EL CAMINO: "YO SOY EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA, NADIE VA AL PADRE SINO POR MÍ". (JUAN 14:6)

"BUSCAD PRIMERAMENTE EL REINO DE DIOS Y SU JUSTICIA, Y TODO LO DEMÁS SE OS DARÁ POR AÑADIDURA". (MATEO 6:33)

"Y EN NINGÚN OTRO HAY SALVACIÓN, PORQUE NO HAY OTRO NOMBRE BAJO EL CIELO DADO A LOS HOMBRES, EN EL CUAL PODAMOS SER SALVOS". (HECHOS 4:12)

viernes, 22 de marzo de 2019

Las negaciones de BXVI y de los Apóstoles de Cristo hoy



LAS NEGACIONES DE BXVI Y DE LOS APÓSTOLES DE CRISTO HOY: LEFEBVRISTAS, FILOLEFEBVRISTAS, CONTEMPORIZADORES Y TIBIOS


A D. José Galat Noumer, que denunció sin descanso y sin respetos humanos a Jorge Mario Bergoglio como el falso profeta del Apocalipsis, teniendo que enfrentarse al desprecio de la propia Iglesia y a la tibieza de sus pastores. Descansa en paz, siervo valiente y fiel. Y brille para ti la Luz perpetua. Porque no se nos ha dado un espíritu de cobardía, sino de valentía para proclamar la Verdad.

19 de marzo de 2019, festividad de San José, patriarca de la Iglesia

Mateo 26, 69 y ss.:

“Pedro, entretanto, estaba sentado fuera en el patio; y una criada se acercó a él y le dijo: «También tú estabas con Jesús el Galileo.» Pero él lo negó delante de todos: «No sé qué dices.» Cuando salía al portal, le vio otra criada y dijo a los que estaban allí: «Este estaba con Jesús el Nazareno.» Y de nuevo lo negó con juramento: «¡Yo no conozco a ese hombre!» Poco después se acercaron los que estaban allí y dijeron a Pedro: «¡Ciertamente, tú también eres de ellos, pues además tu misma habla te descubre!» Entonces él se puso a echar imprecaciones y a jurar: «¡Yo no conozco a ese hombre!» Inmediatamente cantó un gallo. Y Pedro se acordó de aquello que le había dicho Jesús: «Antes que el gallo cante, me habrás negado tres veces.» Y, saliendo fuera, rompió a llorar amargamente”.

Hace seis años, Jorge Mario Bergoglio usurpó el papado, haciéndose proclamar “papa” el 13-3-13, fecha, por cierto, cabalística y masónica donde las haya, para quien quiera saberlo.
Hablamos de usurpación porque la renuncia de BXVI fue nula de pleno derecho pues fue obtenida con miedo injustamente provocado; y, además, por separar indebidamente el ministerio (al que dijo renunciaba) del munus petrino (que retenía). Canónicamente sabemos que no se puede separar el cargo de su ejercicio a nivel de papado. Es decir: o se renuncia al cargo (munus) o en realidad no se renuncia al papado. Así lo exige el canon 332.3 del Código de Derecho Canónico, que exige, para la válida renuncia al papado, la renuncia al munus, palabra que emplea expresamente:

 “Si contingat ut Romanus Pontifex muneri suo renuntiet, ad validitatem requiritur ut renuntiatio libere fiat et rite manifestetur, non vero ut a quopiam acceptetur”. 

 ( “Si el Romano Pontífice renunciase a su oficio, se requiere para la validez que la renuncia sea libre y se manifieste formalmente, pero no que sea aceptada por nadie”)

Pretender separar munus de ministerium en el papado es un error jurídico tan grave que resulta muy difícil de creer que BXVI no lo sabía. ¿Por qué aparentó entonces que renunciaba al papado? A eso vamos a intentar responder en este artículo.

En 2013, BXVI se encontraba absolutamente asediado por la masonería civil y eclesiástica (las dos bestias del Apocalipsis) que, además, intentaron acabar con su vida mediante veneno días antes de su supuesta renuncia (como, por cierto, le pasó también a San Benito). Pero en lugar de enfrentarse a ella de frente, como debería haber hecho, dio un paso en falso. La mejor defensa posible en su situación pasaba por revelar las palabras de la Virgen explicando el Tercer Secreto de Fátima, que no se hicieron públicas en 2000, y que versaban, a juicio de muchos que hemos estudiado el tema a fondo (véase nuestro artículo en esta web sobre el tema), sobre la gran apostasía de la Iglesia y sobre la usurpación del papado por un agente de Satanás, un masón luciferino (el falso profeta) que, bajo la bandera de la obediencia al supuesto papa llevaría a la apostasía a muchos que no amaron la Verdad (2 Tes. 2, 10), como estamos viendo desde hace seis años.
Si así lo hubiera hecho, los fieles laicos y sacerdotes hubieran sabido que la usurpación del papado y la difusión, desde la cima, de la apostasía en la Iglesia era el secreto terrible que la Virgen les contó a Lucía y a Jacinta en Fátima y que ellas a su vez le contaron a Francisco (recordemos que él solo veía las visiones de los secretos pero no podía escuchar las posteriores explicaciones de la Madre).
En el Tercer Secreto se predice, entre otras cosas, que la gran apostasía en la Iglesia comienza por lo más alto”. (Card. Ciappi, uno de los que leyeron las palabras de la Virgen comentando el tercer Secreto)

En lugar de eso, BXVI hizo ademán de dimitir sin dimitir realmente. A los ojos del mundo y de tantos fieles que desconocen las advertencias de la Virgen en tantas apariciones marianas, BXVI renunció al papado por, supuestamente, encontrarse sin fuerzas. Y se lo tragaron. Entero. A pesar de sus clarísimas declaraciones del 27 de febrero de 2013, el día previo a que su supuesta renuncia entrase en vigor, cuando declaró:

<<El “siempre” es también un “para siempre” – ya no existe una vuelta a lo privado. Mi decisión de renunciar al ejercicio activo del ministerio no revoca esto.>>

Y a pesar de que su colaborador más cercano de BXVI, Mons. Gänswein, en su charla de presentación en el Vaticano de un libro sobre BXVI de Roberto Regoli, Director del Departamento de Historia de la Iglesia en la Pontificia Universidad Gregoriana, el 21 de mayo de 2016, hiciera unas declaraciones escandalosas sobre las que la prensa católica mundial ha pasado de puntillas, en la línea de reafirmar que BXVI sigue siendo papa:

·        “…Él no ha abandonado el encargo de pedro – cosa que le hubiese sido imposible a consecuencia de su aceptación irrevocable del encargo en abril de 2005”.
·         
La inmensa mayoría de católicos parece no tener problemas de conciencia después de oír por boca del Card. Danneels que una “mafia” de cardenales conspiró para que BXVI no saliese elegido, para derrocarle una vez en el solio de Pedro y para cabildear votos en el supuesto cónclave y sacar como supuesto papa a Jorge Mario Bergoglio; ni después de ver a BXVI quedarse en el Vaticano con pectoral, solideo y haciéndose llamar “Su Santidad” y vestido de blanco (porque, supuestamente, no había sotanas negras en el Vaticano, argumento absurdo dirigido a aquellos que quieran entender de que sigue siendo papa). Prefieren silenciar sus dudas, anestesiar sus conciencias, como el avestruz mete la cabeza debajo del ala para no ver.

La pregunta que se hacen y que tantas veces nos hacen a nosotros, es ésta: si en realidad BXVI sigue siendo papa, ¿cómo es entonces que BXVI sigue diciendo que el único papa es Francisco y le trata con deferencia cuando va a visitarle?

Ésta es la clave, hermanos, que ahora quiero explicar. BXVI sabe que  él es el único papa y que Bergoglio es un usurpador. Lo dice en privado y, de hecho, se encuentra secuestrado y vigilado. Incluso le han intentado envenenar varias veces en los últimos años. BXVI, de hecho, conocía todo esto desde hace décadas, pues como papa leyó las palabras de la Virgen explicando la visión del Tercer Secreto de Fátima. Y conoce mejor que nadie Garabandal y Akita, y el Libro Azul del padre Gobbi. Pero, por miedo humano, simula y calla, negando la Verdad de la usurpación del papado, al igual que el primer Pedro cayó en las negaciones cuando Judas entregó a Cristo al Sanedrín.

Ahora, cuando Bergoglio (el nuevo Judas) ha entregado al Cuerpo Místico de Cristo, que es la Iglesia, a la Sinagoga de Satanás (la masonería luciferina y judaica anticristiana), Benedicto XVI guarda silencio. Y ese silencio y esa simulación nunca podrían ser queridos por Dios (como por ejemplo piensa Antonio Socci) pues le hacen creer a los fieles que el papa es ciertamente Francisco, y acaban obedeciéndole en su magisterio deletéreo y perverso, condenándose muchos de ellos por comulgar en pecado mortal (adulterio, siguiendo Amoris Laetitia) o usando preservativos para prevenir enfermedades, o viviendo en sodomía (¿Quién soy yo para juzgar?), por apoyar la traición a la Iglesia china martirial, por comulgar siendo protestantes, etc.

Hermanos, ese silencio de BXVI está costando muchas almas, y está llevando a la confusión a muchos católicos que creen que Francisco es bueno, y que los malos somos aquéllos que denunciamos que no es papa. Luego ese silencio no viene de Dios, que no lo quiere como algo deseable y bueno. Lo permite para que se cumplan las Escrituras y purificar la Iglesia, para que se vean los corazones de todos, para ver quién en su Iglesia obedece a Dios antes que a los hombres y quien ama el magisterio hasta la sangre y no obedece falsamente a una autoridad falsa, espúrea y mortífera.

No, hermanos. Dios no actúa así. Dios quiere que seamos valientes y denunciemos al lobo vestido de pastor que usurpó el solio pontificio, al falso pastor que entró en el redil saltando la valla y sin entrar por la puerta, asalariado, y cuya voz no reconocen las ovejas. Y por eso la supuesta renuncia de BXVI se produjo un 11 de febrero, una clara señal para quien quiera ver, el día de la Aparición de la Virgen en Lourdes como la Inmaculada Concepción, la Mujer vestida de Sol de Apocalipsis XII, la que está luchando contra el Dragón que es Bergoglio (que ataca el dogma de la Inmaculada sin piedad, como es propio de los hijos de Belial), que tiene dos cuernos como si fuera un cordero (aparenta ser papa, aparenta santidad) pero que habla como el dragón (el comunismo ateo) y que es en realidad una serpiente, el falso profeta de Apoc. 13, 11 y ss.).

Con su silencio y simulando que nada pasa en la Iglesia, BXVI, me temo, se encuentra en las mismas negaciones que Pedro. Nos ha abandonado por ahora, sí, pero sigue siendo el papa, como lo era Pedro también en los momentos en que, ante las preguntas de la criada del Sumo pontífice, negó a Cristo tres veces antes de que el gallo cantara (Mt. 26, 69 y ss.). Ahora, BXVI también está en el patio del Sumo Pontífice, junto al Sanedrín (el convento Mater Ecclesiae está junto al Vaticano) y, por miedo, calla su condición de pontífice único y válido de la Iglesia. A pesar de lo cual, sigue a Cristo, como el primer Pedro siguió a Jesús tras la traición de Judas hasta el patio del Sumo Pontífice y no huyó como los otros apóstoles, a excepción de Juan. Misterio de fe.

Dios no quiere la simulación. En los II Macabeos, 6 se nos cuenta cómo Eleazar fue animado por sus paisanos helenizantes a que simulara que comía carne de cerdo y así salvara la vida. Él se negó, ya que los jóvenes hubieran interpretado ese gesto como la señal de que estaba bien apostatar para salvar la vida; de que había que pisar el fumie, como aquel jesuita Ferreira que apostató en Japón y sobre el cual versaba la película “Silencio” de Scorsese, que tanto alabó Francisco, un gesto razonable alejado de todo fundamentalismo, muy masónico. Pues bien, me duele decirlo, pero me temo que BXVI ha pisado el fumie y que simula obediencia ante la Bestia, para dolor de tantos católicos que sabemos quién es Bergoglio y que BXVI sigue siendo papa. Lo mismo que el primer Pedro cuando negó conocer a Cristo. No se atreve a levantar la voz de manera expresa, aunque lo haya hecho de manera indirecta en los últimos seis años, reafirmando la creencia en la Eucaristía (Eucharistomen) o diciendo que el diálogo no puede sustituir a la misión. O como cuando renunció a prologar un libro sobre el magisterio de Francisco, donde se incluían autores herejes que, además, atacaron su magisterio previamente.

Recordemos las inmortales palabras de Eleazar:

«Porque a nuestra edad no es digno fingir, no sea que muchos jóvenes creyendo que Eleazar, a sus noventa años, se ha pasado a las costumbres paganas, también ellos por mi simulación y por mi apego a este breve resto de vida, se desvíen por mi culpa y yo atraiga mancha y deshonra a mi vejez. Pues aunque me libre al presente del castigo de los hombres, sin embargo ni vivo ni muerto podré escapar de las manos del Todopoderoso. Por eso, al abandonar ahora valientemente la vida, me mostraré digno de mi ancianidad, dejando a los jóvenes un ejemplo noble al morir generosamente con ánimo y nobleza por las leyes venerables y santas.» Habiendo dicho esto, se fue enseguida al suplicio del apaleamiento.
 
Pero no debemos escandalizarnos, hermanos. Al contrario, tenemos que rezar mucho por BXVI, para que reciba el Espíritu Santo, declare que su renuncia fue nula y que, por tanto, sigue siendo papa. Recordemos que BXVI no siempre hizo la voluntad de Dios: al revelar en 2000 el Tercer Secreto de Fátima se prestó a los manejos del partido masónico para decir que ese secreto se refería al intento de asesinato de Juan Pablo II y que ya estaba cumplido. Gracias a Dios, posteriormente se arrepintió de esa simulación y, en una nueva visita a Fátima, dijo que  el Tercer Secreto no estaba cumplido y que se refería al futuro. Efectivamente, ni Rusia ha sido aún debidamente consagrada (y por eso invadirá Europa de forma sorpresiva, como profetizaron tantos santos (Maria Julia Jahenny, Teresa Musco, San Juan Bosco, San Maximiliano Kolbe…) o como avisó la Virgen en Trè Fontane, y recoge Ezequiel 38; ni aún hemos entrado en el fin de los tiempos, que comenzarán cuando BXVI muera en el destierro según la visión del Tercer Secreto de Fátima y su sucesor, Pedro Romano, el último papa, se enfrente al falso profeta (es decir, a Bergoglio o a su sucesor, que será, como él, otro falso papa; y al Anticristo). Está próxima nuestra liberación, pues tras la gran apostasía, la gran tribulación y la persecución que será llevada a cabo por el Anticristo y el falso profeta, Cristo bajará, en su Parusía, y transformará este mundo viejo en Nuevos Cielos y Nueva Tierra, instaurando su Reino espiritual.

La gran apostasía tantas veces avisada por la Virgen en sus apariciones, recogida en 2 Tesalonicenses y en el numeral 675 del Catecismo implicaba esto: que la jerarquía abandonaría a Cristo, siguiendo a la Bestia de la tierra. Maldito el hombre que confía en el hombre, dice el Señor (Jer., 17,5). No debemos poner nuestras esperanzas en ningún hombre, ni siquiera en Pedro (BXVI) ni en los cardenales, obispos y sacerdotes que callan y dejan hacer a Bergoglio, para que destruya la Iglesia, sino en Cristo y en su Santísima Madre, que recogerá a su resto fiel en su Cenáculo. Ellos son las dos columnas inconmovibles de nuestra fe, que nunca vacilarán. Quien a ellos mira no será confundido. Quien esté realmente consagrado al Inmaculado Corazón de María sabe y entiende lo que está pasando en la Iglesia, y lo vivirá con tranquilidad y con santa resignación, pues todo esto tenía que pasar… Ya pasó con el Sanedrín en la época de Cristo, que apostató en su mayor parte y cometió Deicidio. Y el pueblo, como ovejas sin pastor, seguía sin embargo a Cristo y se convertían en masa al escucharle, mientras los obispos de entonces maquinaron para matarlo. Ya saben: la Luz vino a los suyos y los suyos no le escucharon. Y está ocurriendo exactamente igual ahora con la jerarquía católica como ocurrió con el Sanedrín judío. Porque lo que fue, eso será.

En esa misma simulación están incurriendo, ay,  cardenales y obispos como Burke, Sarah, Schneider…, y todos los presbíteros y medios de comunicación católicos que supuestamente denuncian la situación crítica de la Iglesia pero callan por miedo ante Francisco, al que salvan una y otra vez de manera esquizofrénica. Critican la situación de apostasía de la Iglesia pero no aciertan a discernir (o no quieren hacerlo) cuál es el origen de ese espíritu maligno que recorre la Iglesia y no se atreven a decirlo: Jorge Mario Bergoglio. Unos, como Burke, Sarah y Schneider porque, al igual que los apóstoles de Jesús, no adivinaron hasta el final quién era el traidor. Recordemos que los apóstoles, incluso en la última cena, antes de la Pasión de Cristo, desconocían que el traidor era Judas y le preguntaban a Cristo, “¿Maestro, seré yo?” Triste ejemplo de ello es el Card. Sarah, hombre bueno y santo donde los haya, pero que en su último libro “Se acerca la tarde y el día casi ha terminado” exculpa a Bergoglio y dice que él está luchando contra la pederastia, y que los malos son los sacerdotes que niegan el magisterio de la Iglesia y los que caen en pederastia, exactamente el mismo discurso de la falsa profetisa Marga o de Hispanidad (dirigida por Eulogio López).

Otros, como el Prof. De Mattei, Michael Matt o Adelante la Fe tienen por papa a Bergoglio porque son lefebvrianos o filolefebvrianos y consideran que Bergoglio es uno más de la lista de papas heréticos del postconcilio y que los errores de Bergoglio son los errores de Pablo VI, JPII o BXVI, pero ampliados. Y consideran, en resumidas cuentas, que el origen de todos los males fue del “herético” (dicen) Concilio Vaticano II. Pues no, amigos. Tajantemente no. Ya antes del Concilio la infiltración masónica era masiva en la Iglesia. Como lo era antes de Trento la herejía protestante. A ellos se ha unido desde hace unos meses, y nos duele decirlo, Infocatolica, que impide publicar ningún comentario de este tenor y que critica la apostasía de la Iglesia pero no permite decir de dónde procede.

Hay que recordar que el Concilio fue querido por el Cielo (basta leer algunos mensajes de la aparición de la Virgen en Amsterdam o alguna locución de la Virgen en Garabandal para saberlo). Y aquella efusión del Espíritu Santo que fue el CVII quiso ser contrarrestada por Satanás con una efusión del espíritu de confusión y de error, que cuajó en el famoso “espíritu del Concilio”, que nada tenía que ver con la letra del mismo. Exactamente lo mismo ocurrió tras el Concilio de Nicea, o tras el Concilio de Trento. Porque nadie puede negar los buenos frutos del Concilio (el Catecismo, congregaciones que han dado santos y que han sido cauce de salvación para muchas almas, como Opus Dei, Comunión y Liberación, Focolares, y tantas otras realidades eclesiales). Al igual que nadie puede tampoco negar los malos frutos del postconcilio, inspirado por Satanás (secularizaciones masivas de sacerdotes, ridiculización de las devociones populares como el rosario, desacralización de la Eucaristía, banalización de la Virgen, y, en resumen, el ataque del modernismo en todos los órdenes de la Iglesia). Pero no se debe confundir una cosa con la otra.

También contra el CVII suscitó Satanás toda aquella marea negra del mayo del 68, para opacar la luz que salió de Roma con aquel fango del sexo libre, promiscuidad, ataque a la autoridad y a los mandamientos de Dios… De hecho, el Concilio recordó, uno por uno, todos los dogmas de la Iglesia. Esas webs y esos periodistas que citamos le achacan al Concilio los males que, en realidad, vinieron del espíritu satánico del postconcilio, terrible error. Y se niegan a reconocer que, con sus fallos, Pablo VI, Juan Pablo II y BXVI lucharon, como pudieron, contra la masonería y el marxismo, en suma, contra el mundo, que les crucificó en vida y de los que fueron víctimas (hostes). Y alegan que esos papas promovieron la misa reformada, apoyaron los abusos litúrgicos y eucarísticos, que nombraron obispos heterodoxos, etc., cuando la verdad es que no fueron ellos sino la masonería eclesiástica que gobernaba, de facto, las Prefecturas y Dicasterios de la Iglesia (basta recordar la Lista Pecorelli), y que les presionaba de una manera difícil incluso de imaginar por nosotros hoy en día, y que se describen en los libros de Malachi Martin “El último papa” y “Las llaves de esta sangre”. Llamar verdugos a los que en realidad fueron víctimas de esa masonería infiltrada y contra la que poca cosa pudieron hacer es un error muy grave, que lleva al error a muchos católicos. Y es completamente injusto.

Es cierto que el CVII no debió reformar la misa; que debió condenar el comunismo y el judaísmo; y que debió reafirmar, como luego se hizo en Dominus Iesus, que Cristo es el único camino de salvación para los hombres. No lo hizo, y ahí está el pecado del Concilio. Pero de ahí a decir que el Concilio es herético y que fue movido por el Diablo hay un mundo. Porque ésa es exactamente la teoría de Lefebvre, que rompió con la Iglesia como Lutero, en lugar de reformarla desde dentro, como hacen los hijos de Dios.

Estoy harto de los que, para defender a la Iglesia frente a Francisco, recurren a Lefebvre y blanquean sus ataques a la autoridad papal. Le hizo la vida imposible al pobre Pablo VI y a Juan Pablo II, a los que les hizo la vida imposible, y les trató de herejes, separándose de la Iglesia. No. Esto es, sin duda, la trampa final y más fina del demonio, que pone huevos en las dos cestas (modernistas y tradicionalistas), para atacar a la Iglesia. Y, curiosamente, ambos bandos le tiene por papa. ¡Qué casualidad!

Es más: algunos incluso nos tachan a nosotros (Comovaradealmendro o a D. José Galat) de caer en el mismo error de Lefebvre cuando decimos que Bergoglio no es papa, que somos entonces unos cismáticos y que nos hacemos una Iglesia a nuestra manera. ¡No! Lefebvre se rebeló contra papas ortodoxos y venerables, como Pablo VI, Juan Pablo II y el contra el Card. Ratzinger. Y dio por válida aquella táctica tan querida por Satanás como es que “el fin justifica los medios”, desobedeciendo a pontífices válidos y legítimos, de sana doctrina. No, no será el resto fiel el que provoque el cisma. Será el falso profeta el que lo haga, excomulgando al resto fiel. Pero serán, claro, excomuniones falsas, hechas por alguien que no es papa. Y pasan, además, por alto el hecho único y distinto que nunca se ha dado en la Iglesia; que ahora mismo, en Roma, hay dos papas, dos vestidos de blanco, pero uno válido (BXVI) y otro falso, Francisco. La misma Virgen le dijo en el s. XVI a Sor Mariana de Jesús Torres en Quito que el papa estaría secuestrado:

“Este aparente triunfo de Satán traerá enormes sufrimientos a los buenos Pastores de la Iglesia, los muchos buenos sacerdotes y el Supremo Pastor y Vicario de Cristo en la tierra, quien, prisionero en el Vaticano, derramará amargas lágrimas en secreto en presencia de su Dios y Señor, pidiendo luz, santidad y perfección para todo el clero del mundo, de quienes él es Rey y Padre”.

Y lo mismo vio Ana Katalina Emmerick. Los que sabemos esto, entonces, ¿debemos entonces callarnos? ¿Debemos ocultar nuestros talentos y dejar de avisar a las ovejas de que el que funge como pastor es en realidad un lobo? No, no debemos callar. ¿Debió callarse Cristo cuando decía que el Sanedrín había perdido su autoridad por apartarse de Yahvé, o Elías, o San Atanasio, o Santa Catalina Siena? No. Basta de silencios, porque este silencio cuesta almas, y eso nunca puede ser querido por Dios. Nosotros nunca vamos a separarnos de la Iglesia. Será el falso papa el que nos eche, como nos avisaba Cristo:

“Os echarán de los sinagogas; y aun viene la hora, cuando cualquiera que os matare, pensará que hace servició a Dios. Y estas cosas os harán, porque no conocen al Padre ni a mí. Mas os he dicho esto, para que cuando aquella hora viniere, os acordéis que yo os lo había dicho. Esto empero no os lo dije al principio, porque yo estaba con vosotros”(Jn. 16, 2-4)

Los lefebvristas y filolefebvristas tiene por heréticos a los papas postconciliares, y, de hecho, llaman a la Iglesia, despectivamente, “Iglesia conciliar” o “nueva Iglesia” o “neocatólicos”; y a nosotros “neocons”, tomando la parte por el todo, como si toda la Iglesia tras 1965 fuera herética, modernista y apostática, en contraposición con la Iglesia lefebvrista (FSSPX), que, según ellos, es la única fiel, al tiempo que rechazan la validez de la Eucaristía en la misa nueva y son inclusos capaces de no cumplir el precepto dominical si no pueden asistir a la misa tridentina. La soberbia, el pecado favorito del Enemigo de las almas. ¡Qué listo es el Enemigo de las almas…!

¿O es que eran heterodoxas Mysterium Fidei (1965), Sacerdotalis Coelibatus (1967) o Humanae Vitae (1968), de Pablo VI?
¿O estuvo mal que declarara a la Virgen como Madre de la Iglesia en 1964?
¿No fue Pablo VI quien, en el Credo del Pueblo de Dios, escribía esto:
“4. Bien sabemos, al hacer esto, por qué perturbaciones están hoy agitados, en lo tocante a la fe, algunos grupos de hombres. Los cuales no escaparon al influjo de un mundo que se está transformando enteramente, en el que tantas verdades son o completamente negadas o puestas en discusión. Más aún: vemos incluso a algunos católicos como cautivos de cierto deseo de cambiar o de innovar. La Iglesia juzga que es obligación suya no interrumpir los esfuerzos para penetrar más y más en los misterios profundos de Dios, de los que tantos frutos de salvación manan para todos, y, a la vez, proponerlos a los hombres de las épocas sucesivas cada día de un modo más apto. Pero, al mismo tiempo, hay que tener sumo cuidado para que, mientras se realiza este necesario deber de investigación, no se derriben verdades de la doctrina cristiana. Si esto sucediera —y vemos dolorosamente que hoy sucede en realidad—, ello llevaría la perturbación y la duda a los fieles ánimos de muchos.

5.A este propósito, es de suma importancia advertir que, además de lo que es observable y de lo descubierto por medio de las ciencias, la inteligencia, que nos ha sido dada por Dios, puede llegar alo que es,no sólo a significaciones subjetivas de lo que llaman estructuras, o de la evolución de la conciencia humana. Por lo demás, hay que recordar que pertenece a la interpretación o hermenéutica el que, atendiendo a la palabra que ha sido pronunciada, nos esforcemos por entender y discernir el sentido contenido en tal texto, pero no innovar, en cierto modo, este sentido, según la arbitrariedad de una conjetura.”?

¿O estuvo mal la Carta que el Card. Alfredo Ottaviani le dirigió a los Presidentes de las Conferencias Episcopales, por orden de Pablo VI, para cortar de raíz los abusos en la interpretación del Concilio Vaticano II, reafirmando la obediencia al magisterio de la Iglesia, donde condena la “evolución” del dogma, confirma la inerrancia de la Escritura y su interpretación conforme a la tradición de la Iglesia, exhorta a recordar el dogma de la transubstanciación, recuerda la necesidad del sacramento de la confesión y la doctrina sobre el pecado original del Concilio de Trento, rechaza la mortal de situación (que, por cierto, fue entronizada en Amoris Laetitia) y explica que el verdadero ecumenismo es llamar a los separados y cismáticos a la Iglesia católica, no el irenismo e indiferentismo que se promovía desde muchas Cátedras de teología y desde los mismos púlpitos?

¿O acaso fue incorrecto que Sacrosanctum Concilium advirtiera que: “Por lo mismo, nadie, aunque sea sacerdote, añada, quite o cambie cosa alguna por iniciativa propia en la Liturgia”?

¿No es verdad que las Encíclicas de Juan Pablo II han sido baluartes contra el modernismo y que, precisamente ahora, Bergoglio esté atacando a muerte? Me refiero a Familiaris Consortio (1981) Redemptoris Mater (1987), Veritatis Splendor (1993), Evangelium Vitae (1995), Et Unum sint (1995)?
En fin, ruego a María Santísima que limpie los ojos de tantos católicos buenos que caen en el error de afirmar que Bergoglio es papa, sin querer analizar los gravísimos hechos que determinaron la renuncia falsa de BXVI. Suelen ser cristianos con absoluta falta de formación sobre el fin de los tiempos y sobre las apariciones marianas, que nos han advertido de esto desde La Salette hasta hoy. Y de los que caen en el error de recurrir a otro lobo como Lefebvre para defenderse de Bergoglio, llevando a las almas a otro error gravísimo y cismático. Y de los que denuncian los errores de la Iglesia actual pero que, por respetos humanos, callan ante la usurpación del trono por parte de Bergoglio. Ruego por ellos, para que se den cuenta de una vez, antes de que sea tarde, de quién es Bergoglio… que irá destruyendo la Iglesia poco a poco ante su silencio y su falsa obediencia, hasta que Dios intervenga y reclame a cada uno su cobardía o su ceguera voluntaria. Y espero que entonces para ellos aún no sea tarde, porque se habrán acostumbrado a tolerar o a consentir su inequívoca voluntad destructiva.
Hoy, día de San José, felicitemos a Josef Ratzinger en el día de su santo. No es casualidad que se llame igual que el patriarca José, hijo de Jacob, ni que San José, el padre adoptivo de Cristo y patrón de la Iglesia. Ambos tuvieron que huir a Egipto para salvar la Iglesia (al pueblo israelita y a Jesús, respectivamente). Pronto también Josef Ratzinger deberá huir fuera de Roma para salvar al resto fiel, según la visión del Tercer Secreto de Fátima: ese papa que sale de Roma tambaleándose entre cadáveres de sacerdotes y que va al destierro, para morir mártir a los pies de una cruz de madera tosca, hecha de cortezas como de alcornoque, junto a muchos sacerdotes y laicos fieles.
Y pido a todos que recen por BXVI, para que reciba el Espíritu Santo y proclame que su renuncia fue nula y que, por tanto, sigue siendo el único papa válido y legítimo de la Iglesia, en contra de lo que dice ahora en público. Puede incuso que dentro de poco digan que ha muerto. No les crean. Les aviso.
María, debeladora de todas las herejías. Ora pro nobis. San José bendito, patriarca de la Iglesia, intercede por las ovejas y los pastores.
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Juan Suárez Falcó

Nota del admin del blog: Recuérdese que el Cardenal Daneels falleció el día 14 de marzo de este año, un día después de la fecha de la supuesta elección de “Francisco”, mientras que el Dr. José Galat falleció un día antes la víspera de san José, patrón de la Iglesia. Es muy significativo. Nada es casual, Dios no juega a los dados y nos habla por medio de estas cosas. Quién tenga entendimiento que entienda.

Roguemos por ambos y que descansen en paz.



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