De pronto me encontré en una Iglesia grande, con columnas doradas resplandeciente de luz, estaba yo parado con las vestiduras Santas del Sacerdocio.
Eran doradas blancas y rojas, signos del Padre (blanco) del Hijo (rojo) del Espíritu Santo (dorado).
La Iglesia estaba vacía, yo miraba para todas partes la hermosura de la luz de la Iglesia que no era artificial sino venida del Cielo.
Todo estaba en silencio, un silencio muy especial, muy Celeste, cuando de pronto al lado mío se apareció un Santo Ángel grande y resplandeciente. No le podía mirar el rostro por su resplandor. Se le veían sus alas hermosas que desplegaban un brillo sobrenatural y me dijo: “Sacerdote del Señor, toma y lee, toma y lee toma, y lee”, y me entregó un pergamino dorado. Yo tomé en mis manos el pergamino y cuando lo desenrollé empezaron a salir palabras grandes de él, y el Ángel me dijo:
“lee en voz alta, lee lo que se te manda leer desde el Cielo”. Y volví a mirar el pergamino y decía: vigilad y orad. Preparad el camino del Señor, está cerca el Señor de los Señores Le dije al Ángel Santo: “y qué pasara”. Y el Santo Ángel me dijo: “mira y lee, mira y lee, mira y lee. Miré y aparecieron otras palabras que decían: los signos de los tiempos están presentes, los Ángeles del flagelo Divino están actuando en el mundo, y vienen cosas terribles aun, pero nadie hace caso a los signos que se presentan en todo el mundo; la naturaleza se rebela contra el hombre por su crueldad para decirle que debe volver su corazón al Creador que tiene misericordia, pero nadie hace caso. Son muy pocos los que se convierten, pocos creen en el llamado de Dios y piensan que no es Verdad y siguen con su vida de pecado. Se avecinan calamidades y catástrofes grandes en el Cielo y en la tierra, pero nadie presta oído a la voz del Señor para convertir su vida.
El tiempo se agota, y el Señor de los Señores se acerca.
Ay de los corazones débiles, pues no serán salvados.
Ay de los pecadores de doble vida pues no serán preservados.
Ay de los que juegan a ser dioses, la mano del Señor pesa sobre ellos.
Ay de los que siguen su vida de pecado, a la hora de la venida del Señor morirán sin remedio.
Ay de los cobardes que nunca me siguieron y se unieron al enemigo infernal viviendo de su mal inmundo, no serán salvados.
Ay de los que pensaban que todo era tan natural y se burlaban de mis mensajes Santos, recibirán severo castigo.
Ay de los incrédulos, no serán preservados cuando venga la gran oscuridad sobre la tierra los días de oscuridad se acercan y pocos están preparados, piensan que son cosas de piadosos visionarios pero llegara de repente.
Y ay de los que no aceptaron mi misericordia cuando se les dio por medio de los signos que en la Sagrada Escritura que dicen que pasarían antes del fin y por medio de mis videntes calificados por mí.
Soy un Dios misericordioso, pero muy pocos aceptan mi misericordia y se convierten con todos los signos que muestro a la humanidad y siguen en sus graves pecados que claman venganza Divina. Se acerca el día, se acerca el día, se acerca el día, vigilad y orad, vigilad y orad, vigilad y orad, cuando menos penséis vendrá el Hijo de Dios a pedir cuentas a esta pobre humanidad pecadora, aceptad mi misericordia mientras esta con vosotros.
Cuando acabé de leer, mi corazón palpitaba tan fuerte, y sentí un dolor profundo que no podía hablar, y el Santo Ángel me dijo:
“dame el rollo y mira”. Le entregue el rollo y miré, y de pronto empecé a ver que entraban en la Iglesia unas personas vestidas de blanco con ramos en las manos. Eran persona hermosísimas. No eran Ángeles, eran personas que resplandecían por su luz. Entraban en orden y llevaban ramos de rosas de colores hermosísimos y cantaban el ave María. Entraban por tres puertas que tenía la Iglesia y se veían hermosísimas. Yo le pregunté al Santo Ángel: “¿quiénes son, dime quiénes son?” y me dijo:
“son los hijos del ejército de Dios en María Santísima. Son los que están preparados para la hora del Hijo de Dios cuando venga lo que tiene que venir sobre el mundo. Son el ejercito de María Santa que creyó en la Verdad de la Santa Iglesia y en la misión de María Reina, y fueron fieles a la Verdad. Seguían entrando muchas almitas todas cantando el avemaría y diciendo después de cada avemaría:
“Oh Señora mía, OH Madre mía, OH Reina mía, OH Capitanía mía, hágase en mi la Santa voluntad del Señor, firmes hasta la muerte”
De pronto, me dijo el Ángel Santo: “mira otra vez”, y miré y empezaron a caer rayos del Cielo terribles, y vientos fuertes pasaban furiosos por fuera de la Iglesia, y un terremoto empezó a sentirse fuera de la Iglesia, pero no dentro. Y las gentes empezaron a gritar y a llegar hasta la Iglesia. Y aunque deseaban entrar, no podían, y el terremoto destruía todo. Y muchas personas sucumbían porque la tierra se abría, pero en la Iglesia no se sentía nada. Y los que estaban dentro de la Iglesia estaban postrados orando, sin mirar hacia atrás, postrados ante el Santísimo. Y una imagen de la Virgen Santa, vestida de azul y con tres corazones en su pecho, y de sus manos salían dos rayos dorados que decían: Dios uno y Trino Misericordia.
Y fuera la gente iba vestida con sus vestidos normales y el Ángel me dijo: “esto pasará en el mundo cuando sea la voluntad de Dios, pero los signos están cerca”; y entonces le pregunté al Ángel Santo: “y ¿por qué no pueden entrar esas personitas?” y él me dijo:
“hijo, porque no están vestidos de la Fe Verdadera y nunca quisieron creer en lo que Dios tanto anunció, y en los signos de los tiempos. Ellos no pueden estar aquí. El que cree se salva, el que no cree se condena. Dios ha dado y sigue dando oportunidad de conversión por su misericordia, pero muy pocos lo aceptan porque piensan que hay mucho tiempo por vivir. Pero los tiempos se acercan, y el momento de la cosecha vendrá muy pronto. Ora y vigila, oren y vigilen. María Santa es el arca de la salvación como en tiempos de Noé. Terminada la visión, debes postrarte ante Jesús Sacramentado y reparar por los pecados del mundo. Vigilad y orad, porque a la hora que menos penséis vendrá el Señor. Amen, amen, amen”.
¿Qué Debo Hacer Después De Haber Leído Esto?
1. Oren ,Ayunen, Reparen y pidan Misericordia por los Sacerdotes.
2. Hagan reparación por los sacrilegios cometidos ante el Santísimo Sacramento.
3. Nunca Reciban el Santísimo Sacramento en la mano.
4. Comulguen Siempre de Rodillas (Radicalidad), y si los Regañan ofrezcan ese regaño en Reparación por tantos sacrilegios y por la Conversión del Sacerdote.
5. Visiten seguido al Santísimo Sacramento, Oren, Pidan y Reparen (Aprovechen ahora porque más adelante van a Suprimir el Santísimo Sacramento del Altar; Daniel 11, 30-31) y también llegaran tiempos donde diremos como María Magdalena: “ Donde Han Puesto el Cuerpo de mi Señor?
6. Aprovechen el mes de Mayo y recen seguido el Santísimo Rosario. Porque No se ha Condenado ni se Condenara quien sea Verdaderamente Devoto del Santísimo Rosario (Santísima Virgen)
7.Conságrense al Inmaculado Corazón de María. Acordémonos del mensaje de Fátima: “Al fin mi Inmaculado Corazón Triunfara”.
8. Vayan Seguido a Misa y si Pueden asistir a Misa Tridentina (Latín) mucho mejor.
9. Confesión Seguida.(Cada 8 Días)
10. Asistan a Vigilias los Primeros Viernes de cada mes Oren, Reparen y ofrezcan la Comunión al Sagrado Corazón de Jesús, y el Sábado al Inmaculado Corazón de María (estas Devociones tienen Mucho Poder, y Muchas Promesas).
¡¡¡María Santa Es El Arca De La Salvación, Como En Tiempos De Noé.!!!
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