EL CAMINO: "YO SOY EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA, NADIE VA AL PADRE SINO POR MÍ". (JUAN 14:6)

"BUSCAD PRIMERAMENTE EL REINO DE DIOS Y SU JUSTICIA, Y TODO LO DEMÁS SE OS DARÁ POR AÑADIDURA". (MATEO 6:33)

"Y EN NINGÚN OTRO HAY SALVACIÓN, PORQUE NO HAY OTRO NOMBRE BAJO EL CIELO DADO A LOS HOMBRES, EN EL CUAL PODAMOS SER SALVOS". (HECHOS 4:12)

miércoles, 22 de febrero de 2017

El General de los jesuitas: También hay que reinterpretar a Jesús


¡San Ignacio de Loyola, ruega por nosotros!

SOBRE EL MATRIMONIO Y EL DIVORCIO

En primer lugar, refresquemos la memoria y veamos qué nos dice nuestro Señor en el Evangelio, que es su Palabra, y, por lo tanto, inspirado por el Espíritu Santo; es la misma Palabra de Dios, que todos los santos dicen que hay que leer de forma literal.

«Después que partió de allí, Jesús fue a la región de Judea y al otro lado del Jordán. Se reunió nuevamente la multitud alrededor de él y, como de costumbre, les estuvo enseñando una vez más. Se acercaron algunos fariseos y, para ponerlo a prueba, le plantearon esta cuestión: "¿Es lícito al hombre divorciarse de su mujer?".

Él les respondió: "¿Qué es lo que Moisés les ha ordenado?".

Ellos dijeron: "Moisés permitió redactar una declaración de divorcio y separarse de ella".

Entonces Jesús les respondió: "Si Moisés les dio esta prescripción fue debido a la dureza del corazón de ustedes. Pero desde el principio de la creación, Dios los hizo varón y mujer.  Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos no serán sino una sola carne. De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Que el hombre no separe lo que Dios ha unido". 

Cuando regresaron a la casa, los discípulos le volvieron a preguntar sobre esto. Él les dijo: "El que se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra aquella; y si una mujer se divorcia de su marido y se casa con otro, también comete adulterio"». (Marcos 10: 1-12)

«Ustedes han oído que se dijo: No cometerás adulterio. Pero yo les digo: El que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón. Si tu ojo derecho es para ti una ocasión de pecado, arráncalo y arrójalo lejos de ti: es preferible que se pierda uno solo de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado a la Gehena. Y si tu mano derecha es para ti una ocasión de pecado, córtala y arrójala lejos de ti: es preferible que se pierda uno solo de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado a la Gehena». (Mateo 5: 27-30)

Jesucristo nos habló en otras ocasiones sobre el mismo tema, y, obviamente, en el mismo tono en Mateo 5: 31-32; Mateo 19:1-9; Marcos 9:43-47; Lucas 16:18.


EXTRACTOS DE LA ENTREVISTA CONCEDIDA POR
ARTURO SOSA ABASCAL,
GENERAL DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS


Entrevista al nuevo superior general de la Compañía de Jesús, el venezolano Arturo Sosa Abascal, que ha concedido al vaticanista suizo Giuseppe Rusconi para el blog Rossoporpora y el "Giornale del Popolo" de Lugano.

He aquí algunos de los pasajes más pertinentes al caso. Huelgan los comentarios.

P. – El cardenal Gerhard L. Müller, prefecto de la congregación para la doctrina de la fe, ha dicho a propósito del matrimonio que las palabras de Jesús son muy claras y que "ningún poder en el cielo y en la tierra, ni un ángel ni el Papa, ni un concilio ni una ley de los obispos, tiene la facultad de modificarlas".

R. – Antes que nada, sería necesario comenzar una buena reflexión sobre lo que verdaderamente dijo Jesús. En esa época nadie tenía una grabadora para registrar sus palabras. Lo que se sabe es que las palabras de Jesús hay que ponerlas en contexto, están expresadas con un lenguaje, en un ambiente concreto, están dirigidas a alguien determinado.

P. – Pero entonces, si hay que examinar todas las palabras de Jesús y reconducirlas a su contexto histórico significa que no tienen un valor absoluto.

R. – En el último siglo han surgido en la Iglesia muchos estudios que intentan entender exactamente qué quería decir Jesús... Esto no es relativismo, pero certifica que la palabra es relativa, el Evangelio está escrito por seres humanos, está aceptado por la Iglesia que, a su vez, está formada por seres humanos… ¡Por lo tanto, es verdad que nadie puede cambiar la palabra de Jesús, pero es necesario saber cuál ha sido [esa palabra]!

P. – Entonces, ¿también es discutible la afirmación en Mateo 19, 3-6: "Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre?”.

R. – Me identifico con lo que dice el “Papa” Francisco. No se pone en duda, se pone en discernimiento…

P. – Pero el discernimiento es valoración, es elección entre distintas opciones. Ya no hay la obligación de seguir una única interpretación…

R. – No, la obligación existe siempre, pero de seguir los resultados del discernimiento.

P. – Pero la decisión final se funda sobre un juicio en relación a distintas hipótesis. Por lo tanto, toma en consideración también la hipótesis de que la frase "pues lo que Dios ha unido…" no sea exactamente como aparece. En resumen, pone en duda la palabra de Jesús.

R. – No la palabra de Jesús, sino la palabra de Jesús tal como nosotros la hemos interpretado. El discernimiento no elige entre distintas hipótesis, pero se pone a la escucha del Espíritu Santo que, como Jesús prometió, nos ayuda a entender los signos de la presencia de Dios en la historia humana.

P. - Pero, ¿cómo se discierne?

R. – El “Papa” Francisco discierne siguiendo a San Ignacio, como toda la Compañía de Jesús: hay que buscar y encontrar la voluntad de Dios, decía San Ignacio. No es una búsqueda en broma. El discernimiento lleva a una decisión: no se debe sólo valorar, sino que hay que decidir.

P. – ¿Y quién debe decidir?

R. – La Iglesia ha confirmado siempre la prioridad de la conciencia personal.*

P. – Por lo tanto, si la conciencia, después del discernimiento, me dice que puedo hacer la comunión, aunque la norma no lo prevea…

R. – La Iglesia se ha desarrollado a lo largo de los siglos, no es un pedazo de hormigón. Nació, ha aprendido, ha cambiado. Por esto se hacen los concilios ecuménicos, para intentar centrar los desarrollos de la doctrina. Doctrina es una palabra que no me gusta mucho, lleva consigo la imagen de la dureza de la piedra. En cambio, la realidad humana es mucho más difuminada, no es nunca blanca o negra, está en un desarrollo continuo.

P. – Me parece entender que para usted la praxis del discernimiento tiene prioridad sobre la doctrina.

R. – Sí, pero la doctrina forma parte del discernimiento. Un verdadero discernimiento no puede prescindir de la doctrina.

P. – Pero puede llegar a conclusiones distintas a la doctrina.

R. – Esto sí, porque la doctrina no sustituye al discernimiento, como tampoco al Espíritu Santo.

En realidad, hay exegetas católicos que han interpretado las palabras de Jesús sobre matrimonio y divorcio como una admisión del repudio y las segundas nupcias.

Es el caso del monje camaldulense Guido Innocenzo Gargano, biblista y patrólogo de renombre, docente en las pontificias universidades Gregoriana y Urbaniana.

Su exégesis ha sido publicada íntegramente en www.chiesa el 16 de enero de 2015:

Para los "duros de corazón" vale siempre la ley de Moisés. Es una exégesis que, es obvio, puede no ser compartida y de hecho ha sido contestada desde la raíz.

Pero tiene el valor de la transparencia y la "parresía", que falta en quienes cambian las palabras de Jesús sin manifestarlo y sin dar razón de ello.

Por Sandro Magister

(Traducción en español de Helena Faccia Serrano, Alcalá de Henares, España)




*¿LA IGLESIA HA CONFIRMADO SIEMPRE
LA PRIORIDAD DE LA CONCIENCIA PERSONAL?

Mons Schneider:  La idea (herética) de la conciencia como juez supremo proviene del subjetivismo del protestantismo.  

De la entrevista a Mons Schneider (Adelante la Fe) 

-Monseñor, algunos obispos y cardenales han declarado en días recientes que, la sola conciencia basta para recibir la comunión. ¿Es posible decir que quien se sienta en paz con su conciencia puede acercarse a recibir la santa comunión? 

-MS: No. Esta declaración está en contra de la constante enseñanza y de la tradición de la Iglesia. Es el principio del subjetivismo, en última instancia de Lutero, del protestantismo. En las comunidades protestantes existe este método de que la conciencia es el juez supremo. ¡Y no! la conciencia no es el juez, ésta debe escuchar la voz de Dios. Esta es la verdadera conciencia, cuando escucha. Y existe el mandamiento de Dios de manera clara, y la enseñanza de la Iglesia. El no cometer adulterio y estar en estado de gracia incluso de manera objetiva no sólo subjetiva, y de esta manera recibir la santa comunión porque los sacramentos no son acciones privadas de cada individuo, los sacramentos son públicos, son las acciones más públicas de la Iglesia. Por lo tanto, debe haber un criterio objetivo. Tal y como san Pablo nos lo dijo ya en la primera carta a los corintios, y esto es palabra de Dios inspirada por el Espíritu Santo, por lo tanto, la conciencia individual no puede ser en este caso el juez sino la Palabra de Dios y la tradición constante de la Iglesia.


¿HAY QUE REINTERPRETAR DE NUEVO
LA PALABRA DE JESUCRISTO?

"Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema. Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo". (1ª de Gálatas 6-10)

¿Qué relación existe entre la Tradición y la Sagrada Escritura? 

La Tradición y la Sagrada Escritura están íntimamente y profundamente vinculadas. Ambas vuelven presente y fecundo el misterio de Cristo en la Iglesia y brotan de la misma fuente divina: constituyen el sagrado depósito de la fe, del cual la Iglesia extrae la propia certeza sobre todas las verdades reveladas. 

¿En qué sentido los Evangelios son libros inspirados? 

“Las verdades reveladas por Dios, que se contienen y manifiestan en la Sagrada Escritura, se consignaron por inspiración del Espíritu Santo. la santa Madre Iglesia, según la fe apostólica, tiene por santos y canónicos los libros enteros del Antiguo y Nuevo Testamento con todas sus partes, porque, escritos bajo la inspiración del Espíritu Santo, tienen a Dios como autor y como tales se le han entregado a la misma Iglesia. Pero en la redacción de los libros sagrados, Dios eligió a hombres, que utilizó usando de sus propias facultades y medios, de forma que obrando Él en ellos y por ellos, escribieron, como verdaderos autores, todo y sólo lo que Él quería” (Concilio Vaticano II, Dei Verbum, 11). 

¿Por qué los Evangelios enseñan la verdad? 

Porque Dios mismo es su autor. Por ello enseñan sin error las verdades que son necesarias para nuestra salvación. “Pues, como todo lo que los autores inspirados o hagiógrafos afirman, debe tenerse como afirmado por el Espíritu Santo, hay que confesar que los libros de la Escritura enseñan firmemente, con fidelidad y sin error, la verdad que Dios quiso consignar en las sagradas letras para nuestra salvación. Así, pues, “toda la Escritura es divinamente inspirada y útil para enseñar, para argüir, para corregir, para educar en la justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto y equipado para toda obra buena” (2 Tim., 3,16-17).” (Concilio Vaticano II, Dei Verbum, 11). 



¿VERDADES INCÓMODAS O MENTIRAS RECONFORTANTES? 
Tema VII

MENTIRA RECONFORTANTE:

Existen hombres pecadores -los divorciados en adulterio (después la norma se ampliará a otros)- que a pesar de querer les es imposible cumplir con los mandamientos de Dios, a ellos el Señor los perdona, pueden confesar y comulgar a pesar de no tener propósito de enmienda y mantenerse en su pecado.

VERDADES INCÓMODAS:

"Si alguno dijere que los mandamientos de Dios son imposibles de guardar, aun para el hombre justificado y constituido bajo la gracia, SEA ANATEMA". (Canon 18 sobre la Justificación del Concilio DOGMÁTICO de Trento).

"Si alguno dijera que el hombre justificado y cuan perfecto se quiera, no está obligado a la guarda de los mandamientos de Dios y de la Iglesia, sino solamente a creer, como si verdaderamente el Evangelio fuera simple y absoluta promesa de vida eterna, sin la condición de observar los mandamientos, SEA ANATEMA". (Canon 20 sobre la Justificación del Concilio DOGMÁTICO de Trento).

La disciplina de la Iglesia no puede estar divorciada de la doctrina enseñada por Cristo (Mc X, 11-12) sobre el adulterio ni de las enseñanzas de san Pablo que divinamente inspirado enseña que quien comulga en pecado mortal "come y bebe su propia condenación" (1a. Cor XI, 27-29). ¿O acaso san Juan hubiese podido permitir a Herodes vivir conyugalmente con su ilegítima mujer?


Visto en Catolicidad 


¡Señor, ten piedad de nosotros! ¡Ven pronto!



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