de la gran apostasía de la Iglesia, salvo en un
resto fiel.
“Este
aparente triunfo de Satán traerá enormes sufrimientos a los buenos Pastores de
la Iglesia, los muchos buenos sacerdotes y el Supremo Pastor y Vicario de
Cristo en la tierra, quien, prisionero en el Vaticano, derramará amargas
lágrimas en secreto en presencia de su Dios y Señor, pidiendo luz, santidad y
perfección para todo el clero del mundo, de quienes él es Rey y Padre”.
“Es
más, en estos infelices tiempos, habrá uno desenfrenado lujo que engañará al
resto hacia el pecado y conquistará innumerables almas frívolas que se
perderán. La inocencia casi no será encontrada en niños, ni modestia en
mujeres. En este supremo momento de necesidad de la Iglesia, el que
debería hablar, callará.”
“Francmasonería,
la que estará entonces en poder, promulgará leyes inicuas con miras de
deshacerse de este Sacramento (Matrimonio), haciendo fácil para todos vivir en
pecado y fomentar la procreación de niños ilegítimos nacidos sin la bendición
de la Iglesia. El espíritu Católico decaerá rápidamente; la preciosa luz de la
Fe gradualmente será extinguida hasta que haya casi una total y general
corrupción de costumbres. Agregado a esto habrá los efectos de la educación
secular, la que será una razón por la muerte del sacerdocio y vocaciones
religiosas”.
“El
pequeño número de almas quienes, oculto, conservará el tesoro de la Fe y las
virtudes sufrirá un indecible cruel y prolongado martirio. Muchos de ellos
sucumbirán ante la muerte por la violencia del sufrimiento, y aquellos que se
sacrifiquen por la Iglesia y el País serán contados como mártires.”
“El
Sacramento de Órdenes Sagradas serán ridiculizadas, oprimidas y despreciadas
porque Él es representado en Su sacerdote. El demonio perseguirá los ministros
del Señor en toda forma posible; él laborará con cruel y sutil astucia para
desviarlos del espíritu de la vocación de ellos y corromperá a muchos de
ellos. Estos depravados sacerdotes escandalizarán el pueblo Cristiano,
harán que el mal Católico y los enemigos de la Iglesia Católica Apostólica
Romana caigan sobre todos los sacerdotes”.
Recordemos
estas tremendas palabras de la Virgen porque es maravilloso que siglos antes de
Fátima ya nuestra Madre del Cielo advirtiera de hechos que podríamos estar
viviendo ya.
APARICIÓN DE LA VIRGEN
EN LA SALETTE
En
1846 la Virgen se apareció en La Salette (cerca de Grenoble, Francia) a dos
pastorcitos, Melania Calvat y Maximino Giraud. Se presentó como una dolorosa,
llorando copiosamente ante los pecados de la humanidad y su futuro castigo. Dio
un terrible mensaje donde habla de la gran apostasía de la Iglesia (“Roma
perderá la fe y se convertirá en la sede del Anticristo”, llegó a decir). Juan
Pablo II llamó a esta aparición “la reina de las profecías”. Fueron aprobadas
por el Papa Pío IX.
Recordemos
ahora algunos párrafos de ese durísimo mensaje, donde habla incluso del
Anticristo, denuncia a los malos sacerdotes, llama a los apóstoles de los
últimos tiempos (cuya orden y reglas dictó a Melania) y detalla un momento
crucial de “eclipse” de la verdadera Iglesia (esto es, un momento en que una
Iglesia falsa será visible y ocultará a la verdadera Iglesia):
“Los sacerdotes,
ministros de mi Hijo, los sacerdotes, por sus vidas malvadas, por sus
irreverencias y su impiedad en la celebración de los santos misterios, por su
amor al dinero, su amor a los honores y los placeres, los sacerdotes se
han convertido en cloacas de impureza. Sí, los sacerdotes están pidiendo
venganza, y la venganza está suspendida sobre sobre sus cabezas. ¡Ay de los
sacerdotes y de las personas consagradas a Dios, que por sus infidelidades y su
vida malvada están crucificando de nuevo a mi Hijo! Los pecados de las personas
consagradas a Dios claman al Cielo y piden venganza, y he aquí que la venganza
está a sus puertas, pues no queda nadie para implorar misericordia y perdón
para la gente; no hay más almas generosas, no queda nadie digno de ofrecer la
Víctima sin mancha al Eterno por el bien del mundo”.
“Dios
va a golpear de una manera sin igual”.
“Italia
será castigada por su ambición de querer sacudirse del yugo del Señor de los
Señores; también ella será entregada a la guerra; la sangre fluirá por todos
los lados; las Iglesias serán cerradas o profanadas; los sacerdotes, los
religiosos serán perseguidos; serán muertos, y con una muerte cruel. Algunos
apostatarán de la fe, y el número de sacerdotes y religiosos que se
separarán de la verdadera religión será grande; entre estas personas se hallarán
incluso algunos obispos”.
“Roma
perderá la fe y se convertirá en la sede del Anticristo”.
“Los
demonios del aire, con el Anticristo, harán grandes prodigios en la tierra y en
los aires, y los hombres se pervertirán más y más. Dios cuidará e sus fieles
servidores y de los hombres de buena voluntad. El Evangelio será predicado por
todas partes, todos los pueblos y todas las naciones conocerán la verdad”.
“Yo
dirijo una apremiante llamada a la tierra; llamo a los verdaderos discípulos de
Dios que vive y reina en los cielos; llamo a los verdaderos imitadores de
Cristo hecho Hombre, el único y verdadero Salvador de los hombres; llamo a mis
hijos, a mis verdaderos devotos a los que se me han consagrado a fin de que los
conduzca a mi divino Hijo, los que llevo, por decirlo así, en mis brazos, los
que han vivido de Mi Espíritu; finalmente llamo a los Apóstoles de los
últimos tiempos, los fieles discípulos de Jesucristo que han vivido en el
menosprecio del mundo y de sí mismos, en la pobreza y en la humildad, en el
desprecio y en el silencio, en la oración y en la mortificación, en la castidad
y en la unión con Dios, en el sufrimiento y desconocidos del mundo. Ya es hora
que salgan y vengan a iluminar la tierra. Id y mostraos como mis hijos
queridos, Yo estoy con vosotros y en vosotros con tal que vuestra fe sea la luz
que os ilumine en estos días de infortunio. Que vuestro celo os haga
hambrientos de la gloria de Dios y de la honra de Jesucristo. Pelead, hijos de
la luz, vosotros, pequeño número que ahí veis; pues he ahí el tiempo de los
tiempos, el fin de los fines”.
“La
Iglesia será eclipsada, el mundo quedará consternado. Pero he ahí a Enoc y a
Elías, llenos del Espíritu de Dios, y los hombres de buena voluntad creerán en
Dios, y muchas almas serán consoladas; harán grandes prodigios por la
virtud del Espíritu Santo y condenarán los errores diabólicos del Anticristo”.
El
Abbé Combe, editor de la edición de 1904, añade la nota siguiente después de
este párrafo: “Tengo sabido por Melanie que la Iglesia será eclipsada, en este
sentido: 1) que no se sabrá cuál es el verdadero Papa; 2) que durante un
tiempo, el Santo Sacrificio dejará de ser ofrecido en las iglesias, y también
en las casas; así que no habrá más culto público. Pero ella vio de que todavía
el Santo Sacrificio no cesaría, que se ofrecería en cuevas, en los túneles, en
los establos y en los nichos”. Aquí el Abbé Combe habla de la abominación de la
desolación y de la supresión del sacrificio perpetuo (esto es, la misa
entendida como sacrificio y con transubstanciación), de la que nos habla Daniel
como comienzo de la gran tribulación y reinado final del Anticristo (sus 3,5
años finales de persecución total a la Iglesia, que preceden a la Parusía o
Venida de nuestro Señor).
“He
aquí el tiempo: el abismo se abre. He aquí el rey de los reyes de las
tinieblas. He aquí la bestia de los súbditos, llamándose el salvador del mundo.
Se remontará con orgullo por los aires para subir hasta el cielo; será sofocado
por el soplo de San Miguel Arcángel. Caerá y la tierra, que llevará tres días
en continuas evoluciones, abrirá su seno lleno de fuego: será hundido para
siempre, con todos los suyos, en los abismos eternos del infierno. Entonces el
agua y el fuego purificarán y consumirán todas las obras del orgullo de los
hombres y todo será renovado: Dios será servido y glorificado”.
SANTA FAUSTINA
KOWALSKA
El
25 de marzo de 1936 anota Sor Faustina en su Diario las siguientes palabras de
la Santísima Virgen:
“Yo
di al mundo el Salvador y tú debes hablar al mundo de su gran misericordia y
preparar al mundo para su segunda venida. Él vendrá, no como un Salvador
Misericordioso, sino como un Juez Justo. Oh, qué terrible es ese día.
Establecido está ya el día de la justicia, el día de la ira divina. Los ángeles
tiemblan ante ese día. Habla a las almas de esa gran misericordia, mientras sea
aún el tiempo para conceder la misericordia. Si ahora tú callas, en aquél día
tremendo responderás por un gran número de almas. No tengas miedo de nada,
permanece fiel hasta el fin, yo te acompaño con mis sentimientos”.
El
25 de diciembre de 1936 oyó la voz del Señor:
“Habla
al mundo de Mi misericordia para que toda la humanidad conozca la infinita
misericordia Mía; es una señal de los últimos tiempos, después de ella
vendrá el día de la justicia”. Otra vez oyó en el alma unas palabras explícitas
y fuertes de Jesús: “Prepararás al mundo para Mi última venida”.
APARICIONES DE LA
VIRGEN EN HEEDE
Entre
1937 y 1949 la Virgen se aparece de nuevo, esta vez en Heede, Alemania (aprobadas
por el obispo local el 3 de junio de 1959), dando un mensaje de tenor
parecido a otros otorgados en apariciones previas y posteriores, llamando a
conversión al mundo si no quería recibir un enorme castigo del Cielo. Veamos
algunos mensajes:
La
estrella del infierno perseguirá mi señal, mas mi señal prevalecerá sobre el
infierno.
El
mundo tendrá que agotar hasta las heces el cáliz de la cólera divina por sus
pecados innumerables, que han herido al Sagrado Corazón de Jesús (…)
“El
furor de la estrella del infierno sobrepasará en violencia y causará
devastación terrible, porque ya sabe que su tiempo es corto (…)
“Los
tiempos son graves. Hagan, por fin, penitencia los hombres por sus pecados.
Aléjense
de todo corazón del mal y oren, oren mucho para que se aplaque la ira de Dios.
Recen
con frecuencia el rosario, esa plegaria que tanto puede ante Dios. Menos
diversiones y pasatiempos”.
“Estoy
muy próximo. La tierra temblará… Será terrible. ¡Un Juicio en pequeño!
Pero
ustedes no teman. Yo estoy con ustedes. Se alegrarán y me lo agradecerán.
Los
que esperan tienen mi ayuda, mi gracia y mi amor. Mas para los que no están en
estado de gracia será espantoso.
Los
ángeles de la justicia están ya diseminados por los cuatro puntos cardinales.
Yo me daré a conocer al género humano.
Todas
las almas me reconocerán como su Dios. Faltan cinco minutos para las doce.
¡Yo
vengo, estoy a las puertas! La humanidad se lamentará”.
“Lo
que ocurrirá será terrible, como jamás se vio desde el principio del mundo.
Vengo
Yo mismo y manifestaré mi voluntad (…) Hijas mías, vengo pronto, muy pronto.
La
Santísima Virgen María y los coros de ángeles intervendrán en todos estos
acontecimientos.
El
infierno se cree seguro de su victoria, pero Yo se la arrebataré de las manos.
Permitiré
que lluevan sobre el mundo desventuras, pues de este modo se salvarán muchos.
Bienaventurados
aquellos que lo sufren todo por aquellos que me ofenden. Yo vengo y conmigo
vendrá la paz.
Con
un pequeño número de elegidos edificaré mi Reino. Éste vendrá como relámpago,
repentinamente, más pronto de lo que se piensa…”
“Los
hombres rehúsan mi misericordia, mi amor y mis méritos. La humanidad es
peor que antes del diluvio, agoniza en la ciénaga del pecado. El odio y la
codicia guían sus corazones. Todo es obra de satanás”.
“Esta
generación merecería ser aniquilada, pero solamente mirando a los justos dejaré
que triunfe mi misericordia”.
“La
humanidad reconocerá mi poder y Yo les mostraré mi justicia y mi misericordia.
Mis
queridos hijitos; la hora se aproxima más y más.
Rueguen
incansablemente y no serán confundidos.
Como
vemos, la Virgen habla de la inminencia de la Parusía, y antes, de un juicio en
pequeño, lo que en Garabandal se llamó el Aviso, y que Santa Faustina Kowalska
denominó la iluminación de las conciencias. Y luego, si no hay conversión, un
gran castigo.
Apariciones
de la Virgen a Bruno Cornacchiola en Trè Fontane, Roma
12
de abril de 1947:
“Los
pastores del rebaño no están cumpliendo con su deber. Demasiado mundo
entró en su sangre para dar escándalo para el rebaño y desviarlo de la
trayectoria. […]. Antes de que Rusia se convierta (vemos,
pues, que no ha sido aún consagrada) y deje el camino del ateísmo se
desencadenará una tremenda y grave persecución. Oren, se puede detener. […]. Alejáos
de las cosas falsas del mundo… Satanás será liberado por un período de tiempo y
encenderá entre los hombres el fuego de la revolución. […]. Toda la
Iglesia sufrirá una terrible experiencia, para limpiar la podredumbre que se
había infiltrado en sus ministros. […]. Sacerdotes y fieles serán
puestos en un punto de inflexión peligroso en el mundo de los perdidos, que
darán el asalto por cualquier medio: falsas ideologías y
teologías. […]. Habrá días de tristeza y luto. De la parte del
oriente un pueblo fuerte, pero alejado de Dios, pondrá en marcha un terrible
ataque y romperá las cosas más sagradas y santas. […]. El mundo va a
ir a otra guerra, más despiadada que las anteriores; La Roca eterna será
la más afectada (Roma). La ira de Satanás ya no se mantiene; el
Espíritu de Dios se retira de la tierra, la Iglesia se quedó viuda, ella va a
quedar a merced del mundo. […]. La más afectada será la Iglesia de
Cristo, para limpiarla de las contaminaciones que se encuentran dentro de ella. […]. Los
sacerdotes serán pisoteados y muertos… “(Saverio Gaeta, op. Cit., Págs. 80-88).
Aparición
del 15 de agosto de, 1958:
“Habrá
un gran terremoto que sacudirá todo el mundo. No vayáis por ahí a dormir
si estáis en pecado mortal, confesáos y arrepentíos de haberlo hecho, y no
hacerlo más. […]. El sol se oscurecerá, y las estrellas caerán, pero
entended no sólo la parte material de esta imagen: hay lado interpretativo y
espiritual, y caerán los soles y las estrellas orgullosas caerán (aquí hay una
alusión a obispos y cardenales, que caen en la apostasía). […]. Fuera
de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana no hay
salvación. […]. Amar a todos no significa mantener una actitud
sentimental. […]. Que los sacerdotes no se quiten el hábito talar: el
vestido recuerda, es una señal del cielo ” (op cit, p 93-95..).
El 16
de abril 1987:
“Debes
ofrecerte como víctima por la conversión y la santificación de los sacerdotes y
religiosos, que han abandonado el camino de la doctrina y de la moral perdiendo
la fuerza de la salvación y gracias a ellos muchas almas van al
infierno” (op. Cit., P. 102). Esto recuerda plenamente al segundo
mensaje de Garabandal.
APARICIONES EN
AMSTERDAM DE LA SEÑORA DE TODOS LOS PUEBLOS
También
nuestra Madre, en sus apariciones en Amsterdam (aprobadas por la Iglesia por
Decreto de 31 de mayo del 2002 del obispo de Haarlem–Ámsterdam, Mons. Jozef
Marianus Punt), nos advirtió de que vendrían falsas doctrinas, sobre todo sobre
la Eucaristía.
“Advierte
al clero sobre las doctrinas erróneas, sobre todo respecto a la Eucaristía.
Transmite esto al sacristán. Dile que la Señora le pide que te conduzca al Sumo
Pontífice. Te repito que reces mucho pidiendo buenos sacerdotes y por la
conversión de los pueblos. Pero…”. (Mensaje de 31 de mayo de 1958).
APARICIONES DE LA
VIRGEN DEL CARMEN EN GARABANDAL
En
la pequeña aldea de Garabandal, Cantabria, España, la Virgen, al no revelarse
el Tercer Secreto de Fátima en 1960, como le pidió a Sor Lucía, de nuevo Ella
se aparecerá muchas de veces entre los años 1961-1965 a cuatro niñas pastoras:
Conchita, Jacinta, Mari Loli y Mari Cruz.
Del
12 a 19 de enero, de 1966, Conchita, la vidente principal, fue convocada a Roma
por el pro-prefecto de la Sagrada Congregación para la doctrina de la Fe,
Cardenal Ottaviani. Fue interrogada durante dos horas por el mismo Cardenal y
otros miembros de la Sagrada Congregación. Entonces Conchita pidió una
audiencia con el Santo Padre, Pablo VI. El Papa le dijo: “Conchita, Yo te
bendigo y conmigo te bendice toda la Iglesia”. El mismo Pablo VI dijo que esas
apariciones eran como una segunda vida de la Virgen en la Tierra, el acontecimiento
más venturoso para la humanidad desde el nacimiento de Cristo. El Papa concedió
la Bendición Apostólica a la Obra de difusión de los Mensajes de Garabandal el
12 de junio de 1967.
A
juicio del padre Malachi Martin, profesor de teología, secretario personal del
Card. Agostino Bea, quien leyó el Tercer Secreto de Fátima completo, el segundo
mensaje de la Virgen en Garabandal era un extracto o resumen de la parte aún no
publicada del mismo. Recordemos que en los dos mensajes la Virgen alertaba, de nuevo,
de la apostasía de la Iglesia y de un castigo muy grande:
Primer
mensaje (18 de octubre de 1961): “Hay que hacer muchos sacrificios, mucha
penitencia, visitar al Santísimo, pero antes tenemos que ser muy buenos y
si no lo hacemos nos vendrá un castigo. Ya se está llenando la copa y si no
cambiamos nos vendrá un castigo muy grande”.
Segundo
mensaje de la Virgen (18 de junio de 1965): “Como no se ha cumplido y no se ha
hecho conocer al mundo mi Mensaje del 18 de octubre, os diré que este es el
último. Antes la copa se estaba llenando, ahora está rebosando. Los
sacerdotes, obispos y cardenales van muchos por el camino de la perdición y con
ellos llevan a muchas más almas. A la Eucaristía cada vez se le da menos
importancia. Debemos evitar la ira de Dios sobre nosotros con nuestros
esfuerzos. Si le pedís perdón con vuestras almas sinceras Él os perdonará.
Yo, vuestra Madre, por intercesión del Ángel San Miguel, os quiero decir que
os enmendéis. Ya estáis en los últimos avisos. Os quiero mucho y no
quiero vuestra condenación. Pedidnos sinceramente y Nosotros os lo daremos.
Debéis sacrificaros más. Pensad en la Pasión de Jesús.”
La
Virgen nos avisó allí de la defección de la Iglesia, especialmente de los
consagrados, cuyos graves errores doctrinales y pastorales llevarían a muchos
fieles a la condenación eterna en el Infierno. Advierte nuestra Madre que a la
Eucaristía se le da cada vez menos importancia…¿Y no es esto lo que está
ocurriendo en este último pontificado cuando vemos a Francisco promoviendo la comunión
a las parejas en adulterio sin castidad, cuando le vimos repartir la Eucaristía
sin dignidad y sin decir “El cuerpo de Cristo”; cuando vemos que se la ofrece a
pecadores públicos impenitentes; cuando se bendice que los católicos del norte
de Argentina, si no podían ir a la misa católica, se acercaran indistintamente
a los servicios religiosos anglicanos, en los que no hay transubstanciación;
cuando vemos que luteranos reciben la comunión en el Vaticano? Fue también un
angustioso llamado de nuestra Madre a la conversión para paliar el castigo
divino final (los últimos avisos), para evitar que bebamos, hasta las heces, el
cáliz puro de la Ira de Dios (de los que habla Apocalipsis 16).
Y
Conchita advertía:
“El
Ángel me ha dicho que muchos cardenales, obispos y sacerdotes van por el camino
de la perdición y con ellos llevan a muchas más almas. Cuando el Ángel me decía
esto –sigue siendo Conchita, quien lo narra en su diario–a mí me daba mucha
vergüenza, y el Ángel me lo repitió por segunda vez: ‘Sí, Conchita, muchos
cardenales, obispos y sacerdotes van por el camino de la perdición y con ellos
llevan a muchas más almas”.
La
Virgen, en Garabandal, le dijo a las niñas que está próxima la Parusía de su
Hijo: en la conversación con D. Albrecht Weber y los otros testigos del 13 de
noviembre de 1965, después de una breve pausa, dijo Conchita que “la Santísima
Virgen nos ha hablado varias veces que su Hijo Jesús vuelve de nuevo pero no sé
cuándo Él vendrá”. Aniceta concluye esta parte de la conversación preguntando:
–“¿Estás segura que la Virgen te dijo todo esto?”. Conchita responde: –“Sí”. No
se refiere la Virgen aquí al fin del mundo sino al fin de los últimos tiempos,
los tiempos de los gentiles, de las naciones, que acabarán con la gran
apostasía, el falso profeta (anticristo de la tierra) y el Anticristo político
(o del mar), y, finalmente, con su Parusía.
En
Garabandal la Virgen habló de un Aviso, un Milagro y un Castigo, como
acontecimientos previos a la Parusía. Por ser ampliamente conocidos no abundaremos
más en ellos. También advirtió la Virgen a Conchita que el Aviso se produciría
en el peor momento de una revolución comunista, de una invasión rusa y de un
momento tan grave para la Iglesia que parecería que no se puede practicar la
religión, y que, antes de ese Aviso habría un importante Sínodo en Roma.
APARICIONES DE AKITA,
JAPÓN
Entre
1973 y 1975 la Virgen se apareció en Japón a Agnes Sasagawa, monja católica a
la que curó de su sordera. En junio de 1988, el Card. Joseph Ratzinger,
Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, impartió el
juicio definitivo sobre los eventos y mensajes de Akita, juzgándolos confiables
y dignos de fe. El cardenal observó que Akita es una continuación de los
mensajes de Fátima. ¿En qué medida? En la medida en que la Virgen abordaba de
nuevo, sin respetos humanos, toallas calientes ni medias tintas, el espinoso
asunto de la apostasía en la Iglesia, como buena Madre que viene a avisar a sus
hijos. La Virgen lacrimó 101 veces durante varios años y le enseñó a la monjita
las oraciones de reparación que el Ángel de Portugal hizo aprender a los
pastorcitos de Fátima en 1917, para que las rezara tras cada misterio del
rosario. Veamos algunos de sus mensajes:
“Como
te dije, si los hombres no se arrepienten y se mejoran, el Padre infligirá un
terrible castigo a toda la humanidad. Será un castigo mayor que el diluvio, tal
como nunca se ha visto antes.Fuego caerá del cielo y eliminará a gran parte de
la humanidad, tanto a los buenos como a los malos, sin hacer excepción de
sacerdotes ni fieles. Los sobrevivientes se encontrarán tan desolados que
envidiarán a los muertos. Las únicas armas que les quedarán serán el
rosario y la señal dejada por mi Hijo. Cada día recita las oraciones del
rosario. Con el rosario, reza por el Papa, los obispos y los sacerdotes.”
“La obra del demonio infiltrará hasta dentro de la Iglesia de tal manera que se verán cardenales contra cardenales, obispos contra obispos. Los sacerdotes que me veneran serán despreciados y encontrarán oposición de sus compañeros…iglesias y altares saqueados; la Iglesia estará llena de aquellos que aceptan componendas y el demonio presionará a muchos sacerdotes y almas consagradas a dejar el servicio del Señor.
“El demonio será especialmente implacable contra las almas consagradas a Dios. Pensar en la pérdida de tantas almas es la causa de mi tristeza. Si los pecados aumentan en número y gravedad, no habrá ya perdón para ellos.
“Con valentía,
habla con tu superior. Él sabrá cómo dar a cada uno valor para rezar y lograr
obras de reparación”.
Para
que el mundo conozca su ira, el Padre Celestial está preparando para
infligir un gran castigo sobre toda la humanidad. Con mi Hijo yo he intervenido
tantas veces para apaciguar la cólera del Padre. Yo he prevenido la venida de
calamidades ofreciéndole los sufrimientos del Hijo en la Cruz, Su Preciosa
Sangre, y amadas almas que Le consuelan formando una corte de almas
víctimas.Oración, penitencia y sacrificios valientes pueden suavizar la cólera
del Padre. Yo deseo esto también de tu comunidad… que ame la pobreza, que
se santifique y rece en reparación por la ingratitud y el ultraje de tantos
hombres.
APARICIONES DE KIBEHO
(RWANDA)
En
1982 la Madre del Verbo se apareció a algunos adolescentes en Rwanda. Previó la
terrible guerra civil y matanza posterior en dicho país y habló sin ambages del
fin de los tiempos y de la Venida de Cristo. Fueron aprobadas por el
Obispo Monseñor Misago:
“El
mundo está llegando a su fin. El regreso de Jesús está muy cercano…
La Reina de los Ángeles viene a aconsejarnos que nos preparemos para la venida de su Hijo.
Tenemos que sufrir con Jesús, rezar y ser apóstoles para prepararnos para su venida”.
“No
queda mucho tiempo para prepararse para el juicio final. Deben cambiar sus
vidas, renunciar al pecado. Oren y prepárense para su propia muerte y para
el fin de los tiempos. Deben prepararse, mientras aún queda tiempo. Aquellos
que hagan el bien, irán al Cielo. Si hacen el mal, se condenarán a sí mismos
sin oportunidad de apelación alguna. No pierdan tiempo y empiecen ya mismo a
orar y hacer el bien. No queda mucho tiempo, y Jesús está volviendo”.
“Mucha
gente trata a su prójimo deshonestamente. El mundo está lleno de odio. Ustedes
sabrán que mi segunda venida está cerca cuando vean el estallido de guerras
religiosas. Entonces, sepan que yo estoy en camino”.
CONCLUSIÓN
Como
vemos, el tono y el contenido de las apariciones de la Virgen en los últimos
doscientos años han sido ciertamente sombríos, pero necesarios, como siempre
haría una buena Madre, advirtiéndonos del peligro que corremos si seguimos
cometiendo abominaciones (la homosexualidad mostrada con orgullo; el aborto, el
suicidio, la contracepción, la eutanasia convertidos en derechos; el falso
ecumenismo que profesa últimamente la Iglesia, buscando uncirnos al carro de la
falsa Iglesia que se proyecta, donde todos, protestantes y cismáticos incluidos,
tengamos los mismos derechos y doctrina; el ataque a la Eucaristía; la religión
expulsada de lo público; y, en suma, la Iglesia, poseída por la masonería y el
marxismo, predicando sólo el materialismo y el reino en la Tierra, y
olvidándose de recordar los Novísimos y la santidad, la penitencia y la
conversión, etc.).
Pero
no eran los profetas verdaderos los que profetizaban una era de optimismo y de
progreso eclesial sino los que avisaban de castigos y catástrofes enviados por
Dios por la apostasía de Israel. Los falsos profetas eran y son amados por el
mundo, profetizan que todo irá bien y que estamos en la mejor época de la
Iglesia. Así trataban los padres de los hipócritas a los falsos profetas que
pululaban en Israel (Lucas 6, 26), alabándoles, y eran ellos los que perseguían
y asesinaban a los profetas verdaderos (Mt 23, 30-31).
«Guardaos
de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por
dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas
de los espinos o higos de los abrojos? Así, todo árbol bueno da frutos buenos,
pero el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos
malos, ni un árbol malo producir frutos buenos. (Mateo 7, 13-18)
Isaías
era apartado y reprendido en su época por profetizar desgracias (verdades):
“Que
es un pueblo terco, criaturas hipócritas, hijos que no aceptan escuchar la
instrucción de Yahveh; que han dicho a los videntes: «No veáis»; y a los
visionarios: «No veáis para nosotros visiones verdaderas; habladnos cosas
halagüeñas, contemplad ilusiones.” (Isaías, 30, 9-10).
Por
tanto, esta línea argumental de las apariciones marianas sirve para enmarcar
también la que, sin duda, es la aparición más importante de nuestra Madre del
Cielo, la de Fátima, en 1917. Por el contexto gravísimo en que se produce, que
ahora veremos, entenderemos por qué Ella trajo un mensaje tan grave: la visión
del Infierno, donde van los pobres que mueren en pecado mortal; el aviso de que
si el mundo no se enmendaba habría una guerra peor (la II Guerra Mundial) que
la que existía en ese momento; y por último, en la parte que aún no se ha hecho
pública, la Virgen comentaba explícitamente la apostasía de la Iglesia, que
comenzaría en su cima.
II LA APARICIÓN DE LA
VIRGEN EN FÁTIMA Y LOS SECRETOS YA CONOCIDOS
Introducción:
el contexto de las apariciones
En
1917 la Virgen se apareció en una pequeña pedanía portuguesa, Fátima,
perteneciente al municipio de Ourem, una esquina del país lejos de cualquier
vía de comunicación por carretera o ferrocarril. En esa esquina del mundo
decidió dar la Virgen el mensaje más trascendental y dramático para el género
humano. Y se apareció a tres humildes niños campesinos, pastores, para más
señas: Lucía, Francisco y Jacinta, de 10, 8 y 7 años en el momento de la
primera aparición, el 13 de mayo de 1917. En ello vemos, una vez más, que los
pensamientos y caminos de Dios nada tienen que ver con los de los hombres
(Isaías 55, 8-9).
Portugal,
como otras muchas naciones, estaba ya entonces en manos de un gobierno
masónico, que dificultaba mucho la práctica religiosa. En la década siguiente
se libró la guerra de los cristeros contra el gobierno masónico mejicano de
Plutarco Elías Calles, e incluso décadas antes ya había muerto asesinado el
presidente de Ecuador, García Moreno, ejecutado por la masonería de su país.
Hoy prácticamente todos los países occidentales, europeos, norteamericanos y
sudamericanos gimen bajo las garras de la masonería o del marxismo, hermanos de
leche de la misma matriz atea y materialista.
La
I Guerra Mundial se había desatado en 1914, fruto de conspiraciones masónicas y
revolucionarias iniciadas en el siglo XIX con la finalidad de derrocar todas
las monarquías europeas, para acabar con el orden social cristiano heredero de
la Edad Media. En ese caso el objetivo era el gran Imperio católico
austro-húngaro, dirigido por la dinastía de los Habsburgo. No por casualidad la
guerra se desató tras el magnicidio cometido sobre las personas de los
herederos al trono, el Archiduque Francisco Fernando de Austria y su esposa.
Muchos otros regicidios fueron cometidos en esta época.
En
la diana de esa misma conspiración se encontraba Rusia, la gran Rusia, cuya
alma eslava era profundamente cristiana y pacífica, gobernada por la dinastía
de los Zares. El manifiesto comunista fue elaborado por Marx y Engels en 1948 y
actuó como gatillo de todas las revoluciones anticristianas del s. XIX. El
comunismo hundía sus raíces en la doctrina de los utopistas franceses, y pueden
incluso rastrearse hacia atrás en el idealismo de Hegel y Kant, el nacionalismo
romántico e incluso, más atrás aún, en la primacía del subjetivismo del
protestantismo, en el panteísmo de Giordano Bruno y el hermetismo de Pico della
Mirandola.
La
Virgen se aparece también en los meses y días previos al alzamiento bolchevique
que derrocaría para siempre de Rusia la monarquía cristiana, cumpliendo la
profecía del protoevangelio: la lucha a muerte, la enemistad perpetua entre la
Mujer y la serpiente.
Además,
en el orden espiritual, el modernismo estaba comenzando a infectar fuertemente
la Iglesia, razón por la cual Pío X publicó el 8 de septiembre de 1907 una
monumental Encíclica condenándolo, como la suma de todos los errores y herejías
de la historia: laPascendi, nunca suficientemente ponderada. Y el 8 de
diciembre de 1864 Pío IX había aprobado también la excelsa
Encíclica Quanta Cura, junto con el Syllabus errorum, donde condena
proféticamente errores y herejías hoy tan difundidas en la Iglesia como el
comunismo, socialismo, sociedades secretas, indiferentismo religioso,
latitudinarismo, americanismo, liberalismo religioso, y errores en materia de
matrimonio (¡¡!!).
Pero
incluso antes, en 1832, ya Gregorio V denunció en Mirari Vos, otra
Encíclica imprescindible, los errores que se iban deslizando dentro de la
Iglesia. Además del indiferentismo religioso, tan en boga, llamaría la atención
hoy recordar estas palabras de aquel Sumo Pontífice recordando la santidad del
matrimonio.
En
este momento crítico de la historia, por pura misericordia de Dios, la Virgen
se apareció a los hombres en Fátima.
2. LOS TRES
SECRETOS QUE LA VIRGEN DIO A LOS PASTORCITOS EN FÁTIMA
A.La
primera parte del Secreto
En
carta fechada en Tuy (provincia de Pontevedra) el 31 de agosto de 1941, Sor
Lucía envió al obispo de Leiria Mons. Jose Alves Correia Da Silva el escrito
que se conoce como “tercera memoria” sobre la primera y segunda parte del
“secreto” y consagrado casi en su totalidad (quince páginas) a los secretos
recibidos en la tercera aparición de la Virgen, la de 13 de julio de 1917.
Vayamos
ahora a la primera parte.
Nuestra
Madre no le quiso evitar a tres niños pequeños la visión aterradora del
Infierno, donde van a parar los pobres pecadores no arrepentidos. Si nuestra
Madre apareciera en alguna de nuestras Iglesias dándonos esa visión en público
a los presentes, ¿cuántos presbíteros no la acusarían de falta de misericordia
y de tacto, y cuántos teólogos? Se olvidan de que no hay mayor misericordia que
recordar la Verdad de nuestra fe: lo importante es salvar el alma propia y la
de nuestros deudos. “Buscad el Reino de Dios y lo demás se os dará por
añadidura”… Y no se refería aquí Cristo con esas palabras a la construcción del
Reino en la Tierra porque precisamente Jesús estaba echándole en cara a sus
seguidores que sólo se preocuparan por lo material, por la comida, bebida o
ropas. Se refería, claro, al Reino de los Cielos (Mt 6, 31-33), a la santidad
personal.
Escribe
Lucía:
“Nuestra
Señora nos mostró un gran mar de fuego que parecía estar debajo de la tierra.
Sumergidos en ese fuego, los demonios y las almas, como si fuesen brasas
transparentes y negras o bronceadas, con forma humana que fluctuaban en el
incendio, llevadas por las llamas que de ellas salían, juntamente con nubes de
humo que caían hacia todos lados, parecidas al caer de las pavesas en los
grandes incendios, sin equilibrio ni peso, entre gritos de dolor y gemidos de
desesperación que horrorizaba y hacía estremecer de pavor. Los demonios se
distinguían por sus formas horribles y asquerosas de animales espantosos y
desconocidos, pero transparentes y negros. Esta visión fue durante un momento
y, ¡gracias a nuestra buena Madre del Cielo, que antes nos había prevenido con
la promesa de llevarnos al Cielo! De no haber sido así, creo que hubiéramos
muerto de susto y pavor. Inmediatamente levantamos los ojos hacia Nuestra
Señora que nos dijo con bondad y tristeza: –Ustedes han visto el infierno,
donde van las almas de los pobres pecadores. Es para salvarlos que Dios quiere
establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón”.
La
misma Sor Lucía, en entrevista concedida en el Carmelo de Coimbra el 26 de
diciembre de 1957 al sacerdote mejicano Agustín Fuentes (hecha pública en
su contenido el 22 de mayo del año siguiente cuando éste dio una
conferencia en su tierra natal, México, comentándola) expresó que en ello veía
una señal de la proximidad de los últimos tiempos.
Dice
el Padre Fuentes:
“La
encontré en su convento muy triste, pálida y demacrada”; y me dijo:
“Padre,
la Santísima Virgen está triste, porque nadie hace caso a su mensaje, ni los
buenos ni los malos. Los buenos porque prosiguen su camino de bondad pero sin
hacer caso a este mensaje. Los malos porque no viendo el castigo de Dios
actualmente sobre ellos, a causa de sus pecados, prosiguen también su camino de
maldad. Pero créame, Padre, Dios va a castigar al mundo, y lo va a castigar de
una manera tremenda…
Padre el demonio está librando una batalla decisiva contra la Virgen; y como sabe qué es lo que más ofende a Dios y lo que, en menos tiempo, le hará ganar mayor número de almas, está tratando de ganar a las almas consagradas a Dios, ya que de esta manera también deja el campo de las almas al desamparo, y más fácilmente se apodera de ellas.
Dígales también, Padre, que mis primos Francisco y Jacinta se sacrificaron porque vieron siempre a la Santísima Virgen muy triste en todas sus apariciones. Nunca se sonrió con nosotros, y esa tristeza y angustia que notábamos en la Santísima Virgen, a causa de las ofensas a Dios y de los castigos que amenazaban a los pecadores, nos llegaban al alma. Lo segundo que santificó a los niños fue la visión del infierno.
Padre, no esperemos que venga de Roma una llamada a la penitencia, de parte del Santo Padre, para todo el mundo: ni esperemos tampoco que venga de parte de los señores Obispos para cada una de sus diócesis: ni siquiera tampoco de parte de las Congregaciones Religiosas. No: ya nuestro Señor usó muchas veces de estos medios y el mundo no le ha hecho caso. Por eso, ahora, ahora que cada uno de nosotros comience por sí mismo su reforma espiritual: que tiene que salvar no sólo su alma, sino salvar a todas las almas que Dios ha puesto en su camino.
Por esto mismo Padre, no es mi misión indicarle al mundo los castigos materiales que ciertamente vendrán sobre la tierra si el mundo antes no hace oración y penitencia. No, mi misión es indicarle a todos lo inminente del peligro en que estamos de perder para siempre nuestra alma si seguimos aferrados al pecado.
Padre,
la Santísima Virgen no me dijo que nos encontramos en los últimos tiempos
del mundo, pero me lo dio a demostrar por tres motivos:
– el primero porque me dijo que el demonio está librando una batalla decisiva con la Virgen, y una batalla decisiva es una batalla final, en donde se va a saber de qué partido es la victoria, de qué partido es la derrota. Así que ahora o somos de Dios o somos del demonio.
– Lo segundo porque me dijo que dos eran los últimos remedios que Dios daba al mundo: el santo Rosario y la devoción al Inmaculado Corazón de María.
– Y tercero, porque siempre en los planos de la Divina Providencia, cuando Dios va a castigar al mundo, agota antes todos los demás medios, y cuando ha visto que el mundo no le ha hecho caso a ninguno de ellos, entonces, como si dijéramos a nuestro modo imperfecto de hablar, nos presenta con cierto temor el último medio de salvación, su Santísima Madre. Porque si despreciamos y rechazamos este último medio, ya no tendremos perdón del cielo, porque hemos cometido un pecado que, en el Evangelio suele llamarse pecado contra el Espíritu Santo: que consiste en rechazar abiertamente, con todo conocimiento y voluntad, la salvación que se presenta en las manos; y también porque nuestro Señor es muy buen hijo; y no permite que ofendamos y despreciemos a su Santísima Madre, teniendo como testimonio patente la historia de varios siglos de la Iglesia que con ejemplos terribles nos indica como Nuestro Señor siempre ha salido en defensa del honor de su Santísima Madre.”
B.
La segunda parte del Secreto
Nuestra
Madre tranquilizó a continuación a los tres pastorcillos indicándoles que la I
Guerra Mundial pronto acabaría, pero que si no dejaban de ofender a Dios otra
guerra peor comenzaría poco más tarde. Y así fue, veinte años después de
terminar la IGM se desataba la II Guerra Mundial.
Veamos
las palabras textuales de la Virgen:
“La
guerra pronto terminará. Pero si no dejan de ofender a Dios, otra guerra peor
comenzará durante el pontificado de Pío XI. Cuando ustedes vean una noche
iluminada por una luz desconocida, sabrán que esta es la señal que Dios les
dará de que va a castigar al mundo por sus crímenes, por medio de la guerra,
del hambre y de las persecuciones a la Iglesia y al Santo Padre. Para
impedirla, vendré a pedir la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón y la
Comunión reparadora de los Primero Sábados. Si se atienden mis deseos, Rusia se
convertirá y habrá paz; si no, esparcirá sus errores por el mundo, promoviendo
guerras y persecuciones a la Iglesia. Los buenos serán martirizados y el Santo
Padre tendrá mucho que sufrir; varias naciones serán aniquiladas. Por fin, mi
Inmaculado Corazón triunfará. El Santo Padre me consagrará a Rusia, que se
convertirá, y será concedido al mundo algún tiempo de paz”.
Esa
consagración de Rusia que preanunciaba la Virgen vino a pedírsela nuestra Madre
del Cielo a Sor Lucía el 13 de junio de 1929, encontrándose ella en las
Hermanas Doroteas de Tuy. En sus memorias relata lo que le dijo Nuestra Señora:
“Ha
llegado el momento en que Dios pide al Santo Padre hacer la consagración de
Rusia a mi Inmaculado Corazón, en unión con todos los obispos del mundo,
prometiendo salvarla por este medio. Si no atienden mi súplica habrá otra
guerra y muchas naciones serán aniquiladas”.
C. La
parte revelada de la Tercera parte del Secreto
En
la “cuarta memoria” Sor Lucía añade: En Portugal se conservará siempre el dogma
de la fe, etc. También parece que la Virgen añadió: Recuerden que no deben
decirle esto a nadie más que a Francisco”. Recordemos que Sor Lucía
veía, oía y hablaba con la Virgen; que Jacinta veía y oía a la Virgen; pero que
Francisco sólo la veía, sin oírla.
¿Cuándo
y por qué escribió Sor Lucía esta Tercera Parte del Secreto? Estando en Tuy,
Sor Lucía cayó enferma en junio de 1943 y tuvo que ser atendida en Pontevedra.
Por ello, al enterarse, Mons. José Correia Da Silva fue personalmente a Tuy el
15 de septiembre de 1943 para pedirle que escribiese el Tercer Secreto. Ella le
pidió una orden personal, escrita, y la recibió a mitad de octubre.
En
esta tercera parte del Secreto había claramente dos mensajes: una visión, que
la Virgen hizo ver a los tres pastores; y las palabras de la Virgen
interpretando dicha visión. La primera parte (la visión del Papa saliendo de
Roma y muriendo mártir) fue revelada por el Vaticano en 2000. Se trataba de un
documento de 4 carillas, manuscritas por Lucía el 3 de enero de 1944.
La
segunda parte, esto es, las palabra de la Virgen explicando dicha visión y la
gran apostasía de la Iglesia fueron terminadas de escribir el 9 de enero de
1944. Se trata de dos documentos distintos, escritos con pocos días de
diferencia. Es por eso por lo que la Virgen le dice a Lucía y Jacinta que
dichas palabras – las más graves pronunciadas nunca por la Virgen en sus miles
de apariciones en este mundo – sólo se las pueden comunicar a Francisco. Esas
palabras aún no han sido publicadas por el Vaticano, que incluso niega la
existencia del documento en que se encuentra (una sola hoja, con entre 20-25
líneas).
¿Cómo
sabemos esto?
Cuenta
Sor Lucía que, tras la orden recibida por su obispo para que escribiera el
Tercer secreto, el ataque del Demonio para que no lo hiciera fue tan fuerte que
por muchos días no pudo siquiera coger la pluma. Finalmente, gracias a que se
le apareció la Virgen el 2 de enero y le dijo que era voluntad del Cielo que lo
escribiera, pudo hacerlo. Así, pudo escribir el 3 de enero la visión del Tercer
Secreto y terminar de escribir las palabras explicativas de la Virgen sobre su
significado (la gran apostasía de la Iglesia) el 9 de enero.
En
1957, cuando el Santo Oficio del Cardenal Ottaviani pidió al Obispo de Fátima
que enviase el Secreto al Vaticano, el Obispo de Fátima, Mons. José Alves
Correia da Silva, confió la tarea al Obispo auxiliar Venancio. En un momento
cuando el Obispo Venancio estaba solo con el Secreto, miró el sobre al trasluz.
Pudo distinguir que dentro del sobre grande del obispo había uno más pequeño. Y
dentro de este sobre había, doblada, una hoja de papel ordinario con márgenes
en cada lado de tres cuartos de centímetro. Frère Michel de la Trinité señala
que el Obispo Venancio “se tomó la molestia de anotar el tamaño de todo”.
Gracias al Obispo Venancio sabemos que el Secreto final se escribió sobre una
pequeña hoja de papel que tiene de 20 a 25 líneas. Este escrito lo
terminó de escribir Sor Lucía el 9 de enero de 1944.
Sin
embargo, la visión del Tercer Secreto que se hizo pública el 26 de junio del
Vaticano fue escrito el 3 de enero por Sor Lucía en cuatro hojas de papel y
contenía 62 líneas. Encontramos aquí la evidencia de dos textos distintos del
Secreto.
Veamos
ahora la visión, hecha pública en 2000 en el Documento firmado por el Card.
Ratzinger como Prefecto para la Doctrina de la Fe y titulado “El mensaje de
Fátima”:
“Tercera
parte del secreto revelado el 13 de julio de 1917 en la Cueva de Iria-Fátima.
Escribo
en obediencia a Vos, Dios mío, que lo ordenáis por medio de Su Excelencia
Reverendísima el Señor Obispo de Leiria y de la Santísima Madre vuestra y mía.
Después
de las dos partes que ya he expuesto, hemos visto al lado izquierdo de Nuestra
Señora un poco más en lo alto a un Ángel con una espada de fuego en la mano
izquierda; centelleando emitía llamas que parecía iban a incendiar el mundo;
pero se apagaban al contacto con el esplendor que Nuestra Señora irradiaba con
su mano derecha dirigida hacia él; el Ángel señalando la tierra con su mano
derecha, dijo con fuerte
voz: ¡Penitencia, Penitencia, Penitencia! Y vimos en una
inmensa luz qué es Dios: « algo semejante a como se ven las personas en un
espejo cuando pasan ante él » a un Obispo vestido de Blanco « hemos tenido el
presentimiento de que fuera el Santo Padre ». También a otros Obispos,
sacerdotes, religiosos y religiosas subir una montaña empinada, en cuya cumbre
había una gran Cruz de maderos toscos como si fueran de alcornoque con la
corteza; el Santo Padre, antes de llegar a ella, atravesó una gran ciudad medio
en ruinas y medio tembloroso con paso vacilante, apesadumbrado de dolor y pena,
rezando por las almas de los cadáveres que encontraba por el camino; llegado a
la cima del monte, postrado de rodillas a los pies de la gran Cruz fue muerto
por un grupo de soldados que le dispararon varios tiros de arma de fuego y
flechas; y del mismo modo murieron unos tras otros los Obispos sacerdotes,
religiosos y religiosas y diversas personas seglares, hombres y mujeres de
diversas clases y posiciones. Bajo los dos brazos de la Cruz había dos Ángeles
cada uno de ellos con una jarra de cristal en la mano, en las cuales recogían
la sangre de los Mártires y regaban con ella las almas que se acercaban a
Dios.”
A
continuación, dicho documento incorpora las palabras del Cardenal Sodano
(Secretario de Estado) donde él, libremente, la interpreta de una forma, a mi
juicio, burda: fuerza la letra de la visión ¡y hasta la cambia! para hacerle
decir a la Virgen lo que ella no dijo, queriéndonos hacer creer que toda esa
visión se refería al intento de asesinato de Juan Pablo II por Alí Agca. No se
sostiene en absoluto. Porque Juan Pablo II, en la mañana en que fue tiroteo, no
estaba atravesando una ciudad en ruinas, ni había cadáveres de sacerdotes por
el camino por cuyas almas pidiera, ni iba acompañado por religiosos,
sacerdotes, obispos y seglares a los pies de una cruz donde es asesinado por
balas y flechas….
Llega
incluso a decir que JPII cayó “como muerto” para forzar esa interpretación…. En
fin…. Recordemos que Sodano participó también activamente en la elección del
Card. Bergoglio, ya que dirigió como Decano del colegio cardenalicio las
Congregaciones Generales donde se habló del perfil del papa que la Iglesia necesitaba,
extrañamente idéntico al de Bergoglio… En su libro “El último Papa”, el padre
Malachi Martin, que leyó el Tercer Secreto completo, dice que pertenecía a la
masonería y que estuvo instruido por el Card. Villot, también masón, su
predecesor en la Secretaría de Estado.
Con
estos antecedentes, pues, no es de extrañar que un Secretario de Estado (cargo
que no tiene ninguna autoridad moral ni espiritual para hablar de doctrina)
pronunciara aquellas extrañas palabras tras la misa celebrada el 13 de mayo de
2000 en Fátima por JPII. En ellas, aparte de lo dicho, explica:
-Que
el mensaje de Fátima no se refiere al futuro sino al pasado (“que no describe
con sentido fotográfico los detalles de los acontecimientos futuros”).
-Que
su lenguaje es simbólico y no real (“por tanto, la clave del lectura del texto
ha de ser de carácter simbólico”).
-Que
esa descripción, por tanto, es una sucesión de las angustias de los sucesivos
papas por tener que lidiar con los sistemas ateos, que tantos mártires han
provocado.
-Que
el obispo vestido de blanco de quien los pastorcillos tuvieron el
presentimiento de que fuera el papa y que muere asesinado es en realidad JPII,
que cayó “como muerto” tras el intento de asesinato por Alí Agca.
Como
vemos, un loable esfuerzo por tergiversar el contenido profético de las
palabras de la Virgen y reconducirlo al pasado. Pero patético para cualquier
católico bien informado y que ame la verdad (2 Tes. 2, 10).
Recordemos
que esta visión es casi idéntica a la que tuvo el Papa San Pío X. Mientras
daba una audiencia en 1909 a los franciscanos, entró en una somnolencia
misteriosa. Cuando volvió en sí, exclamó: “Esto que veo es horroroso. “¿Seré
yo?” “¿Será mi sucesor?” Lo que es seguro es que el Papa dejará Roma, y para
salir del Vaticano, le será necesario pasar sobre los cadáveres de sus
sacerdotes” (M. Servant, pág. 244; A. Marty, pág. 78).
Otras
muchas revelaciones privadas han predicho lo mismo: la huida de Roma de un
papa, en el fin de los tiempos. Veamos sólo algunas:
Juan
de Rocapartida: “Al acercarse el Fin de los Tiempos, el Papa y sus
cardenales habrán de huir de Roma en trágicas consecuencias hacia un lugar
donde permanecerán sin ser reconocidos, y el Papa sufrirá una muerte cruel en
el exilio”.
Nicolas
de Fluh: “El Papa con sus cardenales tendrá que huir de Roma en situación
calamitosa a un lugar donde serán desconocidos. El Papa morirá de manera atroz
durante su destierro. Los sufrimientos de la Iglesia serán mayores que
cualquier momento histórico previo”.
El
venerable Bartolomé Holzhauser previó: “Dios permitirá un gran mal contra
su Iglesia: vendrán súbita e inesperadamente irrumpiendo mientras obispos y
sacerdotes estén durmiendo. Entrarán en Italia y devastarán Roma, quemarán
iglesias y destruirán todo”.
La
revelación recibida por la Madre Elena Aiello es que: “Italia será sacudida por
una gran revolución (…) Rusia se impondrá sobre las naciones, de manera
especial sobre Italia, y elevará la bandera roja sobre la cúpula de San Pedro”.
Juan
de Vitiguero: “Cuando el mundo se encuentre perturbado, el Papa cambiará
de residencia”.
Elena
Leonardi, hija espiritual del Padre Pío: “El Vaticano será invadido por
revolucionarios comunistas. Traicionarán al Papa. Italia sufrirá una gran
revuelta y será purificada por una gran revolución. Rusia marchará sobre Roma y
el Papa correrá un grave peligro”.
El
vidente Enzo Alocci: “El Papa desaparecerá temporalmente y esto ocurrirá
cuando haya una revolución en Italia”.
La
Beata Ana María Taigi: “La religión será perseguida y los sacerdotes masacrados.
El Santo Padre se verá obligado a salir de Roma”.
La
mística María Steiner: “La santa Iglesia será perseguida, Roma estará sin
pastor”.
Las
revelaciones de Garabandal son que: “El Papa no podrá estar en Roma, se le
perseguirá y tendrá que esconderse”. “El papa verá el Milagro desde
esté” (habrá huido antes de Roma, añado yo)
El
Cardenal Karol Wojtyla fue muy claro cuando declaró, ante el Congreso
Eucarístico de Pennsylvania, en 1977:
“Estamos
ante la confrontación histórica más grande que la humanidad haya tenido.
Estamos ante la contienda final entre la Iglesia y la anti-iglesia, el
Evangelio y el anti-evangelio. Esta confrontación descansa dentro de los planes
de la Divina Providencia y es un reto que la Iglesia entera tiene que aceptar”.
San
Maximiliano Kolbe: “Un día la bandera de la Inmaculada Virgen María ondeará
sobre el Kremlin (centro del poder comunista), pero antes, la bandera roja
flotará sobre el Vaticano”. Es decir: Rusia se convertirá, pero no sin que
antes el comunismo (sus errores, y el ateísmo) lleguen hasta el mismísimo
Vaticano, la sede del Papa.
El
Card. Ratzinger, no sabemos si presionado o no por la masonería, escribió (o le
hicieron firmar, no lo sabemos) a continuación un comentario teológico que es
impropio de su conocimiento del fin de los tiempos. No olvidemos que es,
posiblemente, la persona que mejor conoce las apariciones de Garabandal, Akita
y otras, que tuvo que estudiar por ocupar muchos años el cargo de Prefecto de
Doctrina de la Fe. Por eso no se explica que escribiera un comentario teológico
desechando los avisos proféticos de Nuestra Madre, tranquilizando conciencias,
políticamente correcto. En este comentario, resumidamente, coincide con las
palabras del Card. Sodano, atribuye estas visiones a la imaginación de los
niños, a las imágenes que Sor Lucía veía de niña en los libros de piedad, etc.
E incluso cita al padre Édouard Dhanis, sacerdote jesuita belga de reconocido
modernismo, conocido por su oposición a las tres partes del Secreto de Fátima,
posición más que desacreditada por las investigaciones posteriores.Y acaba con
una frase muy rotunda que no parece de su pluma, siempre dada a los matices y
nunca hiriente o irónica: “En la medida en que se refiere a acontecimientos
concretos, ya pertenecen al pasado. Quien había esperado en impresionantes
revelaciones apocalípticas sobre el fin del mundo o sobre el curso futuro de la
historia debe quedar desilusionado. Fátima no nos ofrece este tipo de
satisfacción de nuestra curiosidad, del mismo modo que la fe cristiana por lo
demás no quiere y no puede ser un mero alimento para nuestra curiosidad.”. No
reconocemos la mano del Card. Ratzinger en ella.
De
hecho, en 1984, en su famosa entrevista con Messori, preguntado por el Tercer
Secreto, dijo que el Secreto concernía a “los peligros que amenazaban la
Fe y la vida de los cristianos, y por lo tanto al mundo. Y también la
importancia de los últimos tiempos (novissimi)”. El Cardenal explicó además que
“las cosas contenidas en el Tercer Secreto corresponden a lo que está anunciado
en la Escritura y confirmado en muchas otras apariciones marianas…
Sin
embargo, algo salva la postura del Card. Ratzinger: no pretende dar una
interpretación “oficial” del Tercer Secreto, sino que se limita a proponer un
“intento” de interpretación.
De
hecho, en el año 2003, siendo aún cardenal, Joseph Ratzinger admitió
públicamente, en una entrevista en el canal EWTN con Raymond Arroyo, que la
interpretación del Tercer Secreto podría ser diversa a la ofrecida en junio del
año 2000, que puede estar abierta a las futuras generaciones y que tampoco
podemos descartar que se refieran a futuros ataques a otros papas. Y también
referirse a un acontecimiento futuro. Y algo más revelador aún: a un obispo
conocido, el Card. Ratzinger le confesó que el entonces Secretario de Estado lo
obligó a aceptar la interpretación falsa: “Me torcieron la mano”.
De
hecho, el Card. Ratzinger parece haberse arrepentido de semejante
interpretación pues ya siendo ya Papa dijo en Fátima, en 2010:
“Se
equivoca quien piensa que la misión profética de Fátima está acabada”.
Y
en el avión de ida a Fátima dijo algo muy duro: que el Tercer secreto confirma
que los mayores ataques de la Iglesia vienen desde dentro:
“La
novedad que podemos descubrir hoy en este mensaje reside en el hecho de que los
ataques al Papa y a la Iglesia no sólo vienen de fuera, sino que los
sufrimientos de la Iglesia proceden precisamente de dentro de la Iglesia, del
pecado que hay en la Iglesia. También esto se ha sabido siempre, pero hoy
lo vemos de modo realmente tremendo: que la mayor persecución de la Iglesia no
procede de los enemigos externos, sino que nace del pecado en la Iglesia y que
la Iglesia, por tanto, tiene una profunda necesidad de volver a aprender la
penitencia, de aceptar la purificación, de aprender, por una parte, el perdón,
pero también la necesidad de la justicia. El perdón no sustituye la justicia.
En una palabra, debemos volver a aprender estas cosas esenciales: la
conversión, la oración, la penitencia y las virtudes teologales. De este modo,
respondemos, somos realistas al esperar que el mal ataca siempre, ataca desde
el interior y el exterior, pero también que las fuerzas del bien están
presentes y que, al final, el Señor es más fuerte que el mal, y la Virgen para
nosotros es la garantía visible y materna de la bondad de Dios, que es siempre
la última palabra de la historia.”
Sobre
las palabras de la Virgen explicando la Visión del Tercer Secreto hablaremos
más adelante.
La
consagración de Rusia aún no se ha realizado de la forma en que pidió la Virgen.
Dentro
del plan masónico para acabar con el orden social cristiano era necesario
derribar el pulmón oriental de la fe, Rusia. El plan era derrocar la monarquía
católica de los Zares e imponer la dictadura comunista de los bolcheviques,
previo paso por el gobierno masónico de Kerenski, cosa que acabaron
consiguiendo con Lenin y posteriormente Stalin, provocando en los años
siguientes la carnicería más grande de la historia de la humanidad, con más de
100 millones de muertos y represaliados.
Efectivamente,
la antigua serpiente del Génesis, la que sedujo a nuestros primeros padres, ha
ido creciendo con el poder que el pecado de los hombres le ha ido dando y ya se
nos presenta en este fin de los últimos tiempos (el fin del tiempo de las
naciones) en el Apocalipsis como el Dragón Rojo, esto es, el comunismo.
Fijémonos
que la última aparición de Fátima, el 13 de octubre de 1917, representa a la
Mujer vestida de Sol: se produjo un milagro gigantesco en el Sol, que daba
vueltas y amenazaba caer sobre las 70.000 almas presentes, invitando a la
conversión (tipo del castigo o diluvio de fuego en que consistirá el castigo
final a la humanidad, como nos indica la II Pedro 3, 7) y que dará paso a los
nuevos cielos y nueva tierra de la que hablan Isaías 65, 17; Isaías 66, 22;
Apoc. 21 y 22, etc.
Pocos
días después en Rusia se produce la Revolución bolchevique, el 7 de noviembre
de 1917, en San Petersburgo. El Dragón Rojo amenaza desde entonces devorar a la
Mujer vestida de Sol y a su Hijo, hecho portentoso en que se cumple Apocalipsis
XII.
La
Virgen vino a pedir la consagración de Rusia al Inmaculado Corazón de la Virgen
María, no la consagración del mundo, como tantos y tantos dicen sin saber (o
sabiéndolo, pero con mala fe).
La
misma Sor Lucía confirmó esto. En 1946, el profesor William T. Walsh se
entrevistó con la Hermana Lucia. Éste dijo lo siguiente: “La Hermana Lucia le
puso en claro que Nuestra Señora no pidió la consagración del mundo a Su
Corazón Inmaculado. Lo que Ella exigió específicamente fue la consagración de
Rusia. Ella no comentó, claro, que el Papa Pío XII había consagrado al mundo,
no a Rusia, al Corazón Inmaculado en 1942. Pero dijo más de una vez y con
énfasis deliberado:
“Lo
que Nuestra Señora quiere es que el Papa y todos los Obispos en el mundo
consagren a Rusia a Su Corazón Inmaculado en un día especial. Si se hace esto, Ella
convertirá a Rusia y habrá paz. Si no se hace, los errores de Rusia se
esparcirán por todos los países del mundo.”
“Significa
esto, en su opinión, que todos los países, sin excepción, serán dominados por
el Comunismo?”
–
“Sí”, contestó ella.
Esto
mismo lo cuenta José María Zavala en su último libro “El secreto mejor guardado
de Fátima”, páginas 126-127.
Pero
hay más testimonios, al respecto, de Sor Lucía:
La
Hermana Lucia escribió el 17 de febrero de 1947: “El Santo Padre ya ha
consagrado a Rusia, incluyéndola en la consagración del mundo, pero no ha sido
hecha en la forma indicada por Nuestra Señora.”
El
26 de diciembre de 1957, la Hermana Lucia dijo: “Rusia será el instrumento de
castigo escogido por el Cielo para el mundo entero si no logramos de antemano
la conversión de esa pobre nación.”
El
21 de marzo de 1982, la Hermana Lucia, ante los testigos, el Doctor Lacerda y
el Obispo de Fátima, fue formalmente requerida para que explicara al
representante personal del Papa Juan Pablo II – el Nuncio de Lisboa – lo que
Nuestra Señora quería del Papa. Ella explicó que el Papa debe 1) escoger una
fecha. 2) Ordenar a los Obispos del mundo entero 3) hacer cada uno en su propia
Catedral al mismo tiempo que el Papa 4) una ceremonia solemne y pública de Reparación
y Consagración de Rusia 5) a los Sagradísimos Corazones de Jesús y María. Más
tarde El Nuncio Papal le dijo al Doctor Lacerda que no le trasmitió al Santo
Padre el deber de cada Obispo de juntarse con el Papa en la obediencia al
mandato de consagrar a Rusia como fue indicado.
La
Hermana Lucía, el 19 de marzo de 1983, fue visitada nuevamente por el Doctor
Lacerda quien atestiguó al mismo Nuncio Papal haber conversado otra vez con la
Hermana Lucía en nombre del papa. Ella contesto claramente: “La Consagración de
Rusia no se ha hecho como pidió Nuestra Señora.” Explicó que era así porque
“Rusia” no fue claramente el objeto de la consagración, y porque cada Obispo no
había hecho en su propia Catedral una ceremonia pública y solemne de la
consagración de RUSIA.
El
20 de julio de 1987, la Hermana Lucía, obligada por la ley portuguesa, dejo su
claustro para votar en la elección Nacional. Al salir de su coche, fue abordada
por el periodista argentino Enrique Romero, quien la interrogo acerca de la consagración
de Rusia. Ella le confirmo que no había sido hecha y que a menos que hubiera un
giro espiritual caracterizado por la oración y el sacrificio, todas las
naciones sucumbirían ante la cruel dictadura comunista. (Esto fue reportado en
la temprana edición de agosto de “Para Ti”, publicada en español en Argentina.)
La
importancia de este último desmentido radica en que se produjo tres años
después de la que muchos creen que fue la consagración de Rusia, la que intentó
JPII con mucha buena fe el 25 de marzo de 1984. Con esta afirmación se proyecta
un velo de sospecha sobre Mons. Bertone quien, atajado por las clarísimas
pruebas y revelaciones que Antonio Socci hizo en su libro “El cuarto Secreto de
Fátima”, publicó a su vez un libro junto con Giuseppe Carli titulado “La última
vidente de Fátima” donde decía que Sor Lucía le había confirmado que la
consagración fue hecha adecuadamente y que el Tercer secreto fue revelado en su
totalidad en 2000 (¡¡!!). Esa carta de la que habla Bertone nunca fue exhibida,
ni siquiera una copia de la misma en su libro, ni sus conversaciones con Sor
Lucía grabadas. Todo muy sospechoso. Hasta el punto que, cuando Mons. Bertone
presentó su libro, Antonio Socci le abordó tras el acto junto con Solideo
Paolini y él, horrorizado, salió corriendo por la puerta de atrás ante la risa
general del público y de los demás periodistas.
Por
tanto, las consagraciones o actos de “affidamento” del mundo hechos por los
pontífices no sirven a los efectos de evitar el gran castigo que Rusia ha de
cumplir sobre el Nuevo Israel (la Iglesia, la católica, la única creada por
Cristo y, por extensión, sobre Europa). Sí pueden haber servido para detener
por varios años la expansión del comunismo e incluso para derribarlo
momentáneamente (la caída del muro de Berlín y del comunismo en los países
satélites del Pacto de Varsovia), pero no definitivamente pues para mí tengo
que Putin (ex agente de la KGB) y Rusia siguen siendo criptocomunistas, pues
mantiene intactas sus élites, los símbolos comunistas (Putin adora a Lenin y no
autorizó a retirar su momia del Kremlin). El mismo Putin reintrodujo la
simbología comunista en los trajes y armamento del ejército y controla con
mano de hierro a la Iglesia católica, a la que no da libertad de
evangelización y que estuvo a punto de ser prohibida por Ley en 2003 (no
se consiguió por no alcanzarse la mayoría de 225 votos en la Duma). Más aun
sabiendo que la Iglesia ortodoxa rusa sigue plenamente alineada con el viejo
comunismo (como en tiempos de la URSS con el patriarca Nicodim), esto es, con
Putin y su partido nacionalista. Putin también permite que se construyan
mezquitas gigantescas en Rusia.
Dentro
del marco de la infiltración marxista y masónica en la Iglesia, cabe recordar
la tristemente famosa “Ostpolitik” vaticana previa y posterior al Concilio
Vaticano II, impulsada por Juan XXIII y que, en resumen, suponía la renuncia de
la Iglesia a condenar el comunismo (como pedía la Iglesia ortodoxa, asimilada
por el Kremlin) a cambio de que la cismática Iglesia ortodoxa enviara
observadores al Concilio Vaticano II. Fue firmado en Metz, Francia, entre el
Cardenal Tisserant (enviado de JXXIII) y Nicodim, patriarca de Moscú.
Tampoco
valieron las consagraciones realizadas por Pablo VI o JPII, por no citar
expresamente la palabra Rusia. Pío XII la citó pero no fue realizada en unión
con los demás obispos del mundo.
Muchos
en la Iglesia hoy creen que la Consagración de JPII el 25 de marzo de 1984 fue
aceptada por el Cielo como consagración de Rusia. El Papa consagró ese día
“este mundo humano nuestro” y después añadió: “De modo especial confiamos y
consagramos a aquellos hombres y aquellas naciones, que tienen necesidad
particular de esta entrega y de esta consagración”, con una alusión implícita a
Rusia, aunque sin nombrarla explícitamente, como había pedido Sor Lucía en
varias ocasiones de parte de Nuestra Señora.
Tiempo
después se dijo que Sor Lucía, en una carta fechada el 8 de noviembre de 1989,
había dicho que esta consagración había sido aceptada por el Cielo como la
Virgen había pedido. Sin embargo esta carta nunca fue hecha pública, de lo que
se quejan Antonio Socci en su Libro “El Cuarto Secreto de Fátima” o el escritor
José María Zavala en el suyo último y excelente libro “El Secreto mejor
guardado de Fátima”. En él recoge una conversación con el sacerdote exorcista
Gabriele Amorth en la que éste dice, irónicamente, que esa supuesta carta de
Sor Lucía nadie la ha visto y que él cree que no la escribió ella (pág. 119 del
libro). Y que él mismo estaba junto a JPII ese día de la consagración, el 25 de
marzo de 1984, que el Papa tenía intención de citar Rusia pero que sus colaboradores
le presionaron muchísimo para que no lo hiciera, por lo que tuvo que hacer
aquella perífrasis (“De modo especial confiamos y consagramos a aquellos
hombres y aquellas naciones, que tienen necesidad particular de esta entrega y
de esta consagración”).
Como
hemos dicho, la Virgen pidió la consagración de Rusia en 1929. Dos años
después, en agosto de 1931, debido a una enfermedad, Sor Lucía estaba pasando
una temporada en una casa amiga en Rianjo, España, una pequeña ciudad marítima
cercana a Pontevedra, para descansar y recobrarse. Fue en la capilla de allí
que la Mensajera de Fátima iba a recibir una vez más una comunicación del
Cielo. Nuestro Señor se quejó a la Hermana Lucía por la tardanza de Sus
ministros, quienes demoraban la Consagración de Rusia al Inmaculado Corazón de
María, como le había pedido Nuestra Señora a Sor Lucía en una aparición el 13
de junio de 1929, dos años y dos meses antes.
La
Hermana Lucía informó a su Obispo la importante revelación:
(29
de agosto de 1931)
Señor
Obispo: mi confesor me manda que participe a V. Excelencia lo que hace
poco ocurrió entre mí y Nuestro Buen Dios: pidiendo a Dios la conversión de
Rusia, de España y Portugal, me pareció que su Divina Majestad me dijo:
‘Me
consuelas mucho pidiéndome la conversión de esas pobres naciones. Pídelo
también a mi Madre, diciendo muchas veces: Dulce Corazón de María, sed la
salvación de Rusia, de España y de Portugal, de Europa y del mundo
entero. ‘Y otras veces: por vuestra pura e Inmaculada Concepción, oh
María, alcanzadme la conversión de Rusia, de España, de Portugal, de Europa y
del mundo entero. ‘Participa a Mis ministros que, en vista de que siguen
el ejemplo del Rey de Francia, en la dilación de la ejecución de mi petición,
también lo han de seguir en la aflicción. Nunca será tarde para recurrir a
Jesús y a María.’
La
misma Sor Lucía dice en sus memorias que el mismo Cristo se le quejó a Sor
Lucía en una aparición privada al año siguiente, en 1932 y le dijo:
“No
quisieron hacer caso de mi petición. Como el Rey de Francia se arrepentirán y
lo harán, pero será demasiado tarde. Rusia ya habrá difundido sus errores
alrededor del mundo, provocando guerras y persecuciones a la Iglesia: el Santo
Padre tendrá mucho que sufrir (Memorias de Sor Lucía, pág. 464).
Vemos
la insistencia del Cielo para que el Papa hiciera esta consagración.
Nuestro
Señor le hizo alusión a Sor Lucía de la promesa efectuada a Luis XIV a través
de Santa Margarita María de Alacoque, quien en 1689 le dijo al Rey Luis XIV que
hiciera la consagración de Francia al Sagrado Corazón de Jesús… El rey ignoró
totalmente la petición. Justo a los cien años se constituyeron los Estados
generales (pactando la plebe con la falsa Iglesia perjura), deponiendo a Luis
XVI, y la laicista Revolución Francesa arrasó con Francia, de modo que el Rey
fue llevado a la guillotina.
No
fue escuchada la petición de nuestra Señora a Sor Lucía. Rusia no se convirtió.
Vino la II Guerra Mundial y los errores de Rusia se esparcieron por todo el
mundo.
Es
evidente que la consagración no se ha realizado correctamente hasta ahora pues
Rusia no se ha convertido a la fe católica, y es uno de los países del mundo
con más abortos, divorcios, hijos fuera del matrimonio, pornografía,
alcoholismo, corrupción social y política, etc. Y la Iglesia ortodoxa no se ha
convertido a la fe católica (permite segundas y terceras nupcias y no se somete
a Pedro, entre otras cosas).
Respecto
a la Consagración de 1984, hay que señalar que no se hizo tal como la Virgen la
pidió desde el principio, aunque el hecho de hacerla junto con los obispos de
todo el mundo permite afirmar que se cumplió parte de lo que Ella había pedido,
con consecuencias positivas, como también ocurrió con la Consagración de Pío
XII, que acortó el tiempo de la Segunda Guerra Mundial.
Cuando
la consagración de Rusia finalmente se produzca será en tiempos ya gravísimos,
quizás en medio de la invasión rusa a Europa (la Iglesia, la Nueva Israel)
profetizada por Ezequiel 38, donde se habla de Gog y Magog, expresiones que
hacen referencia a Rusia (Gagu o Gugu la llamaban los asirios, en referencia a
los escitas). Esta invasión rusa ha sido profetizada también por grandes santos
como San Maximiliano Kolbe, Sor Elena Aiello, San Juan Bosco, etc. Y la
acompañaría en su invasión Turquía (Togarmá) e incluso puede que China, y
algunos países islámicos del Norte de África, también referenciados allí con
sus nombres bíblicos antiguos (Kus, Put) más Persia (Irán), etc. En Garabandal
la Virgen le dijo también a las niñas que la parte política o terrenal del
castigo de Dios era el comunismo, y que en ello tendría lugar lo que parecía
una invasión de Rusia a ciertas naciones, lo que haría que pareciera que no se
podría practicar la religión y que las Iglesias cerrarían, justo antes del
Aviso.
Y
un dato curioso: cuando la Virgen le dijo a los pastorcillos de Fátima que
vendría a pedir la consagración de Rusia y que, si no se realizaba Rusia
extendería sus errores (el comunismo y el ateísmo marxista) por todo el mundo,
este nombre, que, en su inocencia, les era totalmente desconocido, Francisco
comentó que la Virgen se debía referir a la burra del tío Joaquín que se llamaba
“rusa”, a lo que respondió la mayor de los tres, Lucía, afirmando que Rusia
debía ser el nombre de una mujer muy mala (¡!). Con este dato vemos claramente
que nunca pudo ser una invención de ellos, y que la Virgen no pidió la
consagración del mundo, sino la del país donde el Dragón rojo tomaría asiento,
a pesar de que Marx y la mayoría de ideólogos de la revolución rusa y del
comunismo eran falsos judíos (esto es, talmúdicos y kabalistas, incluso
satanistas).
Parece
claro que, al igual que Asiria fue el látigo del castigo de Israel por su
apostasía, y Babilonia de la apostasía de Judá y Benjamín, Rusia será el
flagelo con el que Dios castigará la apostasía de Europa y Norteamérica. Esto
también lo recalcó Sor Lucía.
Más
aún: al Padre René Althoffer la Virgen le reveló el 2 de diciembre de 1962 que
las hordas del Anticristo serían Rusia y China.
La
misma Virgen le dijo al padre Gobbi, fundador del Movimiento Sacerdotal Mariano
y amigo de Juan Pablo II, con quien concelebraba cada año en su capilla
privada, que la consagración del 25 de marzo de 1984 no fue realizada en unión
con todos los obispos, y que aún no se le había
consagrado expresamente Rusia por especiales circunstancias que no le
permitieron hacerla. Veamos el mensaje que recibió el padre Gobbi de la Virgen,
en locución interna, ese mismo 25 de marzo:
“Por
desgracia la invitación no ha sido acogida por todos los Obispos. Especiales
circunstancias no le han permitido todavía consagrarme expresamente Rusia, como
repetidamente he pedido. Como ya os he dicho, esta consagración me será hecha
cuando ya estén en vías de realización sangrientos
acontecimientos. Bendigo ese valeroso acto de “mi” Papa, que ha querido
consagrar el mundo y todas las naciones a mi Corazón Inmaculado; lo acojo con
amor y gratitud y, por él, prometo intervenir para abreviar mucho las horas de
purificación y para hacer menos dura la prueba.”
La
Virgen vuelve a repetir en su mensaje de 13 de mayo de 1987 que no se le ha
consagrado Rusia:
“No
se acogió mi petición de que se me consagrara Rusia por parte del Papa en unión
con todos los Obispos, y así ella ha difundido sus errores en todas partes del
mundo.”
Como
vemos, la Virgen nos dice que no le ha sido consagrada expresamente Rusia y que
lo será cuando ya haya acontecimientos sangrientos. Pero nada hecho con amor a
la Virgen cae en saco roto. Ya que Rusia no fue consagrada, el menos nuestra
Madre aceptó esta consagración del mundo para que sirviera para acortar la
purificación y hacer menos dura la prueba.
Por
cierto, en el Mensaje de 25 de marzo de 1984 la Virgen dice que su hija Sor
Lucía sigue viva en la tierra, lo que parece desmentir la tesis de que Lucía
murió mucho antes y que fue suplantada por otra falsa:
“Sí,
Yo misma he manifestado mi voluntad en Fátima, cuando me aparecí en 1917. Se la
he pedido repetidas veces a mi hija Sor Lucía, que se encuentra aún sobre la
Tierra para cumplir esta misión que le he confiado.”
¿Qué
Papa hará la consagración de Rusia?
El
padre salesiano Giuseppe Tomaselli, le preguntó a principios de 1990 al
estigmatizado italiano Antonio Ruffini (1907-1999), muy venerado y bendecido
por Pío XII y Pablo VI, si sería Juan Pablo II el Papa que consagraría Rusia al
Corazón Inmaculado de María, a lo que respondió que:
“No,
no es Juan Pablo II. No será su sucesor inmediato tampoco, sino el siguiente.
Él es quién consagrará finalmente a Rusia.” -Interview P. Kramer Crusader
# 82-.
Si
Francisco finalmente no fuera Papa (como explicamos en nuestro artículo
anterior “Breve crónica de un golpe de estado masónico en la Iglesia”),
entonces el que hará la consagración será Pedro Romano, esto es, el papa que
será elegido por el Cielo cuando BXVI muera asesinado de muerte cruel en el
destierro, como vieron los pastorcitos en la visión del Tercer secreto.
Si
finalmente Francisco se convierte, como deseamos, y su elección hubiera sido
válida (algo que en estos momentos no creemos), entonces Pedro romano sería él
mismo y él sería quien haría la consagración luego de arrepentirse por sus
pecados. Pero esta segunda opción choca con un problema: tanto la Virgen en sus
locuciones al Padre Gobbi como Ana Katalina Emmerick vieron un cisma en la
Iglesia. Ésta última vio dos papas enfrentados en Roma. Si Francisco fuera el
último Papa antes de la Parusía (Pedro romano) entonces el enfrentamiento
tendría que darse entre él, una vez convertido, y un falso papa o advenedizo
que estuviera por venir.
III. LA PARTE AÚN NO
REVELADA DEL TERCER SECRETO
Testimonios
Son
ya muchísimas las pruebas que tenemos, fehacientes, serias, documentadas y
reconocidas, que nos hablan, SIN NINGÚN GÉNERO YA DE DUDA, de la existencia de
una parte aún no hecha pública por el Vaticano en relación con el Tercer
Secreto de Fátima. Su contenido es tan explosivo que la masonería eclesiástica
infiltrada en el Vaticano ha luchado a muerte para que no fuera conocida, y lo
sigue haciendo, propalando a los cuatro vientos que el mensaje de Fátima ya se
cumplió y se refería al pasado.
Declaraciones
y entrevistas realizadas por el Padre Agustín Fuentes, por el padre Malachi
Martin, por obispos como Mons. Cosme do Amaral, Cardenales como Oddi, Ciappi,
Ottaviani, Loris Capovilla (Secretario personal de Juan XXIII)…, por Papas como
Pío XII y JPII, por santos como el padre Pío o San José María Escrivá (en su
famosa carta llamada la tercera campanada, donde advertía de la apostasía de la
Iglesia).
–
San Pío de Pietrelcina
El
12 de marzo de 1913, cuatro años antes de las apariciones de la Virgen en
Fátima, el padre Pío le refirió lo siguiente a su director espiritual: Cristo
mismo se le apareció al Padre Pío todo ensangrentado mirando con infinita
tristeza a los sacerdotes afiliados a la masonería. Les llamó “carniceros
(macellai)” porque al
consagrar el pan y el vino le sacrificaban de nuevo con saña, no con la piedad
y el amor debidos de quien inmola al Cordero Inmaculado, ofreciendo este
sacrificio incruento con efecto propiciatorio al Padre, sino asesinando ellos
mismos al Señor, despedazándolo con la patena.
El
padre Pío dice que lo que Cristo le contó luego no podría contárselo a alma
alguna en el mundo. Todo parece indicar que se refería Cristo a la apostasía de
la Iglesia, saliendo desde su cima. Esto lo sabemos porque, en su último libro,
que aconsejamos, José María Zavala (“El secreto mejor guardado de Fátima”)
revela que, en entrevista con el famoso sacerdote exorcista del Vaticano
Gabriele Amorth, éste expresa que el padre Pío sólo le indicó, cuando le
preguntó al respecto, que sí, que Cristo le reveló cuatro años antes al Padre
Pío que la Virgen a los pastorcitos, el Tercer Secreto de Fátima (pág. 20 del
libro), versando sobre la gran apostasía de la Iglesia.
Posteriormente,
como ha revelado José María Zavala, el padre Pío le dijo al padre Amorth, más o
menos en 1960:
“¿Sabes
Gabriele? Es Satanás quien se ha introducido en el seno de la Iglesia y dentro
de no mucho tiempo llegará a gobernar una falsa Iglesia”.
Recientemente,
Solideo Paolini investigó el tema de Fátima y escribió un libro sobre el
Tercer Secreto (“Fátima: no despreciéis las Profecías”), que fue publicado en
Italia. Para su propia sorpresa, el siempre bien informado Antonio Socci – que
defendía los argumentos del Vaticano de que el tercer secreto había sido
completamente publicado en 2000 – encontró los argumentos de Paolini dignos de
consideración. Socci concluye que fue un error que la Curia y de los
medios de comunicación a ella asociados ignorasen el desafío de los católicos
tradicionalistas, quienes sostenían que el Tercer Secreto no había sido
revelado en su totalidad.
Yo
en particular no me considero tradicionalista sino tradicional, por la misma
razón absurda por la que no me considero biblista ni magisterialista ni
dogmatista (los católicos fieles ya somos tradicionales, bíblicos,
magisteriales y dogmáticos por definición y se nos presupone) y, a pesar de
ello, igualmente conozco y acepto por honestidad intelectual decenas de
argumentos a favor de la existencia de esa segunda parte del Tercer Secreto aún
no revelada.
En
el libro del padre Paul Kramer “La Batalla Final del Diablo” se reúnen los
trabajos y artículos de varios autores y se denuncia que el Vaticano no ha
cumplido con los pedidos de Nuestra Señora de Fátima (no ha consagrado Rusia
como Ella lo pidió y no hizo público el Tercer Secreto completo), por lo que
“el precio de la indecisión del Vaticano bien puede ser extremadamente alto y
será pagado por toda la humanidad”. Más tarde, Antonio Socci escribió su
excelente libro “El cuarto secreto de Fátima”, en referencia a la segunda parte
del Tercer Secreto aún no revelada.
Antonio
Socci se hace eco de una llamada telefónica en la que Mons. Loris Capovilla
(fallecido el año pasado), tras una excelente indagación por parte de Solideo
Paolini, acaba reconociendo que había dos textos del Tercer Secreto: uno con
cuatro carillas, que estaba en los archivos del Santo Oficio, que Sor Lucía
escribió el 3 de enero de 1944 y que fue el que se hizo público en el Documento
del Vaticano comentado y firmado el 26 de junio de 2000 por los Cards. Sodano y
Ratzinger; y otro que estuvo inicialmente en una caja de madera en época de Pío
XII (como le confirmó Sor Pasqualina, su fiel secretaria, al fotógrafo Robert
Serrou, de Paris Match, quien en 1958 hizo fotos de los apartamentos papales
para esa Revista), que luego Juan XXIII colocó en el escritorio llamado
“Barbarigo” (como atestiguó Loris Capovilla, secretario de Juan XXIII, tras
llamada que le hizo Mons. Angelo dell´Acqua – Secretario de Estado sustituto –
a instancias de Pablo VI, quien buscaba el texto en ese momento) y que luego
fue enviado, para perderse de vista, a un archivo profundo y secreto.
La
cuarta Memoria fue entregada por Sor Lucía, la más extensa de todas, por orden
del Sr. Obispo D. José Da Silva y del Dr. Galamba, quienes le pidieron que
redactara otro cuaderno con más detalles de las apariciones. Es así que el 8 de
diciembre de 1941 Sor Lucía terminó su cuarta Memoria. En la parte relativa al
Tercer Secreto Lucía añadió una frase que no estaba en su tercera memoria. Con
esa frase, con mucha inteligencia, avisó a todo el mundo de que faltaba una
parte aún por revelar. Esa frase era:
“En
Portugal se conservará siempre el dogma de la fe, etc… Esto no se lo digáis a
nadie. A Francisco sí se lo podéis decir”.
Y
es que Sor Lucía veía, oía y hablaba con la Virgen; mientras que Jacinta veía y
oía a la Virgen; Francisco sólo la veía, sin oírla. Éste es otro dato
importante: ¿qué le podrían decir las niñas a Francisco, según permiso dado por
la Virgen? Pues claramente algo que él no vio: vio la visión del papa saliendo
de una ciudad en ruinas para ir a morir mártir a los pies de una cruz. Lo que
no pudo oír fueron las palabras de la Virgen explicando la visión, esto es, la
parte faltante y aún no revelada del Tercer secreto.
Con
esa frase Sor Lucía viene a decir, contrario sensu, que en muchísimos
países se perderán los dogmas de la fe, es decir, la fe católica auténtica,
cayendo en la gran apostasía pronosticada por San Pablo como fase previa al
surgimiento del Anticristo. La misma Sor Lucía dejó claro que el Tercer Secreto
se encontraba en el Apocalipsis, en concreto, en sus capítulos VIII y XIII, que
versan sobre castigos a la humanidad, el falso profeta y el Anticristo. En
efecto, en una de sus rarísimas manifestaciones públicas Sor Lucía relacionó
explícitamente la Tercera parte del Secreto con el último libro de la Biblia:
“Está todo en los Evangelios y en el Apocalipsis, leedlos”. Llegó a indicar
incluso de forma precisa los capítulos VIII a XIII del Apocalipsis.
– Cardenal
Ottaviani
El
Cardenal Alfredo Ottaviani, Presidente de la Congregación de la Fe, al
acercarse el cincuentenario de las apariciones de Fátima, en Febrero de 1967,
dijo: «María dio en Fátima un mensaje para todos y uno secreto. … Oración y
penitencia pidió María, como los dos medios capaces de evitar terribles
castigos que, como en el Apocalipsis de San Juan, amenazan a un mundo del que
se pudiera decir, como dijo el Profeta: “Ha sido profanada la Tierra por sus
moradores.”».
Él,
que leyó la parte aún no revelada del Tercer Secreto junto con Juan XXIII y su
Secretario Loris Capovilla el viernes 21 de agosto de 1959 (¡santoral San Pío
X, el papa que tuvo en 1909 la visión de un papa saliendo de Roma entre
cadáveres!), en Castelgandolfo, junto con un sacerdote portugués, Paolo
Tavares, luego nombrado obispo, que fue llamado por Juan XXIII para traducirlo
oralmente, por existir en él giros y expresiones coloquiales que el papa no
entendía. Hablaba de “desgracias y castigos”. El Tercer Secreto tenía que ser
enterrado en lo más oculto, en el lugar más profundo, oscuro e inaccesible de
la Tierra”.
El
mismo cardenal Ottaviani entrevistó a Sor Lucía el 17 de mayo de 1955 sobre el
Tercer Secreto. Doce años después, en una conferencia realizada en la
Pontificia Academia Mariana el 11 de febrero de 1967, confirmó que
personalmente pudo leer el Tercer Secreto que Nuestra Señora le confió a Sor
Lucía y que en obediencia ella escribió en portugués, en una sola hoja de
papel:
“He
tenido la gracia y el don de leer el texto del Tercer Secreto, aunque también
estaría obligado a mantenerlo en secreto, porque me lo impone el Secreto. Puedo
deciros solamente esto: que vendrán tiempos difíciles para la Iglesia y
que hacen falta muchas oraciones para que la apostasía no sea demasiado
grande”.
– Cardenal
Luigi Ciappi
Teólogo
personal de cuatro Papas, incluyendo el Papa Juan Pablo II. En 1995 dijo esto:
“En
el Tercer Secreto se predice, entre otras cosas, que la gran apostasía en la
Iglesia comienza por lo más alto”. (Evidentemente, lo más alto de la
Iglesia es el papa).
– Papa
Pío XII
En
1938, cuando aún no era Papa, Mons. Eugenio Pacelli dijo:
“Estoy
obsesionado por las confidencias de la Virgen a Lucía, la niña de Fátima. La
obstinación de Nuestra Señora ante el peligro que amenaza a la Iglesia es una
advertencia divina contra el suicidio que supondría la alteración de la fe en
su liturgia, su teología y su alma. Escucho a mi alrededor a los innovadores
que quieren desmantelar la Capilla Sagrada, destruir la llama universal de la
Iglesia, rechazar sus ornamentos, hacer que se arrepienta de su pasado
histórico. Vendrá un día en que el mundo civilizado renegará de su Dios, en el
que la Iglesia dudará como San Pedro dudó. Estará tentada a creer que el hombre
se ha convertido en Dios, que su Hijo no es más que un símbolo, una filosofía
como tantas otras, y en las iglesias los cristianos buscarán en vano la
lamparilla donde Dios los espera y como María Magdalena gritarán ante la tumba
vacía: ¿Dónde le han puesto?”.
El
jesuita austríaco Joseph Schweigl, enviado por Pío XII a entrevistar el 2 de
septiembre de 1952 a Sor Lucía sobre el contenido del Tercer Secreto, declaró
lo siguiente:
“No
puedo revelar nada de lo que escuché en Fátima en relación al Tercer Secreto,
pero puedo decir que tiene dos partes: una concerniente al Papa; la otra,
lógicamente (aunque no debo decirlo), sería la continuación de las palabras:
‘‘en Portugal se conservará siempre el dogma de la fe…’.
–
Papa Juan Pablo II
Recordemos
éste es el Papa que, cuando era Cardenal, en un discurso durante el Congreso
Eucarístico de 1976 en Pennsylvania para la celebración del Bicentenario
de la firma de la Declaración de la Independencia de EE.UU., dijo:
“Ahora
estamos parados frente a la mayor confrontación histórica que la humanidad ha
experimentado alguna vez. No creo que el gran círculo de la Sociedad
Americana, o de todo el amplio círculo de la comunidad cristiana se dé
cuenta de esto completamente.Ahora nos enfrentamos a la confrontación final
entre la Iglesia y la anti-iglesia, entre el Evangelio y el anti-evangelio,
entre Cristo y el anticristo. El enfrentamiento se encuentra dentro de los
planes de la Divina Providencia. Está, por lo tanto, en el plan de Dios,
y debe ser un juicio que la Iglesia debe asumir y afrontar con valentía…”
Hablaba,
pues, del choque entre una Iglesia falsa y una (pequeña) Iglesia remanente
fiel.
Años
más tarde, siendo ya Papa, la edición de octubre de la revista
alemana Stimme des Glaubens informó sobre una charla que Juan Pablo
II sostuvo con un grupo selecto de católicos alemanes, en noviembre de 1980, en
la ciudad de Fulda, Alemania. La que sigue es la reproducción literal de la
charla:
Se
le preguntó al Papa, “¿que hay sobre el Tercer Secreto de Fátima? ¿No debería
haber sido ya publicado en 1960?”.
El
Papa Juan Pablo II replicó: “Dada la gravedad del contenido, mis predecesores
mis predecesores proporcionaron información confidencial de manera diplomática,
para no alentar al poder mundial del Comunismo a tomar ciertas medidas.
“Por
otra parte, debería ser suficiente para todos los católicos saber esto: si hay
un mensaje en el cual está escrito que los océanos inundarán todas las áreas de
la Tierra, y que en un momento millones de personas perecerán, verdaderamente
la publicación de tal mensaje ya no es algo tan de desear.”.
El
Papa continuó: “Muchos quieren saber simplemente por curiosidad y por el gusto
de lo sensacional, pero ellos olvidan que el conocimiento también implica
responsabilidad. Ellos procuran solo la satisfacción de su curiosidad, y es
peligroso si al mismo no están dispuestos a hacer algo, y si ellos están
convencidos que es imposible hacer nada contra el mal.”
En
ese punto el Papa empuñó un Rosario y dijo: “He aquí el remedio contra ese mal.
Rezad, rezad y no pidáis por nada más. Dejad todo lo demás en manos de la Madre
de Dios.”
Luego
se preguntó al Santo Padre: “¿Que va a ocurrir con la Iglesia?”
Él
contestó: “Nosotros debemos prepararnos para sufrir grandes pruebas dentro de
poco, tales que demandarán de nosotros una disposición a perder la vida, y una
total dedicación a Cristo y por Cristo… Con vuestras oraciones y las mías es
posible mitigar esa tribulación, pero ya no es posible apartarla, porque solo
así la Iglesia puede ser efectivamente renovada. ¿Cuánto tiempo llevará la
renovación de la Iglesia surgida de la sangre? Ese tiempo, demasiado, no será
de otra manera. Nosotros debemos ser fuertes y estar preparados, y confiar en
Cristo y en su Madre, y ser muy, muy asiduos en el rezo del Rosario.”.
Como
vemos, JPII habla de un castigo material y de otro espiritual, que nos obligará
a defender la fe incluso hasta el martirio, frente a la apostasía.
Como
ha revelado el padre Gabriele Amorth, Juan Pablo II quiso revelar el Tercer
Secreto completo. No obstante, sus “colaboradores” le dijeron que no, que la
parte de la apostasía de la Iglesia era demasiado horrible. Así, se vio
obligado a hacerlo indirectamente: en la ceremonia de beatificación de Jacinta
y Francisco el 13 de mayo de 2000, el Papa quiso “revelar” indirectamente la
otra parte – la “parte más terrible” – del secreto en su sermón. Fue allí que
JPII habló sobre el Apocalipsis:
“Apareció
otra señal en el cielo: un gran dragón rojo” (Apoc. 12, 3). Estas
palabras de la primera lectura de la misa nos hacen pensar en una gran batalla
entre el bien y el mal, mostrando cómo, cuando el hombre deja de lado a Dios,
no puede lograr la felicidad, sino que termina por destruirse a sí mismo… El
Mensaje de Fátima es una llamada a la conversión, alertando a la humanidad a no
tener nada que ver con el “dragón” que con “la cola arrastró la tercera parte
de las estrellas del cielo y las precipitó sobre la tierra” (Apoc. 12, 4).
– Cardenal
Joseph Ratzinger
En
entrevista publicada en la revista Jesus, el 11 de noviembre de 1984:
“El
Tercer Secreto se refiere a los peligros que amenazan la fe, y la vida del
cristiano y del mundo, y la importancia de los Últimos Tiempos”.
– Mons. Cosme do Amaral
Obispo
de Fátima, el 10 de septiembre de 1984:
“El
Tercer Secreto de Fátima no habla ni de bombas atómicas ni de guerras
nucleares, ni de misiles SS-20. Su contenido concierne a nuestra fe.
Identificar el Secreto con anuncios de catástrofes o con un holocausto nuclear,
es distorsionar el significado del Mensaje. La pérdida de la fe en un continente
es peor que la aniquilación de una nación; y ciertamente la fe está
disminuyendo continuamente en Europa”.
–El
difunto Padre Alonso
Archivista
de Fátima (+1981), quien por dieciséis años fue el archivista oficial en
Fátima, y quien había tenido muchas entrevistas con Sor Lucía, testificó lo
siguiente:
“Es
por tanto completamente probable que el texto haga referencias concretas a
la crisis de fe dentro de la Iglesia y a la negligencia de los mismos
pastores [y de] luchas internas en el mismo seno de la Iglesia y respecto de la
grave negligencia pastoral de la más alta jerarquía…
“En
el periodo precedente al gran triunfo del Corazón Inmaculado de María,
sucederán cosas terribles. Esto forma parte del contenido de la tercera parte
del Secreto. ¿Cuáles son? Si ‘en Portugal el dogma de la fe se preservará
siempre’, …claramente se puede deducir de esto que en otras partes de la
Iglesia esos dogmas se están tornando oscuros o hasta se han perdido
totalmente. …
“¿Habla
de circunstancias concretas el texto no publicado? Es muy posible que hable no
sólo de una crisis real de fe en la Iglesia durante este período de transición,
pero como el secreto de La Salette, por ejemplo, puede que haya referencias más
concretas a las luchas internas de los católicos o a la caída de sacerdotes y
religiosos. Tal vez hasta se refiere a las fallas en la más alta
jerarquía de la Iglesia. En todo caso nada de esto es ajeno a otras cosas que
Sor Lucía ha dicho sobre este tema”.
– El
Cardenal Silvio Oddi
Amigo
íntimo de JPII, quien coordinó el Catecismo de 1985, en 1990:
“La
Virgen Bendita nos alertó en Fátima contra la apostasía en la Iglesia”.
–
La misma Sor Lucía habló de esta pérdida de la fe, en una carta fechada el
12 de abril de 1970 a su amiga María Tersa da Cunha. Allí escribe:
“Nuestra
Señora pidió y exigió que recemos el Rosario todos los días, repitiendo lo
mismo en todas sus apariciones, como para prevenirnos a fin de que, en estos
tiempos de desorientación diabólica, no nos dejemos engañar por falsas
doctrinas, que disminuyen la elevación del alma a Dios, por la oración.
– Padre Ingo
Dollinger
Este
sacerdote, amigo personal de BXVI, a quien la estigmatizada Teresa Neumann le
profetizó que tenía que ser sacerdote por deseo de Cristo, era hijo espiritual
del padre Pío. Explicó hace poco que justo después de la publicación en
junio de 2000 del Tercer Secreto de Fátima por la Congregación para la Doctrina
de la Fe, el cardenal Joseph Ratzinger le dijo en una conversación personal,
tras concelebrar misa con él, que ¡una parte del Tercer Secreto permanece
inédita! «Hay más que lo que publicamos», afirmó Ratzinger.
La
noticia bomba la dio Maike Hickson, de 1Peter5. De hecho, Giuseppe Nardi,
editor de la web católica alemana Katholisches.info ha hecho públicas hace
escasamente dos meses las palabras que, según Dollinger, Benedicto XVI le dijo
a continuación: “Nos dieron instrucciones para hacerlo’ (esto es, para publicar
sólo la parte de la visión del Tercer Secreto)[‘ Es ist uns so aufgetragen
worden‘]”.
Posteriormente,
ante la revelación de Maike Hickson, el Vaticano salió furibunda e
inmediatamente a desmentir esa información, en nombre de BXVI, diciendo que no,
que todo había sido ya publicado en 2000. Esta reacción tan rápida y
contundente no nos parece obra de BXVI, sino de alguien que puso en su boca tal
retractación contra su amigo Ingo Dollinger, hombre de acreditada sabiduría y
honestidad, que jamás mentiría sobre tema tan delicado. De hecho, BXVI no habló
personalmente desmintiendo los hechos, como sí ha hecho en otras ocasiones
desde que vive retirado en el pequeño monasterio de Mater Ecclesiae, en el
Vaticano. Un amigo íntimo del padre Dolinger, seglar, Gottfried Kiniger, ha
confirmado la versión del padre Dollinger.
Pareciera
como si BXVI hubiera sido manipulado por el Vaticano. El propio director de
Infocatolica, Juanjo Romero, se extrañó también de la celeridad del desmentido
de BXVI.
También
algunos santos y visionarios han recibido revelaciones sobre la apostasía de la
Iglesia.
De
las cientos que hay, pondremos solo cuatro.
–
Beata Ana Catalina Emmerick, religiosa Agustina, en 1820
“Vi
una fuerte oposición entre dos Papas, y vi cuán funestas serán las
consecuencias de la falsa iglesia, vi que la Iglesia de Pedro será socavada por
el plan de una secta. Cuando esté cerca el reino del Anticristo, aparecerá una
religión falsa que estará contra la unidad de Dios y de su Iglesia. Esto
causará el cisma más grande que se haya visto en el mundo”.
– Beata Ana María Taigi
“La
religión será perseguida y los sacerdotes masacrados. El Santo Padre se verá
obligado a salir de Roma”.
–
Bruno Cornacchiola, vidente de las apariciones marianas de Tre Fontane, Roma,
muy queridas por Pío XII, que le movieron a proclamar el dogma de la Asunción.
Ese
21 de septiembre de 1988 soñó lo siguiente:
“Lo
que nunca había podido imaginar se ha hecho realidad, es muy doloroso, y espero
que el Señor no me permita ver que el Papa niega todas las verdades de la fe,
de modo que se puso en el lugar de Dios. ¡Cuánto dolor sentía en la noche, me
quedé paralizado de mis piernas y no podía moverme más, viendo el dolor que se
siente al ver la Iglesia reducida a un montón de ruinas “(op. cit., p. 218).
De
31 de diciembre de, de 1990 María le confía:
“Los
falsos profetas, están tratando por todos los medios para envenenar las almas,
cambian la doctrina de Jesús en doctrinas satánicas; y quitarán el continuo
sacrificio de la cruz que se repite en los altares del mundo “(op. cit., p.
221). Aquí la Virgen habla directamente de la supresión de la misa de la
que habla Daniel.
13
de marzo de 2000:
“Jesús
quiere que seáis llamas ardientes de justicia y de amor para que preparéis los
corazones a su retorno para juzgar” (págs. 203-204). Hijos míos, la salvación
no es reunir todas las religiones para hacer un amasijo de herejías y de
errores sino convertirse por la unidad de amor y de la fe. No se puede
constituir una Iglesia nueva porque la Iglesia ya está constituida para acoger
a los arrepentidos que están en el error y la herejía… No cambiéis la doctrina.
– San Francisco de Asís.
“Habrá
un Papa no electo canónicamente que causará un gran cisma. Se predicarán
diversas formas de pensar que harán que muchos duden. Entonces habrá btales
disensiones y persecuciones a nivel universal que si esos días no se acortaran
aún los elegidos se perderían…
Los
demonios tendrá un poder inusual; la pureza inmaculada de nuestra Orden y de
otras, se oscurecerá en demasía, ya que habrá muy pocos cristianos
que obedecerán al verdadero Sumo Pontíficey a la Iglesia Romana con
corazones leales y caridad perfecta. En el momento de esta tribulación un
hombre, elegido no canónicamente, se elevará al Pontificado, y con su astucia
se esforzará por llevar a muchos al error y a la muerte.
Entonces,
los escándalos se multiplicarán, nuestra Orden se dividirá, y muchas otras
serán destruidas por completo, porque se aceptará el error en lugar de
oponerse a él…
Aquéllos
que preserven su fervor y se adhieran a la virtud con amor y celo por la verdad,
han de sufrir injurias y persecuciones; serán considerados como rebeldes y
cismáticos, porque sus perseguidores, empujados por los malos espíritus,
dirán que están prestando un gran servicio a Dios mediante la destrucción de
hombres tan pestilentes de la faz de la tierra. Pero el Señor ha de ser el
refugio de los afligidos, y salvará a todos los que confían en Él. Y para ser
como su Cabeza, estos, los elegidos, actuarán con esperanza, y por su muerte
comprarán para ellos mismos la vida eterna; eligiendo obedecer a Dios
antes que a los hombres, ellos no temerán nada, y han de preferir perecer
antes que consentir en la falsedad y la perfidia.
Algunos
predicadores mantendrán silencio sobre la verdad, y otros la hollarán bajo sus
pies y la negarán. La santidad de vida se llevará a cabo en medio de
burlas, proferidas incluso por aquellos que la profesarán hacia el exterior,
pues en aquellos días Nuestro Señor Jesucristo no les enviará a éstos un
verdadero Pastor, sino un destructor.
Habrá
tal diversidad de opiniones y cismas entre la gente, entre los religiosos y
entre el clero, que, si esos días no se acortaren, según las palabras del
Evangelio, aun los escogidos serían inducidos a error, si no fuere que serán
especialmente guiados, en medio de tan grande confusión, por la inmensa
misericordia de Dios.”
Se
trata de una profecía bien verificada, que fue transmitida en su integridad por
múltiples sitios, entre ellos la exposición de la regla de Angelo de Clareno
(1247-1337) y las Verba que algunos piensan compuestas entre 1300 y
1325 y que fueron atribuidas por la tradición de la orden a Conrado de Offida
(1241-1306).
3. Mensajes
de la Virgen al Padre Gobbi revelándole el contenido del Tercer Secreto: la
gran apostasía de la Iglesia, que comenzaría desde su cima.
“En
apariencia todo permanece tranquilo y parece que todo va bien. En realidad está
invadida por una falta de fe, que crece de día en día, extendiendo a todas
partes la gran apostasía.
Muchos
Obispos, Sacerdotes, Religiosos y Fieles no creen ya, han perdido ya la
verdadera fe en Jesús y en su Evangelio. Por lo cual la Iglesia debe ser
purificada con la persecución y con la sangre. En la Iglesia ha entrado
también la desunión, la división, la lucha, el antagonismo. Las fuerzas
del ateísmo y de la masonería, infiltrada en su interior, han logrado
romper su unidad interna y oscurecer el esplendor de su santidad. Éstos
son los tiempos, por Mí predichos, en que Cardenales se oponen a cardenales,
Obispos a Obispos, Sacerdotes a Sacerdotes y la grey de Cristo es dilacerada
por lobos rapaces, que se han introducido bajo pieles de inofensivos y mansos
corderos.
Entre
ellos figuran algunos que ocupan puestos de gran responsabilidad y por su medio
ha logrado Satanás penetrar y actuar en el vértice mismo de la Iglesia.
¡Obispos y Sacerdotes de la Santa Iglesia de Dios, cuán grande es hoy vuestra
responsabilidad!El Señor está a punto de exigiros cuentas de cómo habéis
administrado su viña. Arrepentíos, implorad perdón, reparad y, sobre todo,
volved a ser fieles al ministerio que os fue confiado”.
Mensaje
de 15 de septiembre de 1987, dado en Akita:
“Lloro porque
la Iglesia continúan caminando por la senda de la división, de la pérdida de la
verdadera fe, de la apostasía, de los errores que cada vez se publican y
se siguen más. Ahora se está cumpliendo lo que predije en Fátima y lo que
revelé allí en el tercer mensaje confiado a una hijita mía. Entonces también
para la Iglesia ha llegado el momento de su gran prueba, porque el “hombre de
iniquidad” se establecerá en su interior y la abominación de la desolación
entrará en el Santo Templo de Dios”.
Mensaje
de 11 de marzo de 1995:
«Por
esto hoy, en el mismo lugar donde me aparecí, quiero manifestaros mi
secreto. Mi secreto concierne a la Iglesia. En la Iglesia se llevará a
cabo la gran apostasía, que se difundirá por todo el mundo; el cisma se
realizará en el general alejamiento del Evangelio y de la verdadera fe. En ella
entrará el hombre de iniquidad, que se opone a Cristo, y que llevará a su
interior la abominación de la desolación, dando así cumplimiento al horrible
sacrilegio del cual habló el profeta Daniel (Mt. 24,15). Mi secreto
concierne a la humanidad. La humanidad llegará al culmen de la corrupción y de
la impiedad, de la rebelión contra Dios y de la abierta oposición a su Ley de
amor. Ella conocerá la hora de su mayor castigo, que ya os predijo el profeta
Zacarías. (Zac. 13, 7-9).»
Mensaje
de 13 de mayo de 1990, dado en Fátima:
“Mi
tercer secreto, que Yo revelé a los tres niños a quienes me aparecí y que hasta
ahora no os ha sido revelado, será manifestado a todos por el mismo desarrollo
de los acontecimientos. La Iglesia conocerá la hora de su mayor apostasía,
el hombre de iniquidad se introducirá en el interior de Ella y se sentará en el
mismo Templo de Dios, mientras el pequeño resto que permanecerá fiel será
sometido a las mayores pruebas y persecuciones. La humanidad vivirá el
momento de su gran castigo, será de este modo preparada para recibir al Señor
Jesús, que volverá a vosotros en gloria.”
Mensaje
de 1 de enero de 1993:
“Sobre
todo para la Iglesia ha llegado la hora de su gran prueba, porque será sacudida
por la falta de fe, oscurecida por la apostasía, herida por las traiciones,
abandonada de sus hijos, dividida por los cismas, poseída y dominada por
la masonería, convertida en tierra fértil de la que brotará el mal árbol del
hombre malvado, del anticristo, que llevará hasta su interior el reino suyo.”
Mensaje
de 15 de marzo de 1993, dado también en Fátima:
“Te
he querido aquí, porque debes comunicar a todos, que ya, desde este año, habéis
entrado en los acontecimientos que os han sido predichos por Mí y que están
contenidos en la tercera parte del secreto, que todavía no os ha sido revelado.
Ahora será hecho patente por los mismos acontecimientos que están para suceder
en la Iglesia y en el mundo. Mi Iglesia será sacudida por el viento impetuoso
de la apostasía y de la incredulidad, mientras aquel que se opone a Cristo
entrará en su interior, llevando así a cumplimiento la abominación de la
desolación que os ha sido predicha por la Divina Escritura.”
La
Virgen dice en otros mensajes que esta abominación de la desolación será la
supresión de la eucaristía: quitarán la transubstanciación, acogiendo la
doctrina protestante, diciendo que es una mera cena, el recuerdo de su última
cena. Y luego, quitado el katejon, el Anticristo se hará adorar como Dios
dentro de la Iglesia. Donde debiera estar lo más santo, el Sagrario, estará
dentro de poco lo más abominable: véase el Mensaje de 31 de diciembre de 1992.
Mensaje
de 13 de mayo de 1994:
“Cuando
en ella haya entrado el hombre inicuo, que llevará a cumplimiento la
abominación de la desolación y que tendrá su culmen en el horrible sacrilegio,
mientras la gran apostasía será difundida por doquier, entonces Mi Corazón
Inmaculado recogerá el pequeño resto fiel que, en el sufrimiento ,en la oración
y en la esperanza ,esperara el retorno de mi Hijo Jesús en Gloria.
Por esto hoy, os invito a mirar a la gran luz, que desde Fátima se ha difundido sobre las vicisitudes de este vuestro siglo y que se hace especialmente fuerte en estos últimos tiempos. El mío es un mensaje apocalíptico, porque estáis dentro del corazón de lo que se os ha anunciado en el último y tan importante libro de la Divina Escritura.”
Mensaje
de 13 de marzo de 1995:
“Por
esto hoy, en el mismo lugar donde me aparecí (Fátima), quiero manifestaros mi
secreto. Mi secreto concierne a la Iglesia. En la Iglesia se llevará a
cabo la gran apostasía, que se difundirá por todo el mundo; el cisma se
realizará en el general alejamiento del Evangelio y de la verdadera fe. En ella
entrará el hombre de iniquidad, que se opone a Cristo, y que llevará a su
interior la abominación de la desolación, dando así cumplimiento al horrible
sacrilegio del cual habló el profeta Daniel (Mt. 24,15). Mi secreto
concierne a la humanidad. La humanidad llegará al culmen de la corrupción y de
la impiedad, de la rebelión contra Dios y de la abierta oposición a su Ley de
amor. Ella conocerá la hora de su mayor castigo, que ya os predijo el profeta
Zacarías. (Zac. 13, 7-9).”
Podrían
ponerse muchos más mensajes, pero creo que con éstos es suficiente. Quien
quiera entender, que entienda. Quien tenga oídos, que oiga.
5. UN COMPLEMENTO
AL TERCER SECRETO HECHO PÚBLICO EN 2014
Recordemos
que en 1980 Juan Pablo II se refirió en Fulda al Tercer Secreto y dio alguna
pista de su contenido, diciendo que habría millones de muertos por la invasión
de los océanos y mares en la tierra.
Esta
revelación cuadra con un texto que el Carmelo de Coimbra hizo público en 2014
de una visión que le dio la Virgen a Sor Lucía el 3 de enero de 1944, mientras
estaba orando en la capilla de las hermanas doroteas de Tuy.
En
este artículo reciente en liberoquotidiano.it Antonio
Socci transmite información adicional inédita de la Hermana Lucía, que según se
informa “está contenida en una publicación oficial del Carmelo
de Coimbra, donde vivió y murió (en 2005) la Hermana Lucía dos
Santos, la última vidente. Titulado ‘A caminho sob or olhar de
Maria’ (“Un camino bajo la mirada de María”), es una biografía de Sor
Lucía, escrita por las mismas hermanas que compartieron con ella su vida (con
la autoridad de veracidad que otorga este dato), con valiosos documentos
inéditos de la misma vidente.
El
contexto específico del texto informado es el año 1944, cuando Sor Lucía superó
el terror de lo que había visto y oído, pudiendo escribir finalmente
el Tercer secreto de Fátima. Este texto adicional dice así:
Hacia
las 16:00 horas del día 3 de enero de 1944, en la capilla del convento, ante el
Sagrario, Lucía le pidió a Jesús para hacerle saber su voluntad:
‘Entonces
siento que una mano amiga, cariñosa y maternal, me toca el hombro’. Es ‘la
Madre del Cielo’, que me dice:
‘Estad
en paz y escribe lo que te mandan, pero no lo que te dieron a entender acerca
de su significado’, intentando aludir al significado de la visión que la misma
Virgen le había revelado.
Justo
después –dice Sor Lucía– “Sentí mi
espíritu inundado por un misterio lleno de luz que es Dios y en Él he
visto y oído: la punta de un lanza-llamas que se desprende, toca el
eje de la tierra y [la tierra] se sacude: montañas, ciudades, pueblos y
aldeas con sus habitantes están enterrados. El mar, los ríos y las nubes
está fuera de sus límites, se desbordan, las inundaciones arrastran con
ellas, en un remolino, casas y personas en un número que no puede ser
contado; es la purificación del mundo del pecado en que está inmerso. El odio,
la ambición, provocan guerras destructivas. Después sentí el aumento de
latidos de mi corazón y en mi espíritu una voz tranquila, que dijo: ‘en el
tiempo, una sola fe, un solo bautismo, una sola Iglesia, Santa, Católica,
Apostólica. El cielo en la eternidad’. Esta palabra, ‘cielo’, llenó mi
corazón de paz y felicidad, tanto es así que, casi sin darme cuenta, seguí
repitiendo por algún tiempo: el Cielo, el Cielo.”
Esta
revelación del Carmelo de Coimbra supone un complemento a la parte revelada en
2000 del Tercer Secreto, si bien no es propiamente parte del Tercer Secreto ya
que esta nueva visión que hemos conocido el año pasado es de enero de 1944,
mientras que el Tercer secreto fue revelado en su totalidad por la Virgen a los
pastorcitos el 13 de julio de 1917. Pero sirve para entender que, aparte de la
apostasía de la Iglesia, habrá un formidable castigo material proveniente de
Dios mismo. La causa podría ser una extraordinaria eyección solar, o algún
asteroide que roza la tierra, etc. No parece existir causa humana posible, por
fuerte que sea (bomba atómica o de hidrógeno) que pueda ocasionar un cambio en
el eje de la Tierra.
De
esta invasión de los mares en la tierra y de los terremotos derivados de ella
parece hablar Amós 9, 5-6:
“5
¡El Señor Yahveh Sebaot…! el que toca la tierra y ella se derrite, y hacen
duelo todos sus habitantes; sube toda entera como el Nilo, y baja como el Nilo
de Egipto. 6 El que edifica en los cielos sus altas moradas, y asienta su
bóveda en la tierra; el que llama a las aguas de la mar, y sobre la haz de la
tierra las derrama, ¡Yahveh es su nombre!”.
La
parte final: “en el tiempo, una sola fe, un solo bautismo, una sola
Iglesia, Santa, Católica, Apostólica. El cielo en la eternidad’” parece evocar
el rebaño unido en una misma grey y bajo un solo pastor, una vez venido Cristo
tras la Parusía, trayendo consigo Cielos nuevos y Tierra nueva, tras la gran
tribulación anunciada por San Pablo y Apocalipsis.
5.
La parte aún no revelada del Tercer Secreto. La tesis de Tradition in Action y
de José Alberto Villanasa. José María Zavala, quien también ha dado también a
conocer este escrito en su último libro, no se pronuncia sobre si es o no la
parte faltante del Tercer Secreto.
El
padre Malachi Martin era un sacerdote jesuita irlandés, teólogo y políglota
asesor del Car. Agostino Bea. Tuvo 3 doctorados y acceso directo al Papa.
Eminente teólogo, experto en la Iglesia Católica, ex-Jesuita y profesor en el
instituto Bíblico Obispal del Vaticano. Leyó la parte faltante del Tercer
Secreto de Fátima.
Tuvo
un fuerte desengaño con la compañía de Jesús y con la jerarquía que rodeaba al
Papa en esos años posteriores, al comprobar en primera persona cómo estaba de
infiltrada, hasta las trancas, de modernistas, masones y marxistas. El Diablo
había hecho bien su trabajo desde décadas antes. Bien sabía el Enemigo que
infiltrándose en el pilar más importante de la Iglesia (el que había sido más
fiel a la ortodoxia, más lejos había llevado el Evangelio y más se había
enfrentado a las fuerzas oscuras, la Compañía de Jesús) podría mejor derribar
la casi totalidad de la Iglesia. Decimos casi totalidad porque bien sabemos que
la Iglesia es indefectible y que las puertas del Hades no prevalecerán contra
ella, si bien esta promesa se cumplirá en el remanente que permanecerá fiel al
magisterio de la Iglesia, mientras que la mayor parte de la misma defeccionará,
cayendo en la apostasía de la que habla San Pablo en 2 Tes. 2, 3-11.
Escribió
varias novelas magníficas, donde recrea esa apostasía y los últimos tiempos
finales, la ocupación masónica en la Iglesia antes de la gran tribulación, como
“El último papa” (que ya glosamos en nuestro artículo anterior “Breve crónica
de un golpe de estado masónico en la Iglesia”), o “Las llaves de esta sangre”.
Como exorcista, ejerció su ministerio varios años y escribió una Novela al
respecto “Rehén del diablo”.
Viviendo
ya en Nueva York, tras haberle Pablo VI dispensado de su incardinación en Roma
con el Card. Bea y de la Compañía de Jesús, participaba habitualmente en el
programa de Radio The Art Bell Show. Tenía el juramento de no revelar el Tercer
Secreto él mismo, pero sí podía decir “sí” o “no” a las preguntas que, sobre el
Tercer secreto, le hacían los radio-oyentes.
En
1998, el P. Malachi Martin afirmó en el programa The Art Bell Show que, a
principios de febrero de 1960, cuando era Secretario del cardenal Agustín Bea,
tuvo la oportunidad leer el Tercer Secreto de Fátima, que estaba escrito en una
sola hoja de papel. Más aún, ¡EN UNA SOLA PÁGINA!:
“Mis
rodillas temblaban en el corredor fuera de los apartamentos pontificios,
mientras mi jefe, el cardenal Bea, estaba dentro debatiendo con el Papa, y con
un grupo de otros obispos y sacerdotes, y dos jóvenes seminaristas portugueses,
que traducían la carta, una sola página escrita en portugués, para todos
los presentes en la habitación”.
Dijo
que las palabras de Nuestra Señora eran muy escuetas y específicas; y ante
la pregunta de un oyente que le contaba que años atrás escuchó a un jesuita en
Perth (Australia) decir que habría un futuro “papa” totalmente dominado
por el Demonio, el padre Martin respondió:
“Sí, parece
que esta persona hubiera tenido alguna forma para leerlo o que le hubieran dado
el contenido del Secreto. Es lo suficientemente vago como para hacerlo dudar a
uno, pero parece ser ese”.
Aconsejo
oír la entrevista donde lo dice. Lamentablemente está en inglés, pero se
entiende perfectamente.
¡Un
papa dominado por el Diablo!…. parece ser el núcleo central del Tercer mensaje.
Es algo horrible, porque uno pudiera concluir, con todo lo que llevamos visto,
que ese papa demoníaco llevará a la Iglesia a la apostasía (bajo la falsa
obediencia que los que no amen la verdad le profesarán, abonado el campo por la
enorme ignorancia teológica de tantos bautizados).
En
ese Tercer Secreto, añade, que no es un documento agradable de leer… se
incluyen varios castigos. Habla, sobre todo, dice, de la gran apostasía de la
Iglesia. Comenta que Juan XXIII rechazó hacer público el Tercer secreto en
1960, como pidió la Virgen y que eso ha tenido gravísimas consecuencias para
todos. Su mentalidad era demasiado progresista, y no entraba en su cabeza que
la Virgen quisiera avisar a la Iglesia de su apostasía, cuando él esperaba un
futuro radiante de fe y de prosperidad.
Llegados
a este punto el 21 de abril de 2010 la web tradicionalista Tradition in action
hizo pública una fotografía de un supuesto facsímil de la parte faltante del
Tercer Secreto. No entraré a juzgar si el documento es real o no. Parece la
letra de Sor Lucía, porque tanto Tradition in action como otras personas (José
Alberto Villasana, excelente teólogo y marianólogo, lo hizo público también en
2016 y José María Zavala este mismo año, en su último libro, que hemos glosado
elogiosamente) han realizado pruebas grafológicas que confirman que está
escrita por Sor Lucía. Habla de un papa dominado por el Diablo, como dijo el
padre Malachi Martin.
Pero
no me pronuncio sobre si es o no la parte faltante real de la que hemos hablado
en este artículo. Ni debería hacerlo.
A
favor de su autenticidad diría que hay pruebas grafológicas serias que avalan
estar escritos por Sor Lucía; también, que habla de la apostasía en la Iglesia
y de un Papa controlado por el Diablo, que es una revelación muy fuerte, razón
por la que los Papas anteriores no quisieron hacerla pública. La descripción de
esa Iglesia del Infierno pudiera encajar con alguna ya existente (la horrenda Iglesia
de Neviges, Alemania) o a una futura que se construya para albergar la falsa
Iglesia ecuménica que aparentará triunfar sobre la remanente y escasa Iglesia
catacumbal. La mirada del Demonio de un Papa es un dato muy duro, en referencia
a un Papa que no es verdadero (un impostor), y lo dejamos al discernimiento del
lector.
En
contra de la autenticidad de ese texto, podría decir:
–Que
en este texto no se incluye la frase: “En Portugal siempre se conservará el
dogma de la fe”, frase inicial de la parte faltante del Tercer Secreto, como
dejó anotado Sor Lucía en su cuarta memoria.
–Que
el padre Malachi Martin dijo que el Tercer Secreto contenía, en una sola hoja,
varios castigos y aquí no aparecen.
–Que
la visión de Jacinta de un papa solitario, llorando e insultado por la multitud
(que detallaré más adelante), y que Sor Lucía dijo que era el mismo Papa
que aparecía en el Secreto – y que por tanto no podía decirlo – no aparece
aquí.
–Tampoco
me parece clara la petición que hace la Virgen de trasladar la tumba de San
Pedro a Fátima en el reinado de Juan Pablo II (esto me parece un argumento casi
sedevacantista, porque es cierto que Roma caerá en la apostasía pero ni lo
había hecho en 1917 ni aún no lo ha hecho a fecha de hoy manifiestamente:
recordemos que la herejía es la negación formal y pertinaz de una verdad que ha
de creerse con fe divina y católica: creo que ese momento llegará cuando se
suprima la Eucaristía. Mientras tanto, no parece que ese momento hubiera
llegado en el reinado de Juan Pablo II, papa firme en lo doctrinal y muy
querido por la Virgen. De hecho, la frase aparece en pasado (“Porque el
dogma de la fe no ha sido conservado en Roma”), cuando en julio de 1917, fecha
en que fue dado el Secreto a los pastores, Roma no sólo no había caído en la
apostasía sino que era un bastión de la sana doctrina.
–La
hermana Lucía le dijo al Card. Ottaviani en 1955 que se tendría que hacer
público el Secreto en 1960 porque entonces “estaría más claro”. Y aquí no
aparece nada que explique esa claridad en relación a esa concreta fecha.
–Atila
Sinke Guimaraes, editor de Tradition in Action, ataca abiertamente a BXVI en su
web. Es sospechoso que sea una web tradicionalista la que recibiera desde
Portugal la foto de este facsímil. El mismo Atila Sinke Guimaraes llama “secta
conciliar” a todos los obispos que aceptan el CVII; y cree que ese papa de la
mirada del Demonio ¡es BXVI!; cree además que el Concilio Vaticano II fue un
error en su totalidad y que no debió siquiera convocarse. Sin embargo la Virgen
María, en sus apariciones en Amsterdam (aprobadas por la Iglesia) no vio el
Concilio con malos ojos sino, al contrario, dijo que era bueno mantener la
doctrina pero cambiando las leyes, para renovar la Iglesia. A pesar de
que algunos documentos del Concilio son ciertamente ambiguos y pudieran dar pie
para que los apóstatas los interpretasen contra el magisterio preconciliar, la
perversión doctrinal y pastoral postconciliar no fue obra del Concilio, sino
del llamado “espíritu del concilio”, esto es, un espíritu demoníaco que
trastocó la tradición de la Iglesia. De hecho, no estaba en la letra del
Concilio que la misa debiera ser coram populum, ni el quitar los
reclinatorios, ni el quitar los sagrarios del ábside, ni la comunión en la
mano, ni que los sacerdotes dejaran de usar sotana, ni abandonar las devociones
populares (rosario, escapulario, rogativas, procesiones, decoración de las
Iglesias, etc.), ni el que los sacerdotes metieran “morcillas” en la liturgia,
ni despojarla de su carácter sacrificial para convertirla en una cena al modo
protestante, ni abandonar los seminarios o los conventos (como hicieron en masa
tantos sacerdotes y religiosos), etc. Creo profundamente en las apariciones de
Garabandal: si el CVII hubiera sido la causa directa del desastre de la Iglesia
posterior lo hubiera dicho en alguna de sus más de 2000 apariciones en esta
pequeña aldea Cántabra. Allí la Virgen centró su denuncia en la apostasía de
“muchos” Cardenales, obispos y sacerdotes, no en el Concilio. En fin,
comentamos estos excesos de Tradition in Action y de su fundador porque parece
sospechoso que fueran ellos los receptores de esa foto con el facsímil aludido.
–El
papel no estaba doblado: no hay marcas en la foto de esa doblez, como bien dijo
Mons. Venancio cuando vio el papel doblado dentro de un sobre pequeño metido en
otro más grande. Incluso si la foto es de un facsímil del original, esa marca
debería notarse con una línea oscura.
–La
fecha no cuadra bien: se sabe que Sor Lucía terminó de escribir la parte
faltante del secreto el 9 de enero. Sin embargo, aquí aparece el 4 de enero (o
el 1 de abril). ¿Pudiera haber comenzado a escribirlo el 4 de enero y
terminarlo el 9 de abril? No está claro.
–Tampoco
aparecen expresiones de jerga o coloquiales portuguesas (las que hicieron que
Juan XXIII llamase a un sacerdote portugués, Paolo Tavares, para que se las
tradujera). Esto es clave.
-Otra
frase no cuadra: “pero debe ser publicada después de Pío XII y antes de 1960”.
La Virgen pidió que fuera hecha pública a la muerte de Lucía o en 1960, y nunca
dijo que no debía publicarse antes de la muerte de Pío XII.
–Uno
no se explica por qué la Catedral de Roma, San Juan de Letrán, debe ser
destruida. La Catedral que se debiera haber construido en Fátima, como
supuestamente mandó conforme a este texto la Virgen en 1917.
-El
nombre de Juan Pablo II aparece en español. Es algo rarísimo, cuando el resto
está en portugués y portugués era la lengua materna de Sor Lucía. No se
entiende, por mucho que uno sepa que Sor Lucía estaba entonces en España, que
ella cambiase del portugués (Joâo Paulo II) al español el nombre de un papa
futuro.
–
Tampoco es nada clara las alusiones de la Virgen a las 70 semanas de Daniel ni
a Mateo 21.
–
Antonio Socci considera que es un “falso”, un apócrifo.
No
añadiré más por ahora. María Santísima nos irá guiando. Tengo fuertes dudas,
sobre todo sabiendo que la tecnología de hoy permite a un buen informático
coger y modificar levemente las letras empleadas por Sor Lucía en cartas
previas y en el escrito de la visión hecha pública en 2000 y crear un documento
nuevo con su estilo de letra.
MI HIPÓTESIS SOBRE LA
PARTE NO REVELADA DEL TERCER SECRETO
La
pastorcita Jacinta Marto, prima de Lucía, a la que le tengo una especial
devoción, tuvo varias visiones que nos aclaran quién puede ser ese Papa de la
visión del Tercer Secreto, ése que sale andando tambaleante de una ciudad en
ruinas, yendo a morir mártir en el destierro, de muerte cruel.
En
la tercera memoria, Sor Lucía escribe:
“Un
día fuimos a pasar las horas de la siesta junto al pozo de mis padres. Jacinta
sentose al borde del pozo; Francisco, conmigo, fue a buscar miel silvestre en
las zarzas de un matorral que había junto a un ribazo de allí. Pasado un poco
de tiempo, Jacinta me llamó:
–
¿No has visto al Santo Padre?
–
¡No!
–
No sé cómo fue. He visto al Santo Padre en una casa muy grande, de
rodillas, delante de una mesa, llorando con las manos en la cara. Fuera de la
casa había mucha gente, unos le tiraban piedras, otros le maldecían y decíanle
muchas palabras feas. ¡Pobrecito, el Santo Padre! Tenemos que rezar mucho por
él… Jacinta me preguntó después:
–
¿Es el mismo que yo vi llorar y del cual aquella Señora nos habló en el
secreto?
–
Lo es – respondí”.
…
Y
sigue…”En otra ocasión, fuimos al Roquedal del Cabezo. Llegados allí, nos
pusimos de rodillas en tierra, para rezar las oraciones del Ángel. Pasado algún
tiempo, Jacinta se pone en pie y me llama:
–
¿No ves muchas carreteras, muchos caminos y campos llenos de gente que lloran
de hambre por no tener nada para comer? ¿Y el Santo Padre en una iglesia,
rezando delante del Inmaculado Corazón de María? ¿Y tanta gente rezando con él?
Pasados
algunos días me preguntó:
–
¿Puedo decir que vi al Santo Padre y a todas aquellas gentes?
–
No. ¿No ves que eso forma parte del secreto, y luego se descubriría todo?
–
Está bien; entonces no digo nada”.
Estas
dos visiones no ayudarán a reconstruir el contenido del Tercer Secreto.
Recordemos
que, en la visión del Tercer Secreto, los niños vieron a un obispo vestido de
blanco. Los pastorcillos nunca habían visto a un Papa en su corta vida. Tampoco
los papas viajaban entonces apenas fuera de Roma. La mejor forma que tuvieron
de describirlo cuando les fue mostrada la visión fue ésta. Dijeron “un obispo
vestido de blanco” porque seguro que estaban más acostumbrados a ver a su
obispo, con el traje negro y el gorro morado que les caracteriza. Al ver a un
Papa no tuvieron mejor forma de describirlo que decir que vieron a un obispo
vestido de blanco (un obispo con un traje no habitual para ellos, blanco, en
vez del negro).
Rápidamente
el Espíritu Santo les informa de que era el Papa, el santo padre (“hemos tenido
el presentimiento de que fuera el santo padre”), algo que ellos nunca podrían
haber sabido por sí mismos porque nunca habían visto a un Papa (no existía la
televisión en su época). Ese presentimiento unánime que tuvieron los tres, que
excede su conocimiento, parece claramente una inspiración de Dios.
Pues
bien, en esas dos visiones de Jacinta se nos dice que habría un momento
(previo, a todas luces) en que ese mismo santo padre (“eso forma parte del
secreto”, dice Sor Lucía) se ve llorando delante de una mesa, de rodillas, con
las manos en la cara, en una casa grande o palacio y fuera gente que le
insultaba y le tiraba piedras. También ve a mucha gente llorando de hambre y el
mismo santo padre rezando en una Iglesia ante el Inmaculado Corazón de María…
También
en Garabandal nos dijo la Virgen que el Papa se tendría que esconder y estar
oculto en Roma.
Lo
mismo nos dice Ana Katalina Emmerick. Comentaré su visión entre paréntesis:
“He
visto muy afligido al Padre Santo. Vive en otro palacio (¿la casa grande de la
que habla Jacinta de Fátima?) y sólo se deja ver de muy pocos amigos de
confianza. Si el partido malo conociera de su propia fuerza habría ya estallado
la revolución (en la visión de Jacinta esa revolución parece haber estallado
ya). Temo que el Papa tenga que padecer mucho antes de morir (parece claro que
es mismo papa del que habla Jacinta y la visión del Tercer Secreto, el
que morirá de muerte cruel en el destierro). Veo la negra iglesia de Satanás
prosperar y ejercitar su pernicioso influjo (¿la falsa Iglesia con otro papa,
falso, a la cabeza, de la que también hablaba la profecía de San Francisco?).
La angustiosa situación de la Iglesia y del Papa es tan triste que debemos
pedir a Dios incesantemente que acuda en su auxilio. Yo recibí encargo de orar
mucho por la Iglesia y por el Papa. Esta noche fui conducida a Roma, donde
el Papa vive todavía oculto (lo mismo que dice Jacinta) con el fin de evitar
exigencias injustas. Está muy débil y consumido a causa de la tristeza, de la
inquietud y de la continua oración (¿podría ser BXVI?). Se ha ocultado sobre
todo porque no puede fiarse de muchos de los que le rodeaban. Junto a él está
un sacerdote anciano muy sencillo y piadoso, amigo suyo (¿su hermano Georg?),
al cual no han creído necesario alejarlo de su lado. Este hombre tiene mucha
gracia y favor de Dios. Mira y ve muchas cosas y todo se lo dice fielmente al
Papa. A él descubrí en la oración muchas cosas acerca de algunos traidores y
personas mal intencionadas que hay entre los altos empleados con quienes más
confianza tiene el Papa; todo lo cual debía él comunicar al mismo Pontífice.
Así está prevenido y se guardará de aquel que hasta ahora lo hacía todo y ahora
ya no podrá hacer nada. El Papa está tan débil que no puede andar solo (BXVI
camina con andador, ¿puede ser él?). Tomado de “Visiones y Revelaciones
Completas de Ana Catalina Emmerick. Edición de Ciudadela, tomo 1, página 285.””
Recordemos
que BXVI lleva el nombre de Josef Ratzinger. Y que San Pío X se llamaba también
Giuseppe y que tuvo una visión de un Papa saliendo de Roma entre cadáveres
(idéntica a la visión del Tercer Secreto). De hecho, en algunas versiones de
esa visión San Pío X dice: “he visto a uno de mis sucesores de igual
nombre”; ese nombre coincide en BXVI, que también se llama José.
Recordemos
también que el patriarca José tuvo que ser exiliado a la fuerza a Egipto para,
en los designios de Dios, poder salvar a Israel de la hambruna y la sequía; y
que San José, padre adoptivo de Cristo, tuvo que salir de Belén de madrugada
con María y Jesús recién nacido, camino de Egipto, para salvarle la vida. ¿Es
descabellado pensar que el papa que saldría de Roma tras una revolución
comunista puede ser BXVI, otro José, que cumpla el mismo designio y que deba
huir para salvar a la Iglesia fiel, mientras en Roma se queda un Papa falso que
busca matarle y acabar con el remanente, el falso profeta de Apocalipsis XIII,
gobernando una Iglesia falsa, destruyendo sus dogmas y su magisterio y cesando
el sacrificio perpetuo de la misa (la transubstanciación)? Solo Dios lo
sabe.
Está
claro que el Papa ha de salir de Roma tras una revolución comunista y una
situación de enorme carestía y hambruna (¿un crack económico mundial, una III
Guerra Mundial?).
También
Maximino Giraud, el vidente de La Salette, vio algo parecido: un papa
perseguido (parece el de la visión del Tercer Secreto) y otro posterior que
nadie espera (¿un laico, elegido directamente por Dios, como se dice en otras
revelaciones particulares?), que bien pudiera ser el último Papa antes de la
Parusía, Pedro Romano, quien pasará la gran tribulación del Anticristo y verá
el juicio de las naciones.
¿Acaso
pudiera ser éste Papa el papa de la visión de las dos columnas de San Juan
Bosco, que cae herido y muere y es reemplazado por otro que triunfa, que bien
pudiera ser Pedro Romano? De hecho en Garabandal la Virgen dijo que el Papa
vería el Milagro posterior al Aviso desde donde estuviere, lo que nos hace
pensar que no estaría en Roma, sino huido. Y otras revelaciones particulares
nos dicen, como expusimos al principio de este artículo, que huiría a un lugar
donde nadie le conocería (esto es, fuera de Italia y de la cristiandad).
También
Bruno Cornacchiola vio a un Papa escondido, que es atacado por una
multitud furiosa, en una especie de revolución comunista en Roma, en la que
asesinan a sacerdotes e incendian Iglesias.
Extranjeros
de un país del Este, sin Dios, y musulmanes hacen estragos:
Impresionante
es la visión que tuvo Bruno el 7 de abril de 1966:
“Veo
la basílica de San Pedro, que tiene su fachada muy dañada, lo vemos y lloramos”
(op. Cit., P. 169).
El 12
de noviembre 1986 la Virgen nos mostró una escena aterradora:
“Veo
a muchos sacerdotes con sus sotanas y los religiosos y religiosas con su
hábito: todos en una fila y los verdugos que los empujan, y arrastran uno a uno
hacia un cadalso de madera. Les hacen arrodillarse y uno a uno les
preguntan: ‘Quítese su hábito’. Cuando uno respondió ‘¡No!’ tomaron
su cabeza, la pusieron en un tocón y un verdugo le decapitó con un hacha….
“Éstas son las almas que gritan debajo del altar de Dios (en clara
referencia a los decapitados en la gran tribulación que narra el
Apocalipsis). Los asesinos gritaban ¡Viva el ateísmo! Por fin hemos sido
liberados de los hábitos y de los votos que nos tenían esclavos, haciéndonos
creer en la existencia de Dios; y finalmente hemos sido liberados” (vemos
aquí a unos sacerdotes y religiosos asesinando a los que son fieles, como
también dijo la Virgen en La Salette) (op. Cit., P. 174-175).
En
la noche 31 de diciembre de 1984:
“Me
siento transportado en el centro de Roma, exactamente en la Plaza Venecia. Hay
una multitud reunida gritando: ‘!Venganza’; fluía una gran cantidad de sangre
por todas partes, todo el mundo manchado de sangre. De repente toda esa gente
empieza a gritar: ‘Todo San Pietro!’ Y siguieron gritando: ‘!Venganza’. En la
plaza interior de la columnata de Bernini estaba el Papa (parece el Papa
del Tercer Secreto), cardenales, obispos y sacerdotes. Todo el mundo
estaba llorando… estaban descalzos y llorando. ‘Arrepentíos!’ “(Op. Cit., P.
207).
En
la madrugada del 10 de febrero el año 2000 otro sueño angustiado:
“Estoy
en San Pedro […] una multitud de bárbaros corrió dentro de la basílica matando
a todos los que conocía. […]. Todos los sacerdotes presentes estaban con la
sotana… oraban de rodillas con su cara al suelo “(op. Cit., P. 210).
11
de marzo de 1970:
“Pasé
tan mala noche. Un sueño me mantuvo en suspenso durante toda la noche. El Papa
rodeado de cardenales y obispos que estaban gritándole palabras
revolucionarias. […]. El Papa fue preso y echado en un pozo “(op. Cit., P.
217).
El
26 de enero 1996:
“Anoche
vi la basílica de San Pedro ardiendo” (op. Cit., P. 220).
21
de enero de 1975 (opus cit., pág. 215):
“Sueño,
siempre sueño, llevo soñando un tiempo que el Papa huye: no es Paolo VI sino
otro. Le ayudo y el mundo salta por los aires: sangre, mucha sangre, y muchos
son apresados y atacados. Hay muchos sacerdotes y monjas descuartizados en la
plaza de San Pedro. Éste parece ser el escenario que vieron los
pastorcillos en la visión del Tercer secreto, cuando el Papa huye entre
cadáveres de sacerdotes en la plaza de San Pedro, con la ciudad de Roma en
ruinas.
27
de de marzo de 1977:
«Muertos,
cárceles, azotes y dolores, tantos muertos, tanta sangre en las calles; todos
en contra de los cristianos que creen y aman los tres puntos blancos: la Eucaristía,
la Inmaculada y el Papa. Quien no renegase de estos tres puntos era
encarcelado, torturado y asesinado. Esto lo vi en un sueño y me causó una
profunda impresión “.
Con
esto basta para hacernos una idea de lo que se nos viene encima. Y no solo a
Italia: en La Salette la Virgen dijo que habría guerras en Francia, Inglaterra,
Italia, España e Inglaterra…
Está
prevista también una III Guerra Mundial. La Virgen se lo advierte al padre
Gobbi. La vio San Juan Bosco y la Virgen se lo comunica también a Bruno
Cornacchiola. También en Amsterdam habló de esto nuestra Madre del Cielo.
Recordemos
que JPII en Fulda se refirió al Tercer Secreto explicando que, dada la gravedad
de su contenido, sus predecesores en el solio de Pedro prefirieron aplazar su
publicación y proporcionar información a los jefes de Estado más
importantes del momento pero sólo por vía diplomática, para no alentar al poder
mundial del comunismo a tomar ciertas medidas (porque saldría victorioso). En
esto vemos que, como hemos indicado arriba y como dijo Sor Lucía (y
también la Virgen en Garabandal), el comunismo tomará determinadas medidas
militares contra USA y Europa, ganando la guerra, como castigo por la apostasía
de Occidente. Una blitzkrieg (como vieron también los profetas del bosque
en Alemania, cuyas profecías fueron recopiladas por Sánchez de Toca en su libro
“Los profetas del Bosque”) desencadenada por Rusia sobre Europa, en una alianza
con algunos países musulmanes. De esta invasión ruso-musulmana da todo lujo de
detalles la monja estigmatizada francesa María Julia Jahenny, llegando incluso
a trazar mapas de esa invasión. Puede que sea en esos momentos en los que el
Papa, sea quien sea, consagre Rusia al Inmaculado Corazón de María.
Todo
hace suponer que, ante la crisis mundial de 1963, el Papa Juan XXIII, hizo que
una versión resumida de la parte material o geopolítica del castigo contenido
en el tercer secreto (una III Guerra Mundial) fuese enviada por vía diplomática
a varias potencias mundiales; su sucesor, Pablo VI, quiso que el mundo tuviera
conocimiento de ello, sobre todo en Alemania, donde el enfrentamiento hacía
temer lo peor. Por eso se envió una copia a Louis Emmrich, periodista alemán
afincado en Roma. Louis Emmrich lo publicó el 15 de octubre 1963 en la revista
alemana “Neues Europa”, como un «extracto del Tercer Secreto enviado por el
Vaticano a las Potencias mundiales». Se publicó otra vez en noviembre de 1965,
inmediatamente después del último mensaje de Garabandal, mensaje que no fue
atendido por el clero español.
Puede
consultarse aquí esa versión “diplomática”.
Marco
Tosatti escribe: “El Padre Mastrocola, director de la hoja religiosa “Santa
Rita”, pidió al Cardenal Ottaviani el permiso de reanudar la anticipación hecha
por “Neues Europa”. La respuesta fue alentadora: “Bien, hágalo, hágalo” –
respondió el purpurado custodio del “Tercer Secreto” – publique cuantas copias
quiera, porque la Virgen quería que fuera dado a conocer ya en 1960”. Y de ese
texto habló también la Radio Vaticana en 1977, en el décimo aniversario del
viaje de Pablo VI a Fátima. El texto de “Neues Europa” tuvo mucho éxito, y fue
retomado incluso, el 15 de octubre de 1978, por L’Osservatore Romano» (Cfr. P.
Paul Kramer, “La battaglia finale del Diavolo”, The Missionary Association, Buffalo,
New York – USA, p. 213, nota 18). No obstante, Fray Michel de la Trinité
considera que este extracto no se corresponde por completo con el Tercer
Secreto porque excede con mucho las 20-25 líneas del texto aún no hecho
público. Sin embargo, parece contener elementos esenciales del mismo.
Por
todo lo recopilado y estudiado (y otras muchas pruebas más que no cabrían en un
libro entero) considero que la parte no revelada del Tercer Secreto, aquélla
que por ser demasiado escandalosa para la propia Iglesia no reveló Juan XXIII
ni tampoco sus sucesores, bien podría referirse:
A
la gran apostasía de la Iglesia, la última, la reseñada por San Pablo en 2
Tesalonicenses, provocada por un papa falso o falso profeta, que dará paso al
Anticristo, una vez que haya suprimido la Eucaristía;
esa
gran apostasía comenzaría por la cima, esto es, por el papa: habrá un papa
falso, no canónicamente elegido, que demolerá desde dentro todos los dogmas, la
doctrina, el magisterio y la tradición de la Iglesia; éste papa será masón y
será el falso profeta de Apocalipsis XIII, al anticristo del mar o de la
religión, con apariencia de cordero pero dominado por Satanás, instrumento
suyo: con cuernos como un cordero, pero hablando como un Dragón (Apoc. 13, 11).
Este falso profeta promoverá la creación de una Iglesia falsa donde todos los
cristianos e incluso judíos y musulmanes se integren, la falsa Iglesia de
Satanás. En esa falsa Iglesia no habrá transubstanciación sino que se dirá que
es una mera cena, acogiendo la doctrina protestante; esta falsa Iglesia no
condenará el pecado, sino que lo bendecirá; negará todos los dogmas de la fe; la
inmensa mayoría de los bautizados seguirán al falso papa en su apostasía: unos
por falta de honestidad y de amor a la verdad (II Tes. 2, 10), otros por
ignorancia vencible, otros por cobardía, la mayoría por un concepto de
obediencia mal entendido pues nadie debe obedecer al error o a instrucciones
que vayan contra la fe o la moral; mientras ese falso papa rige la Iglesia
apóstata, otro papa, el verdadero, estará cautivo, sufriendo y llorando por las
veces que no defendió a la Iglesia como debía (las negaciones de Pedro).
Llegado un momento en que haya una revolución comunista en Italia y en Roma,
este papa tendrá que huir de la ciudad para ir a morir mártir en el exilio,
junto a un grupo de religiosos, presbíteros y laicos que le son fieles; es
posible que el secreto hable también de otros castigos: una gran guerra atómica
en la que Rusia gana y se impone a USA y a Europa; al tiempo, revoluciones
comunistas en muchos países (el Dragón rojo, el comunismo, acabará dominando el
mundo); una enorme catástrofe cósmica hará que el eje del planeta se incline y
que los océanos invadan los continentes, muriendo millones de personas por
minuto; la desolación será total; puesto que el secreto se refiere a los Caps.
VIII y XIII del Apocalipsis, sabemos que ese papa impostor que usurpa el papado
será el falso profeta que acabe preparando el camino al Anticristo (como San
Juan Bautista se lo preparó a Cristo), quien formará un gobierno mundial para
someter al mundo, trayendo comida, medicamentos, soluciones materiales a la
guerra (que habrá conseguido parar, como un gran pacificador), al precio de la
apostasía; pero mientras San Juan murió mártir por la indisolubilidad del
matrimonio éste falso profeta dirá que se puede estar en gracia de Dios y vivir
en adulterio; tras 3,5 años de reinado del Anticristo de aparente bondad, el
falso profeta y el Anticristo perseguirán a la Iglesia fiel por igual tiempo,
creando miles de mártires entre el resto o remanente que seguirá siendo
católico a pesar de todo, atacado por el mundo, vuelto comunista y por la
Iglesia apóstata (al igual que Cristo fue atacado por los gentiles –los romanos–
y por el Sanedrín).
Aunque
no necesariamente ha de venir en el Secreto, sabemos que la batalla final está
ya ganada por la estirpe de la Mujer vestida de Sol: Cristo, en su Venida,
derrotará al Anticristo y al falso profeta, que serán echados vivos al lago de
fuego o Infierno, e instaurará el reinado espiritual del que habla Isaías 11 y
Apocalipsis 21. La Iglesia se renovará y triunfará. Todos los supervivientes se
convertirán al catolicismo: habrá un solo rebaño con un solo pastor. Seguirá
habiendo papas, pero puede que la nueva sede sea Jerusalén, convertidos los
judíos a la única fe verdadera.
Debido
a su corta extensión (una sola hoja), las materias arriba mencionadas estarán
meramente apuntadas en la parte aún no revelada del Tercer Secreto. Algunas
incluso no aparecerán expresamente. Aquí las hemos desarrollado un poco para
que el lector pueda enmarcarlas en el decurso de los eventos esjatológicos que
están a punto de venir sobre nosotros, y que acabarán con la Parusía de Cristo,
trayendo consigo nuevos cielos y nueva tierra.
Lo
que acabo de expresar en este apartado es una mera hipótesis personal,
elaborada con mi propio discernimiento, tras muchos años leyendo sobre el tema.
No pido a nadie que la crea o la siga. Solo Dios sabe qué va a pasar y no
debemos someterlo a nuestros esquemas humanos, porque Él es todopoderoso y
omnisciente. Yo solo soy una criatura humana, hijo de su Infinita misericordia
y del amor de su Santísima Madre. Pero Cristo no nos dijo que metiéramos la
cabeza debajo del ala; al contrario, llamó hipócritas a los que no discernían
los signos de los tiempos presentes (Lc 12, 54-56).
Virgen
de Fátima, a ti me consagro. Te consagro también a todos las personas que lean
este artículo y a sus familias. Protégenos en el refugio seguro de tu Corazón
Inmaculado contra las insidias del Demonio y usa de nosotros para lo que
quieras, por el bien de la Iglesia y de nuestros hermanos. San José bendito,
patrón de la Iglesia, ayúdanos permanecer fieles a Jesús. Santos Ángeles de la
guarda, guiadnos hacia la santidad. Amén.
“Dice
el que da testimonio de todo esto: «Sí, vengo pronto.» ¡Amén! ¡Ven, Señor
Jesús! Que la gracia del Señor Jesús sea con todos. ¡Amén!” (Apoc. 22, 20-21)
Juan Suárez Falcó
Visto en Como Vara de Almendro
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