Cada vez más se alzan voces cualificadas, voces
de cardenales, obispos y más de cuarenta profesores de teología, que ya se han
sumado a la de algunas organizaciones de laicos comprometidos pro-vida y
pro-familia, señalando los graves errores doctrinales que contiene el documento
“Amoris Laetitia” y pidiendo su retirada.
Muchos católicos tienen el pensamiento errado de
que no debemos juzgar, pero esto no es así. Debemos juzgar justamente, y hay pasajes del
Evangelio que así lo testifica y el Magisterio de la Iglesia también confirma
este punto.
“Os escribí en la carta que no tuvieseis trato con
los fornicarios.
No digo con los fornicarios de este mundo en
general, o con los avaros, ladrones o idólatras, pues entonces tendríais que
salir del mundo.
Mas lo que ahora os escribo es que no tengáis trato
con ninguno que, llamándose hermano, sea fornicario, o avaro, o idólatra, o
maldiciente, o borracho, o ladrón; con ese tal ni siquiera toméis bocado pues
¿qué tengo yo que juzgar a los de afuera? ¿No
es a los de adentro a quienes habéis de juzgar?
A los que son de afuera los juzgará Dios: “Quitad al malvado de en medio de vosotros”.
¿Se atreve alguno de vosotros, si tiene pleito con otro, a acudir
a juicio ante los inicuos, y no ante los santos?1847 ¿No sabéis acaso
que los santos juzgarán al mundo? Y si por vosotros el mundo ha de ser juzgado,
¿sois acaso indignos de juzgar las cosas
más pequeñas?1848 ¿No sabéis que juzgaremos a ángeles? ¡Cuánto más unas cosas temporales!”.
Notas
al pie de página
1844 9. Esa carta no se encuentra entre los libros
canónicos y se la considera perdida (cf. Col. 4, 16 nota), aunque algunos, como
el Crisóstomo, pensaban que se trataba de la Epístola presente.
1845 11. Llamándose hermano: Los que son sólo cristianos de nombre, perjudican a la Iglesia más que
los paganos. Por lo tanto, no debemos tener trato con ellos. Véase las
severas normas dadas en Col. 3, 14; 2 Ts. 3, 6 y 14; 2 Jn. 10.
1846 12 s. Gran lección de humildad colectiva, para
que no queramos ver siempre el mal fuera de nuestra comunidad. Véase Lm. 3, 42
y nota. Quitad al malvado, etc. (v.
13): es una cita de Dt. 13, 5. Nótese que no es el caso de la cizaña, la cual
no debe arrancarse hasta la siega (Mt. 13, 29 s.). La cizaña está en el campo
del mundo (Mt. 13, 38), mientras que S.
Pablo habla aquí de los que se dicen discípulos de Cristo, en la red (Mt.
13, 47 ss.). En el v. 10 nos dice claramente que no se trata de los del mundo,
sino que su severidad se refiere a los
nuestros. Cf. 1 Tm. 5, 20.
1847 1. El Apóstol entiende por inicuos a los
paganos (cf. v. 9), y llama santos a todos los verdaderos cristianos (cf. 1, 2
y nota). Deberían avergonzarse de ir en busca de jueces paganos en vez de
escoger como tales a hermanos cristianos.
1848 2 s. He aquí una de las más estupendas promesas
divinas: los santos juzgarán al mundo y a los ángeles. Así lo comentan S.
Crisóstomo, Teofilacto, Teodoreto, S. Ambrosio, S. Anselmo y otros expositores
antiguos. Fundándose tanto en estos testigos de la tradición, como en el
contexto, que habla del establecimiento de un juicio en sentido literal, se
dirige Cornelio a Lapide contra los que intentan diluir la promesa en una
alegoría y expone que en aquel día del Señor los apóstoles y los que todo lo
despreciaron por amor a Cristo estarán sentados más cerca del divino Juez, en
calidad de príncipes y asesores del Reino. Más o menos explícitamente se
encuentra la misma enseñanza consoladora
en Sb. 3, 8; Dn. 7, 9 y 22; Lc. 19, 17 ss.; 22, 30; Judas 14; Ap. 3, 21; 20, 4;
etc. Cf. Didajé 10, 7. El P. Sales, con Fillion y otros, considera esto como
una extensión de la promesa hecha por Jesús a los apóstoles (Mt. 19, 28 y
nota), “a todos los cristianos que hayan vivido su vocación”, si bien es de
observar que allí se habla de doce tronos y de las tribus de Israel, en tanto que
en otros lugares se habla de juzgar a las naciones (véase Ap. 2, 26 s.). De
todas maneras, vemos que S. Pablo levanta aquí buena parte del velo que cubre
los Novísimos, como lo hace también en 15, 23; 15, 51; 1 Ts. 4, 12 ss.; 2 Ts.
2, 3 ss.; Rm. 11, 23 ss., etc., penetrando resueltamente en el campo de la
profecía escatológica. De todo esto se sigue que aquel “día” en que Dios
juzgará a la Humanidad y formará “nuevos cielos y nueva tierra” (2 Pe. 3, 13),
no ha de medirse con el reloj humano, sino que, como observa S. Agustín, será
uno de aquellos de que habla S. Pedro (2 Pe. 3, 8) y cabrán en él muchas cosas
que nos son todavía oscuras.
1ªCorintios 5: 9-13; 1ª Corintios 6: 1-3.
Fuente: Biblia Straubinger
“Estoy maravillado de que
tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para
seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de
Cristo. Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio
diferente del que os hemos anunciado, sea anatema (maldito). Como antes
hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio
del que habéis recibido, sea anatema (maldito). Pues, ¿busco ahora el favor de
los hombres, o el de Dios? ¿O trato de
agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo
de Cristo”. (1ª de Gálatas 6-10)
“Dijo entonces Jesús a
los judíos que habían creído en él: Si
vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y
conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”. (Juan 31, 8:31-32)
“El que tiene
mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama será amado
por mi Padre; y yo lo amaré y me manifestaré a él”. (Juan 14:21)
“Por lo tanto,
hermanos, manténganse firmes y conserven fielmente las tradiciones que
aprendieron de nosotros, sea oralmente o por carta”. (2Tes 2, 15)
¿Un católico puede cuestionarse alguna afirmación del Papa?
Bula “Cum
ex apostolatus officio”, de Paulo IV: “Si en algún tiempo aconteciese que un Obispo… o
electo Pontífice Romano que antes de su promoción al Cardenalato o asunción al
Pontificado, se hubiese desviado de la Fe Católica, o hubiese caído en herejía,
o incurrido en cisma, o lo hubiese suscitado o cometido, la promoción o la
asunción, incluso si ésta hubiera ocurrido con el acuerdo unánime de todos los
Cardenales, es nula, inválida y sin ningún efecto…”.
“Santo Tomás Cayetano, O.P. Teólogo y Cardenal señala que el famoso
axioma “Ubi Petrus, ibi Ecclesia” (Donde esta Pedro esta la Iglesia) es válido
sólo cuando actúa y se comporta como un Papa, porque Pedro “está sujeto a los
deberes de la Oficio” de otra
manera, “tampoco ni la Iglesia está en él, ni él está en la Iglesia.”
“San
Roberto Belarmino, cardenal y Doctor de la Iglesia, De Romano Pontifice, II,
30: "Un papa que se manifieste hereje, por ese mismo hecho (per se) cesa
de ser papa y cabeza, así como por lo mismo deja de ser un cristiano y miembro
de la Iglesia. Por tanto, él puede ser juzgado y castigado por la Iglesia. Esta
es la enseñanza de todos los Padres antiguos, que enseñaban que los herejes
manifiestos pierden inmediatamente toda jurisdicción".
San Antonino
(1459): “En el caso en que el Papa se convirtiera en un
hereje, se encontraría, por ese solo hecho y sin ninguna otra sentencia,
separado de la Iglesia. Una cabeza separada de un cuerpo no puede, siempre y
cuando se mantenga separado, ser cabeza de la misma entidad de la que fue
cortada. Por lo tanto, un Papa que se separara de la Iglesia por la herejía,
por ese mismo hecho en sí, dejaría de ser la cabeza de la Iglesia. No puede ser
un hereje y permanecer siendo Papa, porque, desde que está fuera de la Iglesia,
no puede poseer las llaves de la Iglesia” (Summa Theologica, citado en Actes de
Vatican I. V. Frond pub.).
“Mas respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Debemos
obedecer a Dios antes que a los hombres”. (Hechos 5:29)
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