ROSARIO DE LOS
CIEN RÉQUIEM POR LAS ALMAS DEL PURGATORIO
Esta es una devoción carmelita y por
la tanto también se conoce como “Devoción carmelita de los cien réquiem”.
Santa Catalina de Bolonia dejó escrito, que muchas veces se obtiene más fácilmente las gracias que deseamos por medio de las almas buenas que están en el purgatorio, que por la intercesión de los santos.
Esta piadosa devoción carmelita es
antigua y muy efectiva para ayudar a las Benditas Almas del Purgatorio. Es una
oración sencilla que fácilmente puede hacerse a diario en beneficio de las
Benditas Almas del Purgatorio.
Deben saber que el ofrecimiento desinteresado que uno hace por las Benditas Almas del Purgatorio es tan valioso para Dios que, aún pidiendo solo por aquellos que no conoces, Dios le concede Sus Gracias también a tus familiares, amigos y conocidos.
¿Qué es un Réquiem?
Réquiem significa “descanso”, y en la liturgia romana, es la misa de difuntos, un ruego por las almas de los difuntos, llevado a cabo justo antes del entierro o en las ceremonias de recuerdo o conmemoración.
Su nombre proviene de las primeras palabras del introito en latín:
«Réquiem æternam dona eis, Domine, et lux perpetua luceat eis» («Concédeles el descanso eterno, Señor, y que brille para ellos la luz perpetua»).
Cómo rezar el Rosario de los cien réquiem:
Se puede utilizar un rosario común dos veces, para completar los 100 réquiem, ya que el rosario sólo tiene 50 cuentas pequeñas.
Se comienza con la Señal de la Cruz:
✞ Por la señal de la Santa Cruz,
✞ de nuestros enemigos,
✞ líbranos Señor,
Dios nuestro.
✞ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Invocación al Espíritu Santo:
Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego eterno de tu amor. Envía Señor tu Espíritu y todo será creado y se renovará la faz de la tierra.
Oración a Dios Padre:
Oh Dios, que instruiste los corazones de tus fieles con la luz de tu Espíritu Santo, concédenos que animados y guiados por este mismo Espíritu, aprendamos a obrar rectamente siempre y gocemos de la dulzura del bien de sus divinos consuelos. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Oración a Las Santa Ánimas:
Animas santas, ánimas que están purgando, rueguen a Dios por mí; que yo rogaré por ustedes, a fin de que cuanto antes se les conceda la gloria del Paraíso Celestial.
En las cuentas grandes: Un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria.
En cada cuenta pequeña: Un Réquiem (Dales, Señor, el descanso eterno y brille para ellos la luz perpetua).
(Completa 10 decenas, es decir, dos veces el rosario)
Para finalizar se reza, De Profundis:
Salmo CXXIX de David
Desde el profundo abismo de mis penas
a Ti clamo, Señor, de noche y día;
oye, mi Dios, los incesantes ruegos
de un corazón contrito que se humilla.
Estén gratos y atentos tus oídos
a mi voz lamentable y dolorida:
a Ti mis ayes y gemidos lleguen
pues a escucharlos tu piedad se inclina.
¿Si siempre airado tus divinos ojos
sobre las culpas de los hombres fijas,
quién estará confiado en tu presencia,
confundiéndonos sólo ante tu vista?
Más la eterna palabra de tu seno
que aplaque espero tus terribles iras;
porque son inefables tus promesas
y con tus gracias pecador invitas.
Así aunque mi alma acongojada gime
contemplando el rigor de tu justicia,
por tu palabra la indulgencia espera,
de que la hacen culpas tan indigna.
¡Oh pueblo electo! De mañana y
noche,
en todos tus peligros y fatigas,
acógete al Señor con la confianza
que en su ley soberana nos intima.
Porque es inagotable su clemencia;
se muestra con los flacos compasiva;
de todas sus miserias los redime,
y siempre que le claman los auxilia.
Este Dios abrevie el tiempo
en que logre Israel su eterna dicha
cuando de tus pecados la liberte,
que con tanto rigor la tiranizan.
Gloria:
Gloria al Padre, al Hijo y al
Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de
los siglos. Amén.
Réquiem aeternam:
Dales, Señor, el descanso eterno
Y brille para ellos la luz perpetua
De las puertas del infierno
Saca, Señor, sus almas,
Descansen en paz.
Amén.
También se puede terminar con un Padre Nuestro y un Réquiem más (“Dales, Señor, el descanso eterno y brille para ellos la luz perpetua”).
Indulgencias para quien rece De Profundis seguido del Réquiem aeternam:
El Papa Clemente XII, el 14 de agosto de 1736 concedió 100 días de indulgencia a quienes recen arrodillados y devotamente el De Profundis seguido del Réquiem aeternam y concede Indulgencia Plenaria, a los que la rezaren por un año. El día es a elección de cada cual, confesados y comulgando. Las oraciones se deben realizar al oscurecer.
¿Por qué los Cien Réquiem?
Santa Gema Galgani rezaba cada día cien “réquiem” por las almas del purgatorio. Su ángel la estimulaba en este deseo de liberar a estas almas. Un día le dijo: “¿Cuánto tiempo hace que no has rogado por las almas del purgatorio? Desde la mañana no había rogado por ellas. Me dijo que le gustaría que, cualquier cosa que sufriera, la ofreciera por las almas del purgatorio. Todo pequeño sufrimiento las alivia, sí, hija, todo sacrificio por pequeño que sea, las alivia” (Diario, 6-8-1900).
¡Dulce Jesús, dale descanso eterno a
las Benditas Almas del Purgatorio!
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