EL CAMINO: "YO SOY EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA, NADIE VA AL PADRE SINO POR MÍ". (JUAN 14:6)

"BUSCAD PRIMERAMENTE EL REINO DE DIOS Y SU JUSTICIA, Y TODO LO DEMÁS SE OS DARÁ POR AÑADIDURA". (MATEO 6:33)

"Y EN NINGÚN OTRO HAY SALVACIÓN, PORQUE NO HAY OTRO NOMBRE BAJO EL CIELO DADO A LOS HOMBRES, EN EL CUAL PODAMOS SER SALVOS". (HECHOS 4:12)

sábado, 21 de septiembre de 2013

Apariciones de La Salette (Segunda parte)

 “Combatid, hijos de la luz, pues he aquí el tiempo de los tiempos, el fin de los fines.”

Algunos puntos del importante secreto dado por la Virgen a Melanie

La Hermosa Señora de la Salette comunicó un secreto que debía revelar años más tardes. Maximino aseguró que la Virgen dijo algo a Melanie que él no oyó. Este secreto, sin embargo, no está incluido en la aprobación dada por la Iglesia a la aparición ya que fue divulgado posteriormente.

Melanie: “Esto que Yo te voy a decir no será siempre secreto; puedes publicarlo en 1858. Los sacerdotes, ministros de mi Hijo, por su mala vida, por sus irreverencias y su impiedad al celebrar los santos misterios, por su amor al dinero, a los honores y a los placeres, se han convertido en cloacas de impureza. Sí, los sacerdotes piden venganza, y la venganza pende de sus cabezas. ¡Ay de los sacerdotes y personas consagradas a Dios, que por sus infidelidades y mala vida crucifican de nuevo a mi Hijo! Los pecados de las personas consagradas a Dios claman al cielo y piden venganza, y he aquí que la venganza está a las puertas, pues ya no hay almas generosas ni persona digna de ofrecer la Víctima sin mancha al Eterno en favor del mundo. Dios va a castigar de una manera sin precedentes. ¡Ay de los habitantes de la tierra! Dios va a derramar su cólera y nadie podrá sustraerse a tantos males juntos. Los jefes, los conductores del pueblo de Dios, han descuidado la oración y la penitencia, y el demonio ha oscurecido sus inteligencias, se han convertido en estrellas errantes que el viejo diablo arrastrará con su cola para hacerlos perecer. Dios permitirá a la antigua serpiente poner divisiones entre los soberanos, en todas las sociedades y en todas las familias. Se sufrirán penas físicas y morales. Dios abandonará a los hombres a sí mismos y enviará castigos que se sucederán durante más de treinta y cinco años.

Los malos libros abundarán en la tierra y los espíritus de las tinieblas extenderán por todas partes un relajamiento universal en todo lo relativo al servicio de Dios y obtendrán un poder extraordinario sobre la naturaleza: habrá iglesias para servir a esos espíritus. Algunas personas serán transportadas de un lugar a otro por esos espíritus malvados, incluso sacerdotes, por no seguir el buen espíritu del Evangelio, que es espíritu de humildad, de caridad y de celo por la gloria de Dios. 

Habrá por todas partes prodigios extraordinarios, porque la verdadera fe se ha extinguido y la falsa luz alumbra al mundo. ¡Ay de los príncipes de la Iglesia que se hayan dedicado únicamente a amontonar riquezas, a poner a salvo su autoridad y a dominar con orgullo!

Dado el olvido de la santa fe de Dios, cada individuo querrá guiarse por sí mismo y ser superior a sus semejantes. El Santo Padre sufrirá mucho. Yo estaré con él hasta el fin para recibir su sacrificio. Los malvados atentarán muchas veces contra su vida, sin poder poner fin a sus días.

Los gobernantes civiles tendrán todos un mismo plan, que será abolir y hacer desaparecer todo principio religioso, para dar lugar al materialismo, al ateísmo, al espiritismo y a toda clase de vicios.

En los conventos, las flores de la Iglesia estarán corrompidas y el demonio se hará como el rey de los corazones. Que los que estén al frente de las comunidades religiosas vigilen a las personas que han de recibir, porque el demonio usará de toda su malicia para introducir en las órdenes religiosas a personas entregadas al pecado, pues los desórdenes y el amor de los placeres carnales se extenderán por toda la tierra.

Los justos sufrirán mucho; sus oraciones, su penitencia y sus lágrimas subirán hasta el cielo y todo el pueblo de Dios pedirá perdón y misericordia e implorará mi ayuda e intercesión. Entonces Jesucristo, por un acto de justicia y de su gran misericordia con los justos, mandará a sus ángeles para que mueran todos sus enemigos. De golpe los perseguidores de la Iglesia de Jesucristo y todos los hombres dados al pecado perecerán y la tierra quedará como un desierto. Entonces se hará la paz, la reconciliación de Dios con los hombres; Jesucristo será servido, adorado y glorificado; la caridad florecerá en todas partes. Los nuevos reyes serán el brazo derecho de la Santa Iglesia, que será fuerte, humilde, piadosa, pobre, celosa e imitadora de las virtudes de Jesucristo. El Evangelio será predicado por todas partes y los hombres harán grandes progresos en la fe, porque habrá unidad entre los obreros de Jesucristo, y los hombres vivirán en el temor de Dios. Esta paz entre los hombres no será larga: 25 años de abundantes cosechas les harán olvidar que los pecados de los hombres son la causa de todos los males que suceden en la tierra.

Yo dirijo una apremiante llamada a la tierra; llamo a los verdaderos discípulos del Dios que vive y reina en los cielos; llamo a los verdaderos imitadores de Cristo hecho Hombre, el único y verdadero Salvador de los hombres; llamo a mis hijos, a mis verdaderos devotos, a los que se me han consagrado a fin de que los conduzca a mi divino Hijo, los que llevo, por decirlo así, en mis brazos, los que han vivido de mi espíritu; finalmente llamo a los apóstoles de los últimos tiempos, los fieles discípulos de Jesucristo que han vivido en el menosprecio del mundo y de sí mismos, en la pobreza y en la humildad, en el desprecio y en el silencio, en la oración y en la mortificación, en la castidad y en la unión con Dios, en el sufrimiento y desconocidos del mundo. Ya es hora que salgan a iluminar la tierra. Id y mostraos como mis hijos queridos, Yo estoy con vosotros y en vosotros con tal que vuestra fe sea la luz que os ilumine en esos días de infortunio. Que vuestro celo os haga hambrientos de la gloria de Dios y de la honra de Jesucristo. Pelead, hijos de la luz, vosotros, pequeño número que ahí veis; pues he aquí el tiempo de los tiempos, el fin de los fines”. 

La Virgen Santísima predijo acontecimientos que se cumplieron en la fecha indicada, afectando naciones, a la Iglesia y al mundo entero. 


El cumplimiento de las profecías de María
 
María dio a los dos niños profecías que se cumplirían en lo inmediato: la hambruna y peste que asoló Europa fue anunciada allí, y su cumplimiento ayudó a la aprobación oficial de la aparición. Sin embargo, María realizó profecías más importantes, que afectarían al mundo entero no sólo en esos tiempos sino en el siglo por venir. Profecías que nos tocan en forma directa en la actualidad, ya que los hechos iniciados en Europa en la segunda mitad del siglo XIX dispararon el inicio de los movimientos y las filosofías que culminaron en el alejamiento de Dios que vivimos actualmente. 

De este modo, las palabras de la Virgen comenzarían a ser realidad muy pronto. En 1848, sólo dos años después de esta aparición, Karl Marx lanza su manifiesto comunista, siendo el marxismo la máxima expresión del humanismo secular, materialista y ateo. Es la visión del hombre sin Dios, y sus consecuencias son harto conocidas en el mundo entero. Como la Virgen lo había predicho, ese mismo año nace un movimiento llamado “espiritualismo”, iniciado por las hermanas Fox en Nueva York, que muy pronto se difundió en Europa. En 1859 surge “El libro de los espíritus” de Allan Kardec, codificador de la práctica espiritista, la cual se extendió rápidamente. Una espiritista y contemporánea suya, Elena Blavatsky, ayudada por algunos masones, funda la Sociedad Teosófica en 1875, en Nueva York, donde se gesta el movimiento de la “nueva era” o “new age”. El Teosofismo difunde en el mundo occidental la teoría de la reencarnación y propicia la formación de una religión mundial basada en el ocultismo. Sin embargo, en este mismo período, la Iglesia, a pesar de haber sufrido un grave deterioro de su posición oficial en casi toda Europa, produce grandes santos empeñados en la misión de recristianizar el viejo continente, como el santo cura de Ars (San Juan Bautista Vianney) o San Pío de Pietrelcina, entre muchos otros. Su semilla se haría sentir oportunamente. 

En el mensaje de La Salette la Santísima Virgen anunciaba situaciones muy específicas, como la indiscutible apostasía que reina hoy, el agnosticismo que avanza rápidamente aún en ambientes católicos, el intento del hombre de usurpar el puesto de Dios, la difusión del espiritismo, especialmente propiciado por el movimiento “nueva era” o “new age” con la llamada “canalización de espíritus”, la proliferación de iglesias para el culto a esos espíritus, los perniciosos libros que abundan por doquier, el plan de las sociedades secretas para destruir la Iglesia, la terrible influencia del materialismo y el ateísmo en el mundo a partir de entonces. También es una realidad la cantidad de “dioses encarnados”: gurúes, babas, swamis, etc., realizando “prodigios y milagros”, que abundan por todas partes y pretenden suplantar a Jesucristo. La decadencia moral es evidente. La verdadera espiritualidad se diluye en el error. 

Aquellos que difundimos la palabra del único y verdadero Salvador, Jesucristo, somos muchas veces perseguidos y acusados de promover doctrinas que fomentan la división entre los hombres. Se nos dice que para generar la unión y la paz en este mundo tenemos que aceptar quitar del medio o suavizar aquello que fomenta las discusiones y diferencias: así se nos orienta a aceptar a otros salvadores que reemplazan o complementan a Jesús, a reducir el papel de María en la obra de la Salvación o a eliminarla por completo, a suavizar o eliminar la verdad sobre el mayor regalo que Cristo nos legó: Su Presencia cotidiana en los altares a través de la Eucaristía, a la negación de los Sacramentos que Jesús mismo instauró (como la confesión o penitencia), entre muchas otras iniciativas que nos alejan de la Palabra del Verbo Encarnado. La Salette es un testimonio que no podemos desconocer, porque nos regresa a la esencia que el mundo no puede negar:

¡Jesucristo está vivo entre nosotros!





Los Videntes después de la Aparición

Maximino trató de ser sacerdote y entró en el seminario menor. Tenía mucha dificultad en aprender, tuvo muchas dudas sobre su vocación y se retiró del seminario. Muchos se preguntan por qué, acaso ¿no tuvo la gracia de la vocación o no correspondió a ella? Podemos decir que la vida íntima de cada alma es un misterio, las gracias que recibe y la respuesta que ésta da.

Afirman que Maximino tenía una fe profunda, y en la virtud de la castidad fue muy íntegro y delicado llegando a decir en confidencia: "Cuando se ha visto a la Santísima Virgen, uno no piensa más en mujeres". Trabajó en un hospital por un tiempo, luego llegó a ser soldado y finalmente terminó administrando una pequeña tienda de artículos religiosos. 

Se habla de un mal entendido entre el Santo Cura de Ars y Maximino.  El joven visitó al santo cuando tenía una crisis vocacional.  El Cura de Ars que hasta entonces había sido entusiasta de las apariciones se decepcionó al interpretar que Maximino se retractaba de haber visto a la Virgen. Como buen obediente se remitía a la autoridad del obispo y del Papa que habían aprobado las apariciones. "Dios no confirmaría con milagros una superchería, ni la Iglesia la enriquecería con indulgencias" (Journal d´une Institutrice, pag. 117). Maximino por su parte negaba que él se hubiese retractado. Conforme a las explicaciones del muchacho el cura estaba sordo y se le entendía mal, además sólo se le podía hablar en el confesionario y hubo un mal entendido: él le dijo haber mentido a veces, el cura de Ars entendió que se refería a la aparición...  Parece ser que años después el santo cura recibió una prueba de Dios de la autenticidad de la aparición de la Salette. (Aunque en realidad no era necesaria, dado el juicio de la Iglesia basado en el estudio de los hechos y en los milagros reconocidos). No dejó de ser providencial el incidente de Ars, pues de él hablaron tanto los periódicos que acudió el arzobispo de Lyón al Papa Pío IX quién de esa forma recibió el secreto y aprobó la aparición.

Cuenta un amigo de Maximino con cierto asombro y tristeza que en ocasiones se reunían con eclesiásticos y muchas otras personas y tristemente observaban a Maximino vaciar los vasos de vino y volverlos a llenar en seguida. Dentro de la providencia de Dios se pueden enumerar muchas purificaciones de pobreza y enfermedad y calumnias con cuyos méritos sin duda habrá alcanzado glorias para el cielo. Murió en estado de gracia cuando tenía treinta y ocho años de edad.

Melanie también trató de entrar a la vida religiosa. Visitó varias comunidades, pero no permanecía suficiente tiempo en ellas. Le era muy difícil la vida comunitaria. Recibió mucha persecución por haber sido elegida especialmente para comunicar los mensajes. Aún en medio y llena de contradicciones, rechazos e injurias poseía una fuerte valentía y una tenacidad admirable para difundir al mundo el mensaje de Nuestra Señora de la Salette. Su vida de oración era intensa, algunos milagros son atribuidos a ella aun estando en vida. Uno de ellos es la enfermedad del Rev. Combe sanada al día siguiente después que Melanie le dijera que estaría bien y que viviría hasta la ancianidad. El sacerdote admirado le preguntó: "¿Qué dijiste?" "Bueno, contesta Melanie, tan solo oré a la Señora y le dije: Madre mía, el P. Combe está enfermo, él trabaja para ti y lo has dejado así." La vida del P. Combe duró hasta sus 82 años. 

En junio de 1904, Melanie deja Francia y se traslada a un pequeño pueblo llamado Altamura en el sur de Italia. El obispo Mons. Cecchini, O.P: es amigo suyo y la recibe con agrado. Encuentra una casa fuera de la ciudad. Está tranquila y alegre en su soledad. Todos los días va a la Catedral. El 15 de diciembre no fue. Había muerto durante la noche del 14 de diciembre. Forzaron la puerta de su casa y la encontraron en el piso completamente vestida, tenía 72 años. En febrero de 1903 había profetizado que forzarían la puerta de su casa y la encontrarían muerta, en un lugar desconocido de Italia. Dos de sus vecinos cuentan que la noche anterior se había oído la preciosa melodía del Tantum Ergo en la habitación de la dama francesa y que también oyeron una campanita como la que es usada para llevar el Sagrado Viático a los moribundos. La gente de Altamura sostiene que la Sagrada Comunión fue traída a Melanie por el mismo Señor.

Juan Pablo II y La Salette

Como se puede advertir claramente, La Salette es un llamado a evitar una posible catástrofe para la humanidad, un llamado a la conversión, a rectificar, a volver a Dios. En la celebración del 150 aniversario de la aparición de La Salette, el Papa Juan Pablo II envió un mensaje al obispo de Grenoble:

Para el Papa, el mensaje de La Salette se enmarca “en un tiempo de grandes sufrimientos para los pueblos afectados por el hambre y las injusticias, y aún más por la indiferencia y la hostilidad con relación al mensaje evangélico... Las palabras de María en La Salette... conservan una real actualidad... Presentad a la Virgen Inmaculada las penas y esperanzas de este mundo.” 

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