“Yo veré la sangre y pasaré sobre ti; y la plaga no caerá
sobre ti ni te destruirá cuando yo castigue la Tierra”.
(Éxodo 12, 13).
(Éxodo 12, 13).
Jesús mío, varón de Dolores, acepta el homenaje
quiero tributar a vuestra Preciosísima Sangre durante
esta novena, como señal de mi más sincera gratitud
por los dolores y sufrimientos que voluntariamente padeciste
en reparación de mis innumerables pecados y
como una prueba de vuestro inmenso Amor hacia mí.
Os adoro como a mi único Dios que
quiso hacerse hombre para salvarme de la muerte eterna.
Os doy gracias como a mi mejor amigo,
porque entregaste tu vida como
una prueba del mayor amor posible.
Os pido perdón por las pocas veces que
me he acordado de Ti, Varón de Dolores,
y por haber sido la causa de tus dolores
y sufrimientos con los muchos pecados que he cometido.
Os ruego, Jesús mío, me concedas todas
las Gracias que necesito para conocerte,
amarte y servirte fielmente hasta la muerte y salvar mi alma.
Alcánzame una devoción ferviente a tu
Sagrada Pasión por la que me has redimido
y a Tú Preciosísima Sangre. Enséñame a saber
unir las penas y sufrimientos de mi vida con los tuyos.
quiero tributar a vuestra Preciosísima Sangre durante
esta novena, como señal de mi más sincera gratitud
por los dolores y sufrimientos que voluntariamente padeciste
en reparación de mis innumerables pecados y
como una prueba de vuestro inmenso Amor hacia mí.
Os adoro como a mi único Dios que
quiso hacerse hombre para salvarme de la muerte eterna.
Os doy gracias como a mi mejor amigo,
porque entregaste tu vida como
una prueba del mayor amor posible.
Os pido perdón por las pocas veces que
me he acordado de Ti, Varón de Dolores,
y por haber sido la causa de tus dolores
y sufrimientos con los muchos pecados que he cometido.
Os ruego, Jesús mío, me concedas todas
las Gracias que necesito para conocerte,
amarte y servirte fielmente hasta la muerte y salvar mi alma.
Alcánzame una devoción ferviente a tu
Sagrada Pasión por la que me has redimido
y a Tú Preciosísima Sangre. Enséñame a saber
unir las penas y sufrimientos de mi vida con los tuyos.
PETICIÓN:
Por los méritos de tu Preciosísima Sangre y la
intercesión de tu Madre, la Virgen de los Dolores
te pido me conceda la Gracia especial que deseo
en esta novena.
AQUÍ SE PIDE LA GRACIA QUE SE DESEA
ALCANZAR
Con la filial confianza y abandono a tu Santa Voluntad.
Con la filial confianza y abandono a tu Santa Voluntad.
Y si no es Tú Voluntad
concederme lo que te pido.
Te suplico me concedas lo que
consideres
más beneficioso para mi alma.
Concédeme la gracia de conocerte
amarte y sentir arrepentimiento de haberte ofendido.
Concédeme la gracia de conocerte
amarte y sentir arrepentimiento de haberte ofendido.
Te pido esta Gracia por Tu Preciosa
Sangra.
Por aquella Sangre preciosa que baño
tu Cuerpo Sagrado y cayo gota a gota
hasta el suelo en el huerto de los Olivos.
Por aquella Sangre preciosa que fluía
de tu cuerpo Sagrado durante los azotes.
Por aquella Sangre Preciosa que
cubrió Tu Rostro Sagrado en la coronación de espinas.
Por aquella Sangre Preciosa que broto
de tus Manos y pies en el Calvario.
Por aquella Sangre Preciosa que manó
de tu Sagrado Corazón después de tu Muerte.
Por la Sangre Preciosa que todavía se ofrece
cada día sobre nuestros altares en la santa Misa.
Por la Sangre Preciosa que debemos en la Sagrada Comunión,
Por aquella Sangre preciosa que baño
tu Cuerpo Sagrado y cayo gota a gota
hasta el suelo en el huerto de los Olivos.
Por aquella Sangre preciosa que fluía
de tu cuerpo Sagrado durante los azotes.
Por aquella Sangre Preciosa que
cubrió Tu Rostro Sagrado en la coronación de espinas.
Por aquella Sangre Preciosa que broto
de tus Manos y pies en el Calvario.
Por aquella Sangre Preciosa que manó
de tu Sagrado Corazón después de tu Muerte.
Por la Sangre Preciosa que todavía se ofrece
cada día sobre nuestros altares en la santa Misa.
Por la Sangre Preciosa que debemos en la Sagrada Comunión,
de la que dijiste:
" El que Come Mi Carne y Bebe Mi Sangre tiene Vida Eterna".
" El que Come Mi Carne y Bebe Mi Sangre tiene Vida Eterna".
DÍA PRIMERO
ORACIÓN PARA TODOS LOS
DÍAS
El primer paso para obtener la Victoria en tú vida
es aceptar la obra redentora de Jesús.
Efesios, 1,7: "En su gran amor, Dios nos ha
liberado por la Sangre que su Hijo derramo y
ha perdonado nuestros pecados”.
El primer paso para obtener la Victoria en tú vida
es aceptar la obra redentora de Jesús.
Efesios, 1,7: "En su gran amor, Dios nos ha
liberado por la Sangre que su Hijo derramo y
ha perdonado nuestros pecados”.
MEDITACIÓN:
Cuenta Librado que él nunca se imaginaba que la Sangre de Cristo tuviera tanto poder y un día que estaba deprimido con los deseos de morir invoco la Sangre de Cristo para que viniera sobre él. Fue algo sorprendente porque sintió como si algo se arrancara de su pecho y
su Corazón se llenó de gozo, desde
ese día su vida cambio.
ORACIÓN DE PERDÓN
Me apropio de la palabra que dice
que hay
Redención en su Sangre. Señor quiero
que
Tú en esta hora me redimas,
perdóname por
alejarme de ti con mis actitudes;
quiero
abandonar esta vida que he llevado
hasta hoy;
me acojo a la promesa que dice:
"pero si vivimos en la luz,
entonces hay
unión entre nosotros, y la sangre de
su hijo
Jesucristo nos limpia de todo
pecado”.
(Juan 1,7)
La Sangre de Tu Hijo Jesucristo me
limpia de todo pecado
por eso reconozco que
soy pecador y
me arrepiento de todas las
faltas cometidas hasta hoy,
séllame con su Sangre, retira de tu
presencia toda maldad
que haya cometido ante ti haciendo
lo que no
te agrada, gracias por Su Sangre
liberadora.
Amén.
OFRECIMIENTO
!Padre Eterno!
Os ofrezco la preciosísima Sangre
de Jesucristo
en reparación de mis pecados por las
benditas almas del purgatorio y
por las necesidades de la Santa
Iglesia.
Para expiar todos los pecados que he
cometido
durante toda mi vida.
Para purificar el bien que haya
hecho
con mezquindad durante toda mi vida.
Para suplir por todo el bien que
debí hacer
y no hice en toda mi vida.
DÍA SEGUNDO
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Los Santos del Apocalipsis cantan
fervorosamente:
“Con tu Sangre has comprado para
Dios gentes de toda tribu, lengua, pueblo y nación; has hecho de ellos una
dinastía sacerdotal, que sirve a Dios y reina sobre la tierra”.
(Apocalipsis 5:9)
(Apocalipsis 5:9)
"Nosotros ahora nos unimos a este
clamor celestial, y en la comunión del Espíritu con todos los Santos de la
tierra y venerando esa Sangre Divina que nos rescató del poder de las tinieblas
y nos trasladó al reino de la luz, rendimos culto reverente a Dios, como pueblo
sacerdotal que somos".
(Col. 1: 13 y 20)
Cristo Jesús, Cordero de Dios, que
nos has salvado con tu Sangre,
¡Te alabamos! ¡Te bendecimos! ¡Te
adoramos! ¡Te damos gracias rendidas! Y te pedimos la salvación de todos los
que nos hemos lavado en tu Sangre Sagrada. Amén.
LEO EN LA PALABRA DE DIOS:
“Tenemos, hermanos, una confianza
jubilosa de entrar en el santuario del Cielo por virtud de la Sangre de Jesús”.
(Hebreos, 10:19)
MEDITACIÓN:
Dios nos infundió en el Bautismo la
esperanza, junto con la fe y el amor. Llego al Cielo por lo méritos de la
Sangre de Cristo. A ellos uno mi esfuerzo, para corresponder con mis obras a lo
que El hizo por mí. Mi vida, para conseguir la salvación, debe ser digna de la
Sangre que me compró. Por eso, debo trabajar siempre mí salvación con
"temor y temblor", como nos dice San Pablo. Miedo a Dios, no; porque
Él es Fiel y me salva; sino miedo a mi debilidad o malicia, porque yo puedo
fallar a Dios. Pero, ¡confianza! Porque Jesús y yo juntos lo podemos todo.
Padrenuestro…
Cielo azul, cielo estrellado, Cristo
tus puertas abrió.
¡A ti voy, por ti suspiro, Patria de
mi corazón!
ORACIÓN:
OH Dios, que nos has redimido con
la Sangre preciosa de tu Hijo, conserva en nosotros la acción de tu
misericordia para que podamos conseguir sus frutos eternos. Por Jesucristo
nuestro Señor. Amén.
"En su gran amor Dios me ha liberado por la sangre que su hijo derramó, y ha perdonado mis pecados".
(Efesios 1:7)
¡Oh, Divino antídoto!, Libérame del veneno del pecado, amén, aleluya, amén.
DÍA TERCERO
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Los Santos del Apocalipsis cantan
fervorosamente:
“Con tu Sangre has comprado para
Dios gentes de toda tribu, lengua, pueblo y nación; has hecho de ellos una dinastía
sacerdotal, que sirve a Dios y reina sobre la tierra”.
(Apocalipsis 5:9)
"Nosotros ahora nos unimos a este
clamor celestial, y en la comunión del Espíritu con todos los santos de la
tierra y venerando esa Sangre Divina que nos rescató del poder de las tinieblas
y nos trasladó al reino de la luz, rendimos culto reverente a Dios, como pueblo
sacerdotal que somos".
(Col. 1: 13 y 20)
Cristo Jesús, Cordero de Dios, que
nos has salvado con tu sangre, ¡Te alabamos! ¡Te bendecimos! ¡Te adoramos! ¡Te
damos gracias rendidas! Y te pedimos la salvación de todos los que nos hemos
lavado en tu Sangre Sagrada. Amén
LEO EN LA PALABRA DE DIOS:
“Ellos vencieron al dragón por la
fuerza de la Sangre del Cordero y en virtud del testimonio que dieron, pues
despreciaron sus vidas hasta morir por Él”.
(Apocalipsis 12: 9-1 l)
MEDITACIÓN:
¿Qué significa mi vida cristiana?
Es lucha: contra el dolor, que
podría desesperarme; contra el cansancio, que podría rendirme en el camino;
contra los que atentan mi fe y mi virtud, que exigen mi testimonio; contra mi
contra el pecado, que podría hacerme perder a Dios... Pero tengo en mis manos
la fuerza del mismo Cristo. El luchó contra Satanás y el pecado hasta la
sangre, y con su Sangre nos da la victoria a nosotros. ¿Puedo yo acobardarme y
ceder ante el enemigo, si cuento con la fuerza de la gracia de Cristo?
Padrenuestro…
La vida es de los valientes, de los
que saben luchar. Con Cristo, que va delante, ¿Me puedo yo acobardar...?
ORACIÓN:
¡OH Dios!, que en la Sangre de
Jesús, derramada valiente y generosamente en la cruz, nos das la fuerza contra
todos los enemigos. Haz que por ella me mantenga yo siempre fiel a ti. Por
Jesucristo nuestro Señor. Amén.
"En su gran amor Dios me ha liberado por la sangre que su hijo derramó, y ha perdonado mis pecados".
(Efesios 1:7)
¡Oh Divino antídoto!,
Libérame del venono del pecado, amén, aleluya, amén.
DÍA CUARTO
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Los Santos del Apocalipsis cantan
fervorosamente:
“Con tu Sangre has comprado para
Dios gentes de toda tribu, lengua,
pueblo y nación; has hecho de ellos
una dinastía sacerdotal, que sirve a Dios y reina sobre la tierra”.
(Apocalipsis 5:9)
"Nosotros ahora nos unimos a este
clamor celestial, y en la comunión del Espíritu con todos los santos de la
tierra y venerando esa Sangre Divina que nos rescató del poder de las tinieblas
y nos trasladó al reino de la luz, rendimos culto reverente a Dios, como pueblo
sacerdotal que somos".
(Col. 1: 13 y 20)
Cristo Jesús, Cordero de Dios, que
nos has salvado con tu sangre, ¡Te alabamos! ¡Te bendecimos! ¡Te adoramos! ¡Te
damos gracias rendidas! Y te pedimos la salvación de todos los que nos hemos
lavado en tu Sangre Sagrada. Amén
LEO EN LA PALABRA DE DIOS:
“El Espíritu Santo os ha constituido
vigilantes, para que apacientes la Iglesia de Dios, que él se adquirió con su
propia Sangre".
(Hechos 20:28).
MEDITACIÓN:
Lo que dice San Pablo a los pastores
de la Iglesia vale para todos nosotros, porque todos somos Iglesia por la cual
Cristo derramó su Sangre. ¿Puedo desentenderme yo de la Iglesia? ¿Puedo aceptar
los ataques de que es objeto? ¿Puedo ver despreciada su verdad? ¿Puedo tolerar
la desobediencia a sus Pastores? ¿Puedo mirar sin horror a los que abandonan
con peligro grave su salvación? ¿Puedo dejar de trabajar en una u otra obra de
apostolado, tal como lo exigen mi Bautismo y Confirmación? Si no trabajo
por la Iglesia, estoy traicionando a la Sangre con que Cristo la adquirió.
Padrenuestro…
¡Oh, Iglesia Santa y Católica, todo
mi amor para ti! Tú sabes que sólo anhelo en tu regazo sobrevivir.
ORACIÓN:
Señor Jesucristo, hazme vivir en tu
Iglesia, Esposa tuya que adquiriste con tu Sangre. Que por ella trabaje, en
ella viva y en ella sobreviva. Tú, que vives y reinas por los siglos de los
siglos. Amén.
"En su gran amor Dios me ha liberado por la sangre que su hijo derramó, y ha perdonado mis pecados".
(Efesios 1:7)
¡Oh, Divino antídoto!, Libérame del veneno del pecado, amén, aleluya, amén.
DÍA QUINTO
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Los Santos del Apocalipsis cantan fervorosamente:
“Con tu Sangre has comprado para
Dios gentes de toda tribu, lengua, pueblo y nación; has hecho de ellos una
dinastía sacerdotal, que sirve a Dios y reina sobre la tierra”.
(Apocalipsis 5:9)
"Nosotros ahora nos unimos a este
clamor celestial, y en la comunión del Espíritu con todos los santos de la
tierra y venerando esa Sangre Divina que nos rescató del poder de las tinieblas
y nos trasladó al reino de la luz, rendimos culto reverente a Dios, como pueblo
sacerdotal que somos".
(Col. 1: 13 y 20)
Cristo Jesús, Cordero de Dios, que
nos has salvado con tu sangre, ¡Te alabamos! ¡Te bendecimos! ¡Te adoramos! ¡Te
damos gracias rendidas! Y te pedimos la salvación de todos los que nos hemos
lavado en tu Sangre Sagrada. Amén
LEO EN LA PALABRA DE DIOS:
“-¡Bebed, pues ésta es mi
sangre!".
(Mateo 26: 27-28).
"El cáliz de la bendición que
consagramos, ¿no es comunión con la Sangre de Cristo". "Cuantas veces
coméis este pan y bebéis este cáliz, proclamáis la muerte del Señor hasta que
él vuelva”.
(I Corintios 10:16; 11:26)
Padrenuestro…
MEDITACIÓN:
¿En qué hago consistir yo mi
devoción a la Sangre de Cristo?
En oraciones, ciertamente. Pero
jamás podré buscar otro punto en que centrar esa mi devoción como la
Eucaristía. Recibo la Sangre de Cristo en la Comunión. En la Comunión me
comunica la Sangre divina toda su fuerza. En la Comunión me aseguro para
siempre el fruto de la salvación que Cristo me ganó al derramar su Sangre por
mí.
¿Comulgo todas las veces que puedo y
de la mejor manera que puedo?
Eres bebida del Cielo, eres vino
embriagador. Eres amor y alegría, ¡Cáliz de la salvación!
ORACIÓN:
“Señor Jesucristo, hazme beber con
ansia tu Sangre, Vino Nuevo del Reino, y prenda de las delicias que me
embriagarán en la Patria celestial. Amén”.
"En su gran amor Dios me ha liberado por la sangre que su hijo derramó, y ha perdonado mis pecados".
(Efesios 1:7)
¡Oh, Divino antídoto!, Libérame del veneno del pecado, amén, aleluya, amén.
DÍA SEXTO
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Los Santos del Apocalipsis cantan
fervorosamente:
“Con tu Sangre has comprado para
Dios gentes de toda tribu, lengua, pueblo y nación; has hecho de ellos una
dinastía sacerdotal, que sirve a Dios y reina sobre la tierra”.
(Apocalipsis 5:9)
"Nosotros ahora nos unimos a este
clamor celestial, y en la comunión del Espíritu con todos los santos de la
tierra y venerando esa Sangre Divina que nos rescató del poder de las tinieblas
y nos trasladó al reino de la luz, rendimos culto reverente a Dios, como pueblo
sacerdotal que somos".
(Col. 1: 13 y 20)
Cristo Jesús, Cordero de Dios, que
nos has salvado con tu sangre, ¡Te alabamos! ¡Te bendecimos! ¡Te adoramos! ¡Te
damos gracias rendidas! Y te pedimos la salvación de todos los que nos hemos
lavado en tu Sangre Sagrada. Amén.
LEO EN LA PALABRA DE DIOS:
“-Os habéis acercado a Jesús,
que nos ha rociado con una Sangre que habla más elocuentemente que la de Abel”.
(Hebreos 12: 23-24)
MEDITACIÓN:
¿Qué pedía a gritos la sangre de
Abel? ¡Venganza!
"La sangre de tu hermano grita
a mí desde la tierra", de Dios a Caín. Pero la Sangre de Cristo clama
mucho mejor: "¡Padre, perdónalos!". La Sangre de Jesús nos da la
paz con Dios y derriba todo muro que nos divide a los hombres, porque
"todo lo pacificado con la sangre de su cruz". Entonces, ¿Somos
dignos de Cristo cuando anida un rencor en nuestro corazón? ¿Somos como el
Jesús de la cruz, si, no perdonamos nosotros de verdad? ¿Podemos beber la
Sangre de Cristo en la Comunión, si, no rebosamos amor a todos?
Padrenuestro…
Sangre de Jesús, que gritas: "¡Perdón, oh Padre, perdón!". Di, ¿qué quieres de nosotros? ¡Qué sea
perdonador!
ORACIÓN:
“Señor Jesucristo, que nos mandas a
perdonar generosamente hasta el peor de nuestros enemigos. Infúndeme tú mismo
amor a fin de que, amando sin distinción a todos, merezca tú perdón y tú
gracia. Amén”.
"En su gran amor Dios me ha liberado por la sangre que su hijo derramó, y ha perdonado mis pecados".
(Efesios 1:7)
¡Oh, Divino antídoto!, Libérame del veneno del pecado, amén, aleluya, amén.
DÍA SEPTIMO
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Los Santos del Apocalipsis cantan
fervorosamente:
“Con tu Sangre has comprado para
Dios gentes de toda tribu, lengua, pueblo y nación; has hecho de ellos una
dinastía sacerdotal, que sirve a Dios y reina sobre la tierra”.
(Apocalipsis 5:9)
"Nosotros ahora nos unimos a este
clamor celestial, y en la comunión del Espíritu con todos los santos de la
tierra y venerando esa Sangre Divina que nos rescató del poder de las tinieblas
y nos trasladó al reino de la luz, rendimos culto reverente a Dios, como pueblo
sacerdotal que somos".
(Col. 1: 13 y 20)
Cristo Jesús, Cordero de Dios, que
nos has salvado con tu sangre, ¡Te alabamos! ¡Te bendecimos! ¡Te adoramos! ¡Te
damos gracias rendidas! Y te pedimos la salvación de todos los que nos hemos
lavado en tu Sangre Sagrada. Amén.
LEO EN LA PALABRA DE DIOS:
“Vi el cielo abierto. Y el que
se llama desde siempre El Verbo de Dios, estaba cubierto con un manto lleno de
sangre”.
(Apocalipsis 19: 12-13)
MEDITACIÓN:
Jesucristo, el Hijo de Dios, aparece
en el Cielo como un militar triunfador. Se empapó de sangre, en la suya, y
ahora ostenta las propias, luchando contra el enemigo condecoraciones ganadas
en una guerra a vida o muerte. Ha vencido en toda la línea. "El
príncipe de este mundo ha sido echado fuera". Y llega el día en que
"todos sus enemigos estarán colocados como escabel de sus pies"...
¿Me doy cuenta a qué me llama el Señor? El Cielo no es para cobardes, sino para
los esforzados que, como Jesús, saben enfrentarse cada día, hasta la sangre, en
la lucha contra el mal.
Padrenuestro…
Por tú Espíritu, Señor, danos valor
en la lucha, danos la victoria; victoria sobre la muerte danos la Gloria
futura.
ORACIÓN:
Señor Jesucristo, que nos dijiste
que el Reino de los Cielos lo arrebatan únicamente los valientes. Dame el esfuerzo
que necesito para ir contigo hasta el Calvario a fin de subir desde él al
Cielo. Amén.
"En su gran amor Dios me ha liberado por la sangre que su hijo derramó, y ha perdonado mis pecados".
(Efesios 1:7)
¡Oh, Divino antídoto!, Libérame del veneno del pecado, amén, aleluya, amén.
DÍA OCTAVO
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Los Santos del Apocalipsis cantan
fervorosamente:
“Con tu Sangre has comprado para
Dios gentes de toda tribu, lengua, pueblo y nación; has hecho de ellos una
dinastía sacerdotal, que sirve a Dios y reina sobre la tierra”.
(Apocalipsis 5:9)
"Nosotros ahora nos unimos a este
clamor celestial, y en la comunión del Espíritu con todos los santos de la
tierra y venerando esa Sangre Divina que nos rescató del poder de las tinieblas
y nos trasladó al reino de la luz, rendimos culto reverente a Dios, como pueblo
sacerdotal que somos".
(Col. 1: 13 y 20)
Cristo Jesús, Cordero de Dios, que
nos has salvado con tu sangre, ¡Te alabamos! ¡Te bendecimos! ¡Te adoramos! ¡Te
damos gracias rendidas! Y te pedimos la salvación de todos los que nos hemos
lavado en tu Sangre Sagrada. Amén.
LEO EN LA PALABRA DE DIOS:
“Estos son los que han lavado y
blanqueado sus vestiduras en la Sangre del Cordero. Por eso están ante el trono
de Dios".
(Apocalipsis 7:14).
MEDITACIÓN:
Hemos de contar con el pecado como
una triste realidad de nuestra vida. Heredamos de nuestros padres Adán y Eva
una naturaleza dañada, y nuestra malicia a veces, y nuestra debilidad siempre,
nos llevan a ofender a Dios de muchas maneras. ¿Quién pondrá remedio a esta
dolorosa condición nuestra?.
¡Gracias sean dadas a nuestro Señor
Jesucristo, que con su Sangre nos ha librado de tan lastimosa condición! Dios
nos pide solamente arrepentimiento, conversión, reconciliación con El mediante
los Sacramentos. Y, eso sí, lucha valiente para no hacer nunca las paces con el
pecado.
Padrenuestro…
¡Qué divino tesoro, Jesús, me has
dado en tu Sangre! ¡Límpiame de toda mancha, para ser como te agrada!
ORACIÓN:
Señor Jesucristo, amador de los
pecadores, que somos todos. Derrama sobre mí la abundancia de los méritos de tú
Sangre, para que, con limpieza de corazón, vea siempre a Dios en todas las
cosas. Amén.
"En su gran amor Dios me ha liberado por la sangre que su hijo derramó, y ha perdonado mis pecados".
(Efesios 1:7)
¡Oh, Divino antídoto!, Libérame del veneno del pecado, amén, aleluya, amén.
DÍA NOVENO
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Los Santos del Apocalipsis cantan
fervorosamente:
“Con tu Sangre has comprado para
Dios gentes de toda tribu, lengua, pueblo y nación; has hecho de ellos una
dinastía sacerdotal, que sirve a Dios y reina sobre la tierra”.
(Apocalipsis 5:9)
"Nosotros ahora nos unimos a este
clamor celestial, y en la comunión del Espíritu con todos los santos de la
tierra y venerando esa Sangre Divina que nos rescató del poder de las tinieblas
y nos trasladó al reino de la luz, rendimos culto reverente a Dios, como pueblo
sacerdotal que somos".
(Col. 1: 13 y 20)
Cristo Jesús, Cordero de Dios, que
nos has salvado con tu sangre, ¡Te alabamos! ¡Te bendecimos! ¡Te adoramos! ¡Te
damos gracias rendidas! Y te pedimos la salvación de todos los que nos hemos
lavado en tu Sangre Sagrada. Amén.
LEO EN LA PALABRA DE DIOS:
“Tenemos un Pontífice excelso,
Jesús, que ha penetrado los cielos - con su propia sangre - y está siempre vivo
para interceder por los que por él se llegan a Dios”.
(Hebreos 4:14, 19:12, 7:25)
MEDITACIONES:
Una última mirada a la Sangre de
Cristo. ¿Qué nos ha merecido Jesús con ella? Nada menos que la Gloria de Dios,
la misma con la que Dios es infinitamente dichoso, la que tiene el mismo
Jesucristo glorificado a la derecha del Padre. Y ante este su Padre está
repitiendo continuamente: "Quiero que donde yo estoy estén también los
míos que Tú me diste". Ya que para esto se adelantó: "Voy a prepararos
un lugar" Nuestro destino es el Cielo, que no es propio de almas débiles,
sino de los espíritus más grandes, que no se contentan sino con Dios.
Padrenuestro…
Como Esteban, entreabierto veo el
Cielo, Señor. ¿Cuándo podré estar contigo?
¡Hoy lléname de tu Presencia!
ORACIÓN:
Señor Jesucristo, autor, guía y
consumador de la fe, que vas al frente de los que caminan hacia la Patria.
Hazme seguir fielmente tus pisadas para conseguir ese Cielo que me
tienes prometido y preparado. Amén.
"En su gran amor Dios me ha liberado por la sangre que su hijo derramó, y ha perdonado mis pecados".
(Efesios 1:7)
¡Oh, Divino antídoto!, Libérame del veneno del pecado, amén, aleluya, amén.
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