Oh María sin pecado concebida:
Ruega por nosotros que recurrimos a Vos.
ORIGEN DE LA MEDALLA
En 1830, la
Santísima Virgen se apareció en París, calle del Bac, número 140, a Santa
Catalina Labouré, Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl.
El mensaje
principal de estas apariciones ocurridas el 18 de julio y el 27 de noviembre de
dicho año fue presentar al mundo una medalla en la que la Virgen aparece como
Inmaculada, Reina, Corredentora y Mediadora de las gracias. La Santísima Virgen
en persona presentó Santa Catalina el modelo de esta medalla y le dijo:
Haz acuñar una medalla conforme a este
modelo. Todas las personas que la lleven pendiente del
cuello recibirán grandes gracias. Sí; las gracias serán
abundantes para las personas que la lleven con confianza.
Santa
Catalina anotó minuciosamente los detalles del anverso y el reverso y confió el
mensaje de la Virgen a su director, el Padre Aladel, C.M. Este, asegurado de la
veracidad de la vidente, permitió que se acuñara el modelo.
Y ASÍ NACIÓ
LA MEDALLA DE LA VIRGEN:
LA MEDALLA MILAGROSA
Aprobación
Eclesiástica
EN JUNIO DE
1832 empezaba la distribución de las primeras medallas en París y provincias de
Francia. El arzobispo de Paris, monseñor De Quelen, recibió la primera medallla
y para probar su eficacia la colocó bajo la almohada de un sacerdote apóstata,
enfermo de gravedad. A las pocas horas, el sacerdote abjuró de sus errores
y pidió confesión. Las gentes empezaron a recibir favores extraordinarios al
contacto de esta nueva medalla de la Virgen. Entre las conversiones más
ruidosas está la del judío Alfonso Ratisbonne. La demanda de medallas rebasó
todos los cálculos.
En los
cuatro primeros años, el señor M. Vachette, primer grabador de la medalla tuvo
que cuñar 2.047.238 medallas, a un ritmo de casi 45,000 por mes. EN 1836,
monseñor De Quelen, arzobispo de París nombró un Tribunal Eclesiástico para
proceder a una rigurosa investigación canónica de todo lo referente a las
apariciones de Santa Catalina y del origen y efectos de la medalla. Después de diecinueve
sesiones e infinidad de interrogatorios, el Juez concluyó que:
CONSIDERANDO:
LA RAPIDEZ
extraordinaria con que la Medalla se ha propagado según la información oficial
suministrada al Tribunal.
EL NUMERO
asombroso de medallas acuñadas y distribuidas.
LOS
PRODIGIOS clamorosos obtenidos.
LAS GRACIAS
especialísimas que los fieles han recibido. . . parecen señales por las que el
cielo quiere confirmar la autenticidad de las apariciones y la verdad de su
contenido. Y:
PUEDE
APROBARSE LA ACUÑACIÓN Y PROPAGACIÓN DE LA MEDALLA
Monseñor De
Quelen en Exhortación Pastoral recomendó a los Fieles de su Archicofradía que
llevaran la Medalla y repitieran la jaculatoria grabada en su contorno: Oh
María sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos.
LOS
PAPAS Y LA MEDALLA MILAGROSA
GREGORIO
XVI autorizó la acuñación de la medalla para toda la Iglesia. El mismo
la colocó sobre su mesa de estudio, al pie del crucifijo y la daba a
las muchas personas que le visitaban.
PIO IX
aprobó la Archicofradía de la Medalla Milagrosa en la Parroquia de San Ginés
de Madrid, en febrero de 1845. Este Pontífice impulsó la propagación
de la medalla que siempre consideró como prenuncio del dogma de la
Inmaculada Concepción. Pío IX fue quien aprobó que pudiera instituirse
en todo el mundo la Asociación de Hijas de María, usando como emblema la
Medalla Milagrosa.
LEON XIII
es el Pontífice que más privilegios ha otorgado a la medalla. El primero fue conceder
300 días de indulgencias, cuatro veces al día, a cuantos dijeran cuatro
veces la invocación: ¡Oh María, sin pecado concebida, rogad
por nosotros que recurrimos a Vos!
Este
Pontífice instituyó en 1894 la fiesta del 27 de noviembre y concedió
indulgencia plenaria a todos las fieles que, arrepentidos, confesados y
habiendo comulgado, visitaran en dicho día cualquier iglesia u oratorio
anejo a las casas de los Padres Paúles o de las Hijas de la Caridad.
PIO X
facilitó el que todos los fieles puedan pertenecer a la Asociación de la
Medalla Milagrosa con sólo recibir la imposición canónica de la
medalla y llevaría colgada del cuello, sin necesidad de inscribir sus
nombres en registro especial.
Concedió
100 días de Indulgencia * cada vez * se repita la Invocación: ¡Oh María,
sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos!
BENEDICTO
XV enriqueció también con privilegios especiales la Medalla
Milagrosa, entre otros, 100 días de indulgencia cada día
"sólo" por lievar puesta la Medalla Milagrosa.
PIO XI
concedió "in perpetuum" 300 días de indulgencia a
todos lost fieles cuantas veces reciten la jaculatoria: ¡Oh María,
sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos!
Este
Pontífice sentía gran entusiasmo por la estatua de la Milagrosa, en la primera
fase de su segunda aparición, sosteniendo el globo terráqueo en sus manos.
Y fue él quien la intituló REINA DE LAS MISIONES Y REINA DEL MUNDO.
PIO XII no
dudó en canonizar a sor Catalina Labouré. la Vidente de la Virgen
e instrumento inmediato para la acuñación de la medalla. Su
canonización es la aprobación indirecta, pero irrebatible, de
la veracidad y autenticidad de la medalla.
JUAN XXIII
fue el gran devoto de la Milagrosa, quien cuando apenas era ayudante de
la Congregación de Propaganda Fide supo convencer a todos para que
Nuestra Señora del Globo (la Milagrosa en su primera aparición del 27
de noviembre) fuese reconocida y proclamada como Reina de las Misiones.
PABLO VI
acaba de enriquecer los cultos a la Virgen Milagrosa otorgando nuevas
y múltiples indulgencias a cuantos asistan un día siquiera a los
Triduos o Novenarios en su honor o se impongan esta sagrada medalla.
LOS SANTOS MODERNOS SE ENAMORAN DE LA MEDALLA
SANTA
BERNARDITA era Hija de María y llevaba la cinta azul y la Medalla Milagrosa.
SANTA
TERESITA desde muy pequeña llamaba a la Milagrosa la Virgen de la
sonrisa. Ella le curó de una gravísima enfermedad. Su nombre figura
entre las Hijas de María insignes.
EL SANTO
CURA DE ARS la veneraba en su parroquia y mandaba a sus
penitentes postrarse ante Ella.
SANTA MARIA
GORETTI, también Hija de María, llevaba la Medalla Milagrosa cuando
prefirió la muerte al pecado.
SANTA
MICAELA DE SANTÍSIMO SACRAMENTO se enamoró de la Medalla Milagrosa durante
su estancia en París y la llevó toda su vida. Tradujo al español las
primeras publicaciones acerca de la medalla.
LOS
MÁRTIRES DE UGANDA entraron en la hoguera del martirio con la
Medalla Milagrosa
colgando de
su cuello.
SAN JUAN
BOSCO Y SAN ANTONIO MARIA CLARET profesaron también tierna devoción
a esta medalla prodigiosa.
LOS BEATOS
JUSTINO DE JACOBOIS y JUAN GABRIEL PERBOYRE fueron los Apóstoles de
la Medalla como misloneros de Abisinia y China. respectivamente.
LOS NUEVOS
MÁRTIRES DE LA CHINA ROJA la veneran y conservan
como talismán, instruidos como están por los Padres Paúles franceses,
que tenían en China más de veinte Vicariatos y habían logrado en sus
territorios jurisdiccionales casi dos millones de cristianos.
LA MEDALLA
QUE CUBRE LA TIERRA
La consigna
que la Virgen dio a Santa Catalina y ésta urgió toda su vida, hasta en la misma agonía, fue que se PROPAGARA, que se
distribuyera la medalla:
“HAY QUE
PROPAGARLA . . .” fueron las palabras que más repitió durante su vida.
Estos
deseos de la Santísima Virgen, expresados por Santa Catalina, han sido durante
ciento tres años, “santo y seña” de los Padres Paúles, y las Hijas de la
Caridad, a quienes ha confiado principalmente lá Santísima Virgen la
propagación de su medalla.
HOY EN DIA
la medalla cubre la tierra. La conocen los malgaches de Madagascar y en
la India; en China, Australia, lo mismo que en Inglaterra, Alemania o
Polonia tiene altares y se la venera con culto especial.
ESTADOS
UNIDOS reparte anualmente alrededor de cinco millones de medallas.
ARGENTINA
distribuye un promedio de 500.000.
BRASIL, un
millón.
FRANCIA
alcanza cifras astronómicas, ya que solamente los peregrinos que visitan
la Capilla del Bac, en París, se acercan al millón en estos últimos años.
ESPAÑA, a
través de las 1.200 Residencias de Hijas de la Caridad y las 40 de
Padres Paúles, distribuye anualmente más de un millón de medallas en
Hospitales, Clínicas y Consultorios, iglesias de culto y en las Misiones
Populares.
Podemos
decir que una cuarta parte de los españoles conocen y muchos llevan
con devoción la medalla que por antonomasia es LA MEDALLA MILAGROSA.
ASOCIACIÓN CENTRAL DE LA INMACULADA DE LA MEDALLA MILAGROSA
ALONSO CANO, 16
teléfono 257 94 54
MADRID - 3
(Con licencia eclesiástica)
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