Virgen del Carmen, Reina
del Purgatorio
La
devoción a la Virgen del Carmen está íntimamente ligada a las ánimas benditas
del purgatorio, de donde María es Reina y protectora. Es por tanto una devoción
muy llena de caridad fraterna, ya que honrando a la Madre del Carmen nos
acercamos con cariño a todas esas almas, ya salvadas, que están en camino a la
plenitud de la Gloria. Amando pues a las benditas ánimas, agradamos mucho a la
Virgen María que las visita y seguramente acorta también su tiempo de llegada
al Cielo. Pero vamos a repasar los fundamentos de todo esto:
¿Qué
es el purgatorio?
Es
el estado intermedio entre la tierra y el cielo, donde van las almas seguras ya
de su salvación pero que no están del todo purificadas en sus corazones aunque
ya han sido perdonadas por Dios de sus pecados. El purgatorio es un regalo de
la misericordia divina, ya que ningún alma con impurezas puede ser del todo
feliz en la eternidad junto a Dios.
¿Se
puede dudar o negar la existencia del purgatorio?
No
se puede dudar ni menos aún negar. Es Dogma de fe que, como todo dogma, tiene
fundamento en la Biblia y concretamente en 2 Macabeos 12, 43-46. No es tema
opinable sino que pertenece al depósito de la fe.
¿Quiénes
van al purgatorio?
Creemos
que la inmensa mayoría de las personas van al purgatorio, pues pocos son los
que mueren perfectamente purificados, y por otro lado esperamos que sean pocos
los que se condenen al infierno porque Dios en su infinito amor trata de
suscitar la conversión hasta el último momento de la vida. No obstante no
debemos jugar con la misericordia de Dios y asumir que Dios nos da una libertad
que Él mismo respeta incluso para los que se obstinen en el pecado. Algunos
santos con revelaciones particulares han “visto” el purgatorio con millones de
almas y a la vez el infierno con algunas pero con un perfil común: eran
pecadores obstinados y no creían en la existencia del infierno.
¿Qué
es el “sufrimiento gozoso” del purgatorio?
El
sufrimiento es de carácter moral, y consiste en revisar toda la vida personal
dándose cuenta, desde la mirada de Dios, de la maldad de cada pecado que no ha
sido del todo purificado en la conciencia. El purgatorio destruye la
subjetividad moral y nos hace comprender el efecto del pecado delante del amor
de Dios ofendido. Y también del efecto que causó en el prójimo. La
imposibilidad de “volver” a la tierra a remediarlo, y sobre todo la visión del
Corazón de Cristo ofendido, causan un tremendo dolor en el alma. El “tiempo” de
estar en el purgatorio es decidido por cada alma al ver su pecado, y se acorta
por las oraciones de los que vivimos en la tierra. El gozo del purgatorio es la
seguridad de estar salvado, y las oraciones que llegan desde la tierra.
¿Cómo
amar a las benditas ánimas?
Pues
rezando por ellas, aplicando la Misa, comulgando en gracia de Dios tras haber
confesado, ofreciendo por ellas los sufrimientos físicos que tengamos…., y de
ese modo agradamos y honramos a la Virgen María Reina del Purgatorio en su
advocación del Carmen.
Que
grabemos en nuestros corazones una constante oración por las almas del
purgatorio, y ellas nos devolverán con sus oraciones en un raudal de infinitas
gracias que se intercambian entre el Cielo y la tierra.
El escapulario: desde
el testimonio de los Papas y los Santos
Nuestra Señora le dijo a Simón Stock:
“Lleva mi Escapulario. Será un signo de salvación y de protección en el
peligro y una prenda de paz. Quienquiera que muriera usando este Escapulario no
sufrirá el fuego eterno”.
El
Escapulario tiene un significado muy profundo para quien lo lleva puesto. Es un
riquísimo "Obsequio del Cielo" que nos ha traído la misma Santa
Virgen María; y a cada uno le dice así:
"Perseverad
llevando puesto devotamente el Santo Escapulario, porque es mi Hábito.
El
hecho de andar vestido de este Hábito mío, significa que estáis continuamente
pensando en mí; y que yo, en turno, siempre estoy pensando en vosotros; y
ayudándoos en asegurar la vida eterna”.
El
mismo día que S. Simón Stock recibió de María el escapulario y la promesa, el
fue llamado a asistir a un moribundo que estaba desesperado. Cuando llegó puso
el escapulario sobre el hombre, pidiéndole a la Virgen que mantuviera la
promesa que le acababa de hacer. Inmediatamente el hombre se arrepintió, se
confesó y murió en gracia de Dios".
Es
evidente que la Virgen María quiere revelarnos de manera especial el
escapulario. Reporta Lucia, vidente de Fátima, que en la última aparición
(Octubre, 1917, día del milagro del sol), la Virgen vino vestida con el hábito
carmelita y con el escapulario en la mano y recordó que sus verdaderos hijos lo
llevaran con reverencia. Ella quiere que todos
nosotros usemos el Escapulario del Monte Carmelo. La virgen le explicó que el
Rosario y el Escapulario van juntos.
También
pidió que los que se consagraran a ella lo usaran como signo de dicha
consagración.
El
Beato Papa Gregorio X fue enterrado con su escapulario solo 25 años después de
la Visión del Escapulario. 600 años más tarde cuando abrieron su tumba, su
escapulario estaba intacto.
El
Papa Pío XII habló frecuentemente del escapulario. En 1951, aniversario 700 de
la aparición de Nuestra Señora a San Simón Stock, el Papa ante una numerosa
audiencia en Roma exhortó a que se usara el escapulario como "Signo de
Consagración al Inmaculado Corazón de María" (tal como pidió la Virgen en
Fátima).
El
escapulario también representa el dulce yugo de Jesús que María nos ayuda a
sobrellevar. Y finalmente, el Papa continuó: el escapulario nos marca como
hijos escogidos de María y se convierte para nosotros (como lo llaman los
alemanes) en un 'Vestido de Gracia".
San Juan Pablo II ha reconoció que él mismo llevaba el escapulario desde sus
años de juventud. "¡También yo llevo sobre mi corazón, desde hace mucho
tiempo, el escapulario del Carmen!".
San Alfonso Ligorio y San Juan Bosco tenían una
especial devoción a la Virgen del Carmen y usaban el escapulario. Cuando
murieron los enterraron con sus vestiduras sacerdotales y con su escapulario.
Muchos años después cuando abrieron sus tumbas encontraron que sus cuerpos y
todas las vestimentas estaban hechas polvo, sin embargo sus escapularios estaban
intactos. El escapulario de San Alfonso está en exhibición en su Monasterio en
Roma.
San
Alfonso Ligorio nos dice: "Herejes modernos se burlan del uso del
Escapulario. Lo desacreditan como una insignificancia vana y absurda."
San
Pedro Claver, se hizo esclavo de los esclavos por amor. Cada mes llegaba a
Cartagena, Colombia un barco con esclavos. San Pedro se esforzaba por la
salvación de cada uno. Organizaba catequistas, los preparaba para el bautismo y
los investía con el escapulario. Algunos clérigos acusaron al santo de celo
indiscreto. Sin embargo él continuó su obra hasta tener más de 300,000
conversos.
San
Claudio de Colombiere (director de St. Margarita María) «Yo quería saber si
María en realidad se había interesado en mí, y en el escapulario Ella me ha
dado la seguridad más palpable. Sólo necesito abrir mis ojos, Ella ha otorgado
su protección a este escapulario: 'Quien muera vestido en él no sufrirá el
fuego eterno`.»
Dijo
también: "Debido a que todas las formas de amar a la Santísima Virgen y las
diversas maneras de expresar ese amor no pueden ser igualmente agradables a
ella y por consiguiente no nos ayudan en el mismo grado para alcanzar el cielo,
lo digo sin vacilar ni un momento, ¡El Escapulario Carmelita es su
predilecto!" y agrega "Ninguna devoción ha sido confirmada con mayor
número de milagros auténticos que el Escapulario Carmelita".
ORACIÓN PARA ALCANZAR
SU AMOR
¡Oh
Virgen del Carmen, María Santísima! Vos sois la criatura más noble, la más
sublime, la más pura, más bella y más santa de todas. ¡Oh si todos os
conocieran, Señora y Madre mía, si todos os amaran como Vos merecéis! Pero me
consuelo porque tantas almas dichosas en el Cielo y en la tierra viven
enamoradas de vuestra bondad y belleza. Y me alegro más porque Dios os ama a Vos
sola más que a todos los hombres y ángeles juntos. Reina mía amabilísima, yo,
miserable pecador, también os amo, pero os amo poco en comparación de lo que
Vos merecéis; quiero, pues, un amor más grande y tierno hacia Vos, y esto Vos
me lo habéis de alcanzar, ya que amaros a Vos y llevar vuestro Santo
Escapulario es una señal de predestinación a la gloria, y una gracia que Dios
no concede sino a los que eficazmente quiere salvar. Vos, pues, que todo lo
alcanzáis de Dios, conseguidme esta gracia: que mi corazón arda en vuestro
amor, conforme al afecto que Vos me mostráis; que os ame como verdadero hijo,
ya que Vos me amáis con el amor más tierno de Madre, para que, uniéndome con
Vos por el amor aquí en la tierra, no me separe de Vos después en la eternidad.
Amén.
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