EL CAMINO: "YO SOY EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA, NADIE VA AL PADRE SINO POR MÍ". (JUAN 14:6)

"BUSCAD PRIMERAMENTE EL REINO DE DIOS Y SU JUSTICIA, Y TODO LO DEMÁS SE OS DARÁ POR AÑADIDURA". (MATEO 6:33)

"Y EN NINGÚN OTRO HAY SALVACIÓN, PORQUE NO HAY OTRO NOMBRE BAJO EL CIELO DADO A LOS HOMBRES, EN EL CUAL PODAMOS SER SALVOS". (HECHOS 4:12)

miércoles, 1 de julio de 2015

Julio, mes de la Preciosísima Sangre de Cristo


"Cuán pocos hay que hacen uso de la preciosa Sangre de Jesús
 para comprar su salvación.” 
(San Ignacio)


Jaculatoria para obtener reparación  de las Blasfemias
(enriquecida con indulgencia de 300 días. Pius X, 1908)

Padre Eterno, por la preciosísima Sangre de Jesucristo, glorifica Su santísimo nombre, de acuerdo con la intención y los deseos de su adorable Corazón.



"¿De qué sirve, pues—dice Jesucristo (Mt., 16, 26) —, ganar todo el mundo, si en la hora de la muerte, perdiendo el alma, se pierde todo?... ¡Oh! ¡A cuántos jóvenes hizo esta gran máxima encerrarse en el claustro! ¡A cuántos anacoretas condujo al desierto! ¡A cuántos mártires movió para dar la vida por Cristo!

Con estas máximas, San Ignacio de Loyola ganó para Dios innumerables almas, singularmente la hermosísima de San Francisco Javier, que se hallaba en París, ocupado allí en mundanos pensamientos. «Piensa, Francisco— dijo un día el Santo—, piensa que el mundo es traidor, que promete y no cumple, mas aunque cumpliere lo que promete, jamás podrá satisfacer tu corazón. Y aun suponiendo que le satisficiere, ¿cuánto durará esa ventura? ¿Podrá durar más que tu vida? Y al fin de ella, ¿llevarás tu dicha a la eternidad? ¿Hay algún poderoso que haya llevado a la otra vida ni una moneda ni un criado para su servicio? ¿Hay algún rey que tenga allí un pedazo de púrpura para engalanarse?...»

Con estas consideraciones, San Francisco Javier se apartó del mundo, siguió a San Ignacio de Loyola y fue un gran santo."

(Autor: San Alfonso María de Ligorio, Doctor de la Iglesia)




Oración de la sangre de Cristo

Señor Jesús, en tu nombre y con 
el Poder de tu Sangre Preciosa
sellamos toda persona, hechos o 
acontecimientos a través de los cuales 
el enemigo nos quiera hacer daño.
Con el Poder de la Sangre de Jesús 
sellamos toda potestad destructora en 
el aire, en la tierra, en el agua, en el fuego, 
debajo de la tierra, en las fuerzas satánicas 
de la naturaleza, en los abismos del infierno, 
y en el mundo en el cual nos movemos hoy.
Con el Poder de la Sangre de Jesús
rompemos toda interferencia y acción del maligno. 
Te pedimos Jesús que envíes a nuestros hogares 
y lugares de trabajo a la Santísima Virgen 
acompañada de San Miguel, San Gabriel, 
San Rafael y toda su corte de Santos Ángeles.
Con el Poder de la Sangre de Jesús 
sellamos nuestra casa, todos los que la habitan 
(nombrar a cada una de ellas), 
las personas que el Señor enviará a ella, 
así como los alimentos y los bienes que 
Él generosamente nos envía
para nuestro sustento.
Con el Poder de la Sangre de Jesús
sellamos tierra, puertas, ventanas, 
objetos, paredes,  pisos y el aire que respiramos,
y en fe colocamos un círculo de Su Sangre
alrededor de toda nuestra familia.
Con el Poder de la Sangre de Jesús
sellamos los lugares en donde vamos 
a estar este día, y las personas, empresas 
o instituciones con quienes vamos a tratar 
(nombrar a cada una de ellas).
Con el Poder de la Sangre de Jesús
sellamos nuestro trabajo material y espiritual, 
los negocios de toda nuestra familia, 
y los vehículos, las carreteras, los aires, 
las vías y cualquier medio de transporte 
que habremos de utilizar.
Con Tu Sangre preciosa sellamos los actos,
las mentes y los corazones de todos los habitantes 
y dirigentes de nuestra Patria a fin de que 
Tu Paz y Tu Corazón al fin reinen en ella.
Te agradecemos Señor por Tu Sangre y 
por Tu Vida, ya que gracias a Ellas 
hemos sido salvados y somos preservados 
de todo lo malo.
Amén.


Sangre de Cristo, derramada en la cruz… ¡Rescátanos!

Letanías a la preciosísima Sangre de Cristo
Señor, ten piedad de nosotros (repetir).
Cristo, ten piedad de nosotros (repetir).
Señor, ten piedad de nosotros (repetir).
Cristo óyenos (repetir).
Cristo escúchanos (repetir).

Dios Padre celestial, ten misericordia de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros.
Santa Trinidad, un solo Dios, ten misericordia de nosotros.

(Detrás de cada invocación decir “sálvanos)
Sangre de Cristo, hijo único del Padre Eterno,
Sangre de Cristo, Verbo encarnado,
Sangre de Cristo, Nuevo y Antiguo Testamento,
Sangre de Cristo, derramada sobre la tierra durante su agonía,
Sangre de Cristo, vertida en la flagelación,
Sangre de Cristo, que emanó de la corona de espinas,
Sangre de Cristo, derramada sobre la Cruz,
Sangre de Cristo, precio de nuestra salvación,
Sangre de Cristo, sin la cual no puede haber remisión,
Sangre de Cristo, alimento eucarístico y purificación de las almas,
Sangre de Cristo, manantial de misericordia,
Sangre de Cristo, victoria sobre los demonios,
Sangre de Cristo, fuerza de los mártires,
Sangre de Cristo, virtud de los confesores,
Sangre de Cristo, fuente de virginidad,
Sangre de Cristo, sostén de los que están en peligro,
Sangre de Cristo, alivio de los que sufren,
Sangre de Cristo, consolación en las penas,
Sangre de Cristo, espíritu de los penitentes,
Sangre de Cristo, auxilio de los moribundos,
Sangre de Cristo, paz y dulzura de los corazones,
Sangre de Cristo, prenda de la vida eterna, 
Sangre de Cristo que libera a las almas del Purgatorio,
Sangre de Cristo, digna de todo honor y de toda gloria,
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, perdónanos Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, escúchanos Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros.

V.- Nos rescataste, Señor, por tu Sangre.
R.- E hiciste nuestro el reino de los cielos.

Oremos: Señor Dios todopoderoso, que para gloria tuya y salvación de los hombres constituiste a Cristo sumo sacerdote, concede al pueblo cristiano, adquirido para ti por la sangre preciosa de tu Hijo, recibir en la eucaristía, memorial del Señor, el fruto de la pasión y resurrección de Cristo. Que vive y reina contigo. Amén.


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