Dijo
el Señor a Moisés: Sube a mí al monte y permanece allí.
Te
daré unas tablas de piedra, y escritas en ellas las leyes
y
mandamientos que te he dado,
para
que se las enseñes.
Ex.
24, 12.
EL
BECERRO DE ORO
LA LEY DE DIOS HA SIDO
QUEBRANTADA
Queridos
hermanos, el Señor llama a Moisés a que suba a la cumbre del monte Sinaí para
entregarle lo que ya tiene preparado para nosotros. Lo hace por escrito para
que Su Palabra no sea deformada ni alterada por el hombre, ni éste interprete
la Ley de otra forma distinta al sentido dado por Dios. Lo da por escrito para
que permanezca lo que quiere transmitir, y su fiabilidad no se altere. La
piedra es el material por excelencia que garantiza que lo escrito en ella
permanezca siempre, de generación en generación.
Moisés sube al Sinaí a por las tablas
de la ley, y una nube lo cubrió, haciendo referencia al Espíritu Santo. Allí
permaneció seis días, y al séptimo – día en que el señor terminó la Creación
– el Señor llamó a Moisés. Permaneció en la montaña, en medio de la nube,
por espacio de cuarenta días y cuarenta noches, los mismos que el Señor en
el desierto. En este tiempo, el Señor, le da instrucciones orales referidas a la construcción de un tabernáculo, al
igual que instrucciones orales referidas a la liturgia, altar, incienso,
vestiduras sacerdotales…
Finalmente
le da las tablas escritas por el mismo dedo de Dios. Transmisión oral y
escrita.
Cuando
hubo acabado el Señor de hablar con Moisés en la montaña del Sinaí le dio las
dos tablas del testimonio, tablas de piedras, escritas por el dedo de Dios. Ex. 31, 18.
El Señor manda
bajar a Moisés para que comprenda con qué facilidad se corrompen las almas,
apartándose de Dios.
Ve, baja, que tu pueblo, el que
tú has sacado de Egipto, ha prevaricado. Bien pronto se han olvidado del camino
que les prescribí. Ex,32,7-8.
El Señor muestra su ira y Moisés
implora clemencia, sin embargo cuando baja y ve lo que el Señor mismo le había
anunciado, arroja las tablas al suelo, rompiéndolas. La ley de Dios ha sido
quebrantada.
Cuando estuvo cerca del
campamento, vio el becerro y las danzas; y encendido en cólera, tiró las tablas
y las rompió al pie de la montaña. Cogió el becerro que habían hecho y lo
quemó, desmenuzándolo hasta reducirlo a polvo, que mezcló con agua, haciéndosela
beber a los hijos de Israel. Ex.
32, 19-20.
¿NO
ESTÁN HOY LAS TABLAS DE LA LEY ROTAS EN EL SUELO?
¿Acaso hoy en día, a semejanza del
tiempo de Moisés, no están rotas en el suelo las tablas de la ley? ¿Acaso
no ha dejado de respetarse la Ley de Dios en Su Iglesia? ¿No merecemos un
castigo? ¿Acaso no se han quebrantado los Mandamientos? La ira de Dios se
manifiesta claramente en las almas santas cuando se quebranta la Ley divina.
El hombre ha sucumbido al mundo, al
demonio y a la carne. Las leyes que el hombre dicta lo demuestran. Se
adora al becerro, es decir,
al maligno, al pecado.
Ya no se
cumplen los Mandamientos, las tablas han sido destruidas, la ley escrita en las
tablas ha sido sustituida por la palabra del hombre escrita en papel. Nuestros
propios Pastores condenan la violencia, pero no en nombre de los Mandamientos
de la Ley de Dios, sino en orden a cualquier otra razón. Esto en cuanto a la
acción exterior de la Iglesia, pues en cuanto a la acción interna vemos cómo se
nos propone una alternativa humana a la Ley divina.
Los Mandamientos se escribieron en
piedra y por el dedo
de Dios, aún rotas las tablas y hechas añicos, la piedra es
indestructible. Sin embargo, la palabra del hombre escrita sobre papel, dura lo
que dura la gloria del hombre. Cada hombre escribe su propia palabra.
EL
SEÑOR VUELVE A ESCRIBIR EN PIEDRA SU LEY
Por segunda
vez. Moisés sube al monte Sinaí, tallando dos piedras como las primeras.
Haz
dos tablas como las primeras y escribiré en ellas lo que tenían las primeras
que rompiste. Ex.
33, 1.
Al descender
de la montaña el rostro de Moisés brillaba porque era el mismo Dios el que
había hablado y obrado, y lo vuelve a hacer sobre piedra y con las mismas
palabras, los diez Mandamientos, destacando que son inquebrantables. La Ley no
se puede cambiar.
Estuvo
allí Moisés cuarenta días y cuarenta noches, sin comer y sin beber, y escribió
el Señor en las tablas los diez Mandamientos de la Ley. Cuando bajó Moisés de
la montaña del Sinaí traía en sus manos las dos tablas del testimonio y no
sabía que su faz se había hecho radiante desde que había estado hablado con el
Señor. Ex. 34,
28-29.
AMORIS
LAETITIA
La Exhortación apostólica Amoris Laetitia está
escrita en papel para satisfacer y complacer al hombre, proponiendo, con
soberbia inaudita, una vía
caritatis —un camino
creado por el hombre para satisfacer al hombre— para aquellos que se les haga
difícil cumplir la Ley de Dios.
¿Qué está
escrito en las tablas de la ley? ¿Qué dicen los Mandamientos? La Exhortación
apostólica se opone al sexto y noveno mandamiento. ¿Qué tiene más validez el
papel o la piedra? ¿La Palabra de Dios, o la palabra del hombre?
¿Están rotas las tablas una vez más?
Podemos decir sin temor alguno, fieles a la Palabra de Dios, que sí. Están
rotas. Las tablas han sido tiradas con furia al suelo. Pero aun estando rotas,
lo escrito permanece porque está en piedra. La palabra de Dios no se cuestiona.
Los Mandamientos de la Ley de Dios se cumplen fielmente. Están escritos por Su
propio dedo. No hay vía alternativa.
El
que guarda el mandamiento, guarda su alma; el que menosprecia sus caminos
morirá. Prov.19.16.
Ave
María Purísima.
Padre
Juan Manuel Rodríguez de la Rosa
Visto
en Adelante la Fe
¿Qué nos dice Cristo al respecto? ¿Nos
dice otra cosa? ¿Es más aperturista con la Ley del Padre? ¿Le da una nueva
interpretación, bajo la luz de los nuevos tiempos?
Marcos 3:35
“Estos son mi madre y mis hermanos. El que haga la voluntad
de Dios, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre”.
Juan
14:15
“Si me amáis,
guardaréis mis mandamientos”.
Juan 14:21
“El que
tiene mis mandamientos, y los guarda, aquél es el que me ama; y el que me ama,
será amado de mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él”.
Juan 14:23
“Jesús respondió, y le dijo: Si alguno
me ama, guardará mi palabra; y mi Padre lo amará, y vendremos a él, y haremos
con él morada”.
Juan
15:10
“Si guardáis mis mandamientos,
permaneceréis en mi amor, así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre
y permanezco en su amor”.
Juan 2:3
“Y en esto sabemos que hemos llegado a
conocerle: si guardamos sus mandamientos”.
Juan
5:3
“Porque este es el amor de Dios: que
guardemos sus mandamientos, y sus mandamientos no son gravosos”.
Juan
1:6
“Y este es el amor: que andemos conforme a sus mandamientos. Este es el
mandamiento tal como lo habéis oído desde el principio, para que andéis en él”.
Juan
5:2-3
“En esto sabemos que amamos a los hijos de Dios: cuando amamos a Dios y
guardamos sus mandamientos”.
¿Y
qué dijo Jesucristo sobre el matrimonio y el adulterio?
Mateo
19:4-6
“¿No han
leído ustedes en la Escritura que el que los creó en el principio, “hombre y
mujer los creó”? 5 Y dijo:
“Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre para unirse a su esposa, y
los dos serán como una sola persona.” 6 Así que
ya no son dos, sino uno solo. De modo que el hombre no debe separar lo que Dios
ha unido”.
Mateo
19:9
“Y yo os
digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y
se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera”.
Mateo 5: 27-29
“Habéis
oído que se dijo: «NO COMETERAS ADULTERIO. Pero yo os digo que todo el que
mire a una mujer para codiciarla ya cometió adulterio con ella en su corazón. Y
si tu ojo derecho te es ocasión de pecar, arráncalo y échalo de ti; porque
te es mejor que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea
arrojado al infierno…»”.
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