EL CAMINO: "YO SOY EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA, NADIE VA AL PADRE SINO POR MÍ". (JUAN 14:6)

"BUSCAD PRIMERAMENTE EL REINO DE DIOS Y SU JUSTICIA, Y TODO LO DEMÁS SE OS DARÁ POR AÑADIDURA". (MATEO 6:33)

"Y EN NINGÚN OTRO HAY SALVACIÓN, PORQUE NO HAY OTRO NOMBRE BAJO EL CIELO DADO A LOS HOMBRES, EN EL CUAL PODAMOS SER SALVOS". (HECHOS 4:12)

lunes, 2 de julio de 2018

Novena a san Benito por la sanación física y protección espiritual


NOVENA A SAN BENITO
POR LA SANACIÓN FÍSICA Y
PROTECCIÓN ESPIRITUAL

Esta novena, al igual que su Medalla, nos invita a la oración constante contra el mal espíritu y puede ser invocada además para la sanación de enfermedades, adicciones y dolencias.

La novena de san Benito se realiza del 2 de julio al 10 de julio, día de la víspera de su celebración. Su fiesta es el 11 de julio.

A continuación, te indicamos el modo de rezar la novena a San Benito.

ORACIONES PARA TODOS LOS DÍAS

La señal de la Cruz

Por la señal de la Santa Cruz,
de nuestros enemigos,
líbranos Señor, Dios nuestro.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén

Acto de contrición

Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón, porque con ellos he ofendido a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no volver a pecar y confío que por tu infinita misericordia me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. Amén

Oración inicial

Oh siervo de Dios, San Benito, tú que has servido con fidelidad al Señor y te has convertido en el santo protector de todos los que acuden confiados a Ti, te pedimos que nos protejas, de un forma especial, a todos cuantos hoy invocamos tu auxilio para que, por medio de la gracia celestial, y en el poderoso Nombre del Señor, nos cuides y guíes en el camino de la santidad. Protege a todos aquellos que se han donado en servicio a Dios. Cuida a los necesitados, a los enfermos, a los que no tienen trabajo, a los que quiere recuperar la fe, y a todos los que necesitan tu ayuda. Aparta de nosotros todo mal, toda maldición, toda enfermedad, todo espíritu de mundanidad que nos perturbe. Consíguenos la gracia de caminar como hijos de la luz. Líbranos de las opresiones del maligno y renueva en nuestros corazones un ferviente espíritu apostólico hasta que hayamos partido hacia la Patria celestial. Consíguenos la gracia especial que te pedimos en esta novena (Mencionar la petición). Por nuestro Señor Jesucristo. Amén

Oración para cada día de la novena      
 (Aquí se rezará la oración correspondiente a cada día de la novena)

Oración final

Dios Todopoderoso, Tú revelaste en tu humilde siervo San Benito tu deseo de que vivamos en tu gracia transformadora que sobrepasa todo deseo terreno. Escucha nuestras súplicas que hoy te dirigimos por medio de este gran siervo tuyo. Su gran poder de intercesión hoy es reconocido gracias a los prodigios de la medalla que viene honrada con su nombre. Que, a su ejemplo, podamos seguir ilustres tus pasos por medio de la oración y glorificándote en el trabajo. Que podamos aprender de su sabiduría, y dejar que nuestras acciones sean guiadas por ella permaneciendo fieles a tus enseñanzas e inspiraciones. Oh bendito siervo San Benito, patrono de la buena muerte, muéstranos cómo vivir para poder morir en el amor de Dios; alcánzanos esta recompensa para cada uno de nosotros y todas las gracias que necesitamos en esta vida y especialmente aquella por la cual hacemos esta novena.

San Benito, ruega por nosotros.

Rezar el Padrenuestro, Avemaría y Gloria


ORACIONES PARA CADA DÍA
Oración para el primer día

Salmo 1: “¡Feliz el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la reunión de los impíos, sino que se complace en la ley del Señor y la medita de día y de noche! Él es como un árbol plantado al borde de las aguas, que produce fruto a su debido tiempo, y cuyas hojas nunca se marchitan: todo lo que haga le saldrá bien. No sucede así con los malvados: ellos son como paja que se lleva el viento. Por eso, no triunfarán los malvados en el juicio, ni los pecadores en la asamblea de los justos; porque el Señor cuida el camino de los justos, pero el camino de los malvados termina mal".

Oración: Dios todopoderoso y eterno, con el ejemplo de San Benito nos exhortas a luchar por la santidad de la vida y que, con la celebración de su memoria, podamos nosotros ser inspirados a seguirlo en el espíritu de su Regla. Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo. Amén.


Oración para el segundo día

Salmo 15: Señor, ¿quién se hospedará en tu Carpa?, ¿quién habitará en tu santa Montaña? El que procede rectamente y practica la justicia; el que dice la verdad de corazón y no calumnia con su lengua. El que no hace mal a su prójimo ni agravia a su vecino, el que no estima a quien Dios reprueba y honra a los que temen al Señor. El que no se retracta de lo que juró, aunque salga perjudicado; el que no presta su dinero a usura ni acepta soborno contra el inocente. El que procede así, nunca vacilará.

Oración: Dios todopoderoso, fuente de toda perfección, por el don de Tu gracia, San Benito dejó todas las cosas atrás para dedicarse más plenamente a tu servicio por la salvación del mundo. Que todos nosotros, quienes nos esforzamos por seguir el camino de la perfección, no vayamos por el mal camino, sino que corramos sin tropezar y seamos recompensados por Ti con el regalo de la Vida eterna. Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo. Amén.


Oración para el tercer día

Salmo 23: El Señor es mi pastor, nada me faltará. Él me hace descansar en verdes praderas, me conduce a las aguas tranquilas y repara mis fuerzas; me guía por el recto sendero, por amor de su Nombre. Aunque cruce por oscuras quebradas, no temeré ningún mal, porque tú estás conmigo: tu vara y tu bastón me infunden confianza. Tú preparas ante mí una mesa, frente a mis enemigos; unges con óleo mi cabeza y mi copa rebosa. Tu bondad y tu gracia me acompañan a lo largo de mi vida; y habitaré en la Casa del Señor, por muy largo tiempo.

Oración: Dios, Padre nuestro, San Benito puede ser nuestro patrón especial en el cielo de manera que, aquello que no podamos lograr por nuestros propios méritos, podamos conseguirlo a través de sus méritos y oraciones y por medio de Tu gracia amorosa. Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo. Amén.


Oración para el cuarto día

Salmo 19-8-12: La ley del Señor es perfecta, reconforta el alma; el testimonio del Señor es verdadero, da sabiduría al simple. Los preceptos del Señor son rectos, alegran el corazón; los mandamientos del Señor son claros, iluminan los ojos. La palabra del Señor es pura, permanece para siempre; los juicios del Señor son la verdad, enteramente justos. Son más atrayentes que el oro, que el oro más fino; más dulces que la miel, más que el jugo del panal. También a mí me instruyen: observarlos es muy provechoso.

Oración: Dios, Creador nuestro y supremo legislador, Tú que inspiraste a San Benito para componer una regla de vida como la de Cristo, teniendo al Evangelio como su Regla, haz que nosotros podamos perseverar hasta el final manteniendo tus mandamientos. Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo. Amén. 


Oración para el quinto día

Salmo 91: Tú que vives al amparo del Altísimo y resides a la sombra del Todopoderoso, di al Señor: "Mi refugio y mi baluarte, mi Dios, en quien confío". Él te librará de la red del cazador y de la peste perniciosa; te cubrirá con sus plumas, y hallarás un refugio bajo sus alas. No temerás los terrores de la noche, ni la flecha que vuela de día, ni la peste que acecha en las tinieblas, ni la plaga que devasta a pleno sol. Aunque caigan mil a tu izquierda y diez mil a tu derecha, tú no serás alcanzado: su brazo es escudo y coraza. Con sólo dirigir una mirada, verás el castigo de los malos, porque hiciste del Señor tu refugio y pusiste como defensa al Altísimo. No te alcanzará ningún mal, ninguna plaga se acercará a tu carpa, porque él te encomendó a sus ángeles para que te cuiden en todos tus caminos. Ellos te llevarán en sus manos para que no tropieces contra ninguna piedra; caminarás sobre leones y víboras, pisotearás cachorros de león y serpientes. Oráculo del Señor: Él se entregó a mí, por eso, yo lo libraré; lo protegeré, porque conoce mi Nombre; me invocará, y yo le responderé. Estaré con él en el peligro, lo defenderé y lo glorificaré; le haré gozar de una larga vida y le haré ver mi salvación.

Oración: Dios de poder y de fortaleza, Tú has revelado tu bondad infinita por los muchos milagros que forjaste a través de tu santo siervo San Benito. Concédenos la gracia definitiva de la bienaventuranza eterna. Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo. Amén.


Oración para el sexto día

Lucas 1,68-75: Bendito sea el Señor, el Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su Pueblo, y nos ha dado un poderoso Salvador en la casa de David, su servidor, como lo había anunciado mucho tiempo antes por boca de sus santos profetas, para salvarnos de nuestros enemigos y de las manos de todos los que nos odian. Así tuvo misericordia de nuestros padres y se acordó de su santa Alianza, del juramento que hizo a nuestro padre Abraham de concedernos que, libres de temor, arrancados de las manos de nuestros enemigos, lo sirvamos en santidad y justicia bajo su mirada, durante toda nuestra vida.

Oración: Dios que todo lo ve y todo lo sabe, danos el don de la santa contemplación, para que podamos ver y entender la vida en la tierra del mismo modo que Tú la ves, y como el mismo San Benito describe en su Regla para todos los que buscan a Dios. Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo. Amén.


Oración para el séptimo día

Salmo 24,11-16: Los ricos se empobrecen y sufren hambre, pero los que buscan al Señor no carecen de nada. Vengan, hijos, escuchen: voy a enseñarles el temor del Señor. ¿Quién es el hombre que ama la vida y desea gozar de días felices? Guarda tu lengua del mal, y tus labios de palabras mentirosas. Apártate del mal y practica el bien, busca la paz y sigue tras ella. Los ojos del Señor miran al justo y sus oídos escuchan su clamor.

Oración: Dios de sabiduría y de consejo, haz resucitar en Tu Iglesia el Espíritu que guió al hombre de Dios, San Benito, de manera que, llenos de ese mismo Espíritu Santo, podamos amar lo que el amó, y poner en práctica lo que él enseñaba. Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo. Amén.


Oración para el octavo día

Salmo 19,2-7: El cielo proclama la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos; un día transmite al otro este mensaje y las noches se van dando la noticia. Sin hablar, sin pronunciar palabras, sin que se escuche su voz, resuena su eco por toda la tierra y su lenguaje, hasta los confines del mundo. Allí puso una carpa para el sol, y este, igual que un esposo que sale de su alcoba, se alegra como un atleta al recorrer su camino. Él sale de un extremo del cielo, su órbita llega hasta el otro extremo, y no hay nada que escape a su calor.

Oración: Señor Dios, es Tu voluntad que todo el mundo vuelva el rostro hacia ti buscando la salvación y la liberación de la esclavitud del pecado. Concédenos un verdadero sentido de esta misión, como lo tenía tu siervo San Benito, y llénanos de un espíritu apostólico para que podamos, con el ejemplo de nuestra vida, ayudar a atraer a otros hacia Ti. Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo. Amén.


Oración para el noveno día

Salmo 8: ¡Señor, nuestro Dios, qué admirable es tu Nombre en toda la tierra! Quiero adorar tu majestad sobre el cielo: con la alabanza de los niños y de los más pequeños, erigiste una fortaleza contra tus adversarios para reprimir al enemigo y al rebelde. Al ver el cielo, obra de tus manos, la luna y las estrellas que has creado: ¿qué es el hombre para que pienses en él, el ser humano para que lo cuides? Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y esplendor; le diste dominio sobre la obra de tus manos, todo lo pusiste bajo sus pies: todos los rebaños y ganados, y hasta los animales salvajes; las aves del cielo, los peces del mar y cuanto surca los senderos de las aguas. ¡Señor, nuestro Dios, qué admirable es tu Nombre en toda la tierra!

Oración: Dios todopoderoso y eterno, Tú que liberaste a este santo varón de Dios, San Benito, de la prisión de la carne y lo iluminaste con la luz del cielo para disfrutar de la visión de tu gloria, concédenos, por sus méritos, un espíritu de penitencia, el perdón de nuestros pecados y la sanación de nuestras enfermedades y dolencias, de manera que podamos, algún día, compartir las alegrías de la vida eterna junto a él y con todos los santos. Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo. Amén.




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