Por
sus frutos los conoceréis
“Guardaos de los falsos
profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son
lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los
espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el
árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el
árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y
echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis.
(Mateo 7:15-20)
DEL CONFLICTO A LA COMUNIÓN
Conmemoración conjunta luterano-católico romana
de la Reforma en el 2017
Guía de la ceremonia "litúrgica" que concelebrará Francisco
con una “arzobispa".
Reproducimos algunos textos de la Oración Común que
será la guía de la ceremonia a realizarse en Suecia, en la ciudad de Lundt,
teniendo como oficiantes a Francisco y una “arzobispa” luterana.
Los conceptos aceptados por la parte católica en esta “liturgia”
celebratoria de Lutero y la Reforma protestante son increíbles. Cuestionan todo
el Magisterio posterior a la Reforma, en particular el Concilio de Trento y
ciertamente puntos ya definidos por la Iglesia antes de Lutero, que negó en sus tesis y en su obra posterior la
existencia de un clero con poder sacerdotal, comenzando por la Sede Romana y el
papa, a quienes el reformador insultó del modo más soez. La existencia de la
Tradición como fuente de Revelación, así como el Magisterio. La existencia de
los sacramentos, salvo el bautismo y el matrimonio. La presencia real de Cristo
en el Santísimo Sacramento y consecuentemente la Misa como renovación incruenta
del Sacrificio de la Cruz. Y así, muchísimos errores destructores de la
doctrina católica fundada en la Revelación misma.
Esta “oración común” de celebración de la Reforma es imposible de interpretar
sino como un acto de apostasía expresa y sin ambigüedades. De todos modos,
queda por ver qué ocurrirá en la ceremonia más allá de lo que la guía común
indica.
A continuación, algunos textos seleccionados de esta guía. Al fin del
artículo se puede ver en archivo pdf el documento conjunto con todos los
detalles de la ceremonia.
Conmemoración conjunta luterano-católico romana
de la Reforma en el 2017
“La sección titulada Acción de
gracias expresa nuestro regocijo por los dones recibidos y redescubiertos de diversas maneras a través de la renovación e iniciativas de la
Reforma. Después de la oración de acción de gracias, toda la asamblea se
une cantando en gratitud y alabanza por la obra de Dios. Lo mejor sería incluir
cánticos que sean familiares a toda la asamblea. Algunos ejemplos incluyen, “Thanks be to You Forever”
(Marty Haugen), o “To God Our Thanks We Give” (“Reamo leboga” de Botswana), o
“Laudate Dominum” de Taizé. (…)”.
Es decir, la Reforma “redescubrió” cosas que la Iglesia Católica había
olvidado.
“El sermón debería reflexionar sobre la relación entre Jesucristo como centro y fundamento de la iglesia (Juan 15) y la conmemoración de los 500 años de la Reforma como
parte del camino Del conflicto a la comunión, alentando a la asamblea hacia un
compromiso continuo de servicio y testimonio común y a orar por la unidad. (…)”.
Aquí se da por supuesto que la Iglesia no es la católica, sino que el
catolicismo es “una rama” del árbol de la iglesia que contiene a todas las
confesiones cristianas. Una vieja herejía reiteradamente condenada.
“La conmemoración de la Reforma
debería ser una celebración de Jesucristo, puesto que los reformadores
consideraron su tarea principal apuntar a Cristo como “el camino, la verdad y
la vida” y llamar a las personas a confiar en Él. Es Cristo quien debería ser
celebrado. Martín Lutero y los
otros reformadores sólo aspiraban a ser «testigos de Cristo.» (…)”.
Canonización informal de Lutero, hombre virtuoso que trabajó para
difundir la Fe. No solo su doctrina herética, sino su vida plagada de vicios y
su persecución violenta a la Iglesia Católica desmiente esta falsedad.
“El énfasis sobre los frutos y la
limpieza de los pámpanos en Juan 15 nos
trae el reto del examen autocrítico. Esto también nos permite relacionarlo con el momento del arrepentimiento en
el servicio, pero debería estar
más orientado hacia el futuro: el llamado siempre renovado a la conversión a Cristo y al prójimo como la superación del egocentrismo propio de las personas (y también del egocentrismo
de las iglesias) a través del poder del Espíritu Santo. Aquí los imperativos
pueden ayudar en la descripción de
este llamado a la conversión y a la unidad. (…)”.
“El egocentrismo de la Iglesia” sería considerarse la única verdadera,
la Esposa de Cristo, su cuerpo místico. Demos por tierra con decenas de
documentos del Magisterio, y por cierto con las Escrituras.
“¡Jesucristo, Señor de la
iglesia, envíanos tu Espíritu Santo! Ilumina nuestros corazones y sana nuestros
recuerdos. Oh Espíritu Santo,
ayúdanos a reconocer con gozo los dones que la Reforma ha brindado a la
Iglesia, prepáranos para
arrepentirnos de las murallas divisorias que nosotros y nuestros antepasados
hemos levantado, y apréstanos para el testimonio y servicio común en el mundo.
Amén. (…)”.
Los dones de la reforma. Por ejemplo: la destrucción de la unidad de la
Cristiandad, las guerras y violencias sufridas por los católicos en los países
que adhirieron a Lutero o siguieron sus pasos de otro modo, como Inglaterra. La
devastación de conventos, iglesias y catedrales. El saqueo de los lugares de
culto y centros religiosos. La creación de una burguesía enemiga de la Iglesia
enriquecida con esos bienes. El debilitamiento de Europa frente a la amenaza
turca. La Masonería. La Revolución francesa y la destrucción del orden político
cristiano. La creación de miles y miles de sectas fanáticas que llevaron al
error, no pocas veces a la locura a millones de cristianos, con la consecuente
perdición de sus almas… Solo algunos “dones”.
“Los luteranos están agradecidos
de corazón por lo que Lutero y otros reformadores les hicieron accesible: el entendimiento del evangelio de Jesucristo y la fe en él; el
reconocimiento del misterio del Dios Trino, que se da a sí mismo para nosotros,
los seres humanos, por gracia, y que solo puede ser recibido en la confianza
total de la promesa divina; en el reconocimiento de la libertad y la
certidumbre que el evangelio crea; en el amor que procede de y es despertado
por la fe; en la esperanza frente a la vida y frente a la muerte que la fe trae
consigo; y en el contacto vital con la Santa Escritura, los catecismos y los
himnos que le dan vida a la fe” (#225), en el sacerdocio de todos los creyentes
bautizados y en su llamado para la misión común de la Iglesia. “Los
luteranos…se dan cuenta de que aquello por lo que agradecen a Dios no es un don
que pueden reclamar solo para sí mismos. Desean compartir este don con todos
los otros cristianos.” (#226) (…)
El documento insulta a la Iglesia negando que las Sagradas Escrituras y
su entendimiento fuera accesible a los católicos antes de Lutero. Como si los
padres de la Iglesia, los teólogos medievales y el Magisterio mismo no hubiesen
sido capaces de discernir el contenido de las Escrituras…
“El caminar ecuménico hace
posible que luteranos y católicos puedan apreciar juntos la visión de Martín
Lutero y su experiencia espiritual acerca del evangelio de la
justicia de Dios, que es a la vez su misericordia.” (#244)
Nuevamente, un Lutero
santo cuya “experiencia espiritual” es modelo de vida para los católicos, o para cualquiera que desee vivir
cristianamente.
“Así como la conmemoración común
en 2017 traerá expresiones de alegría y de gratitud, también deberá permitir un
espacio para que tanto luteranos como católicos experimenten el dolor por los
fracasos, las transgresiones, las culpas y los pecados relativos a las personas
y acontecimientos que se conmemoran.” (#228) “En el siglo XVI, católicos y luteranos
frecuentemente no solo malinterpretaron, sino que exageraron y caricaturizaron
a sus oponentes para ridiculizarlos. Repetidamente violaron el octavo
mandamiento, que prohíbe dar falso testimonio contra nuestro prójimo.” (#233)
Más allá de que pueda haber hechos reprobables de algunos católicos para
con algunos luteranos, y viceversa inmensamente más, lo que aquí se destruye es la obra
doctrinal de la Iglesia realizada por el Concilio de Trento. En él se defendió
la verdadera doctrina, se esclarecieron los puntos que puso en cuestión el
luteranismo y se definió
dogmáticamente un cuerpo de verdades que han sido el pilar de la doctrina en
los tiempos modernos. En este
texto se implica esta obra monumental como “caricaturización” de la Reforma. Y un papa estará presente para
aceptar, o tal vez leer él mismo el texto que haga esta referencia.
Si los tiempos no fueran abreviados…
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