EL CAMINO: "YO SOY EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA, NADIE VA AL PADRE SINO POR MÍ". (JUAN 14:6)

"BUSCAD PRIMERAMENTE EL REINO DE DIOS Y SU JUSTICIA, Y TODO LO DEMÁS SE OS DARÁ POR AÑADIDURA". (MATEO 6:33)

"Y EN NINGÚN OTRO HAY SALVACIÓN, PORQUE NO HAY OTRO NOMBRE BAJO EL CIELO DADO A LOS HOMBRES, EN EL CUAL PODAMOS SER SALVOS". (HECHOS 4:12)

viernes, 14 de junio de 2019

Eucaristía para los divorciados vueltos a casar



El 12 de junio hizo dos años de esta foto, donde se celebra una “misa” para que comulguen los divorciados vueltos a casar después de un camino de “discernimiento y acompañamiento”. Hoy, tras leer el Evangelio del día* (san Mateo 5, 27-32), me ha parecido conveniente recordarlo, y recordar qué permite Bergoglio en su Exhortación Apostólica Postsinodal AMORIS LAETITIA, que tras idas y venidas de mucho marear la perdiz, por fin quedó patente en la respuesta dada a la carta de los obispos de Buenos Aires que les dejo aquí a continuación y que ha sido recogida en la web del Vaticano como textos Magisteriales de Francisco.

CARTA DEL SANTO PADRE FRANCISCO
A LOS OBISPOS DE LA REGIÓN PASTORAL DE BUENOS AIRES
EN RESPUESTA AL DOCUMENTO
"CRITERIOS BÁSICOS PARA LA APLICACIÓN DEL CAPÍTULO VIII DE LA AMORIS LAETITIA"

Mons. Sergio Alfredo Fenoy

Delegado de la Región Pastoral Buenos Aires

Querido hermano:

Recibí el escrito de la Región Pastoral Buenos Aires “Criterios básicos para la aplicación del capítulo VIII de Amoris laetitia”. Muchas gracias por habérmelo enviado; y los felicito por el trabajo que se han tomado: un verdadero ejemplo de acompañamiento a los sacerdotes... y todos sabemos cuánto es necesaria esta cercanía del obispo con su clero y del clero con el obispo. El prójimo “más prójimo” del obispo es el sacerdote, y el mandamiento de amar al prójimo como a sí mismo comienza, para nosotros obispos, precisamente con nuestros curas.
El escrito es muy bueno y explícita cabalmente el sentido del capitulo VIII de Amoris laetitia. NO HAY OTRAS INTERPRETACIONES. Y estoy seguro de que hará mucho bien. Que el Señor les retribuya este esfuerzo de caridad pastoral.

Y es precisamente la caridad pastoral la que nos mueve a salir para encontrar a los alejados y, una vez encontrados, a iniciar un camino de acogida, acompañamiento, discernimiento e integración en la comunidad eclesial. Sabemos que esto es fatigoso, se trata de una pastoral “cuerpo a cuerpo” no satisfecha con mediaciones programáticas, organizativas o legales, si bien necesarias. Simplemente: acoger, acompañar, discernir, integrar. De estas cuatro actitudes pastorales la menos cultivada y practicada es el discernimiento; y considero urgente la formación en el discernimiento, personal y comunitario, en nuestros Seminarios y Presbiterios.

Finalmente quisiera recordar que Amoris laetitia fue el fruto del trabajo y la oración de toda la Iglesia, con la mediación de dos Sínodos y del Papa. Por ello les recomiendo una catequesis completa de la Exhortación que ciertamente ayudará al crecimiento, consolidación y santidad de la familia.

Nuevamente les agradezco el trabajo hecho y los animo a seguir adelante, en las diversas comunidades de las diócesis, con el estudio y la catequesis de Amoris laetitia.

Por favor, no se olviden de rezar y hacer rezar por mí. Que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide.

Fraternalmente,

Vaticano, 5 de septiembre de 2016

Francisco

***

Región pastoral Buenos Aires

Criterios básicos para la aplicación del capitulo VIII de Amoris laetitia

Estimados sacerdotes:

Recibimos con alegría la exhortación Amoris laetitiaque nos llama ante todo a hacer crecer el amor de los esposos y a motivar a los jóvenes para que opten por el matrimonio y la familia. Esos son los grandes temas que nunca deberían descuidarse ni quedar opacados por otras cuestiones. Francisco ha abierto varias puertas en la pastoral familiar y estamos llamados a aprovechar este tiempo de misericordia, para asumir como Iglesia peregrina la riqueza que nos brinda la Exhortación Apostólica en sus distintos capítulos.

Ahora nos detendremos solo en el capítulo VIII, dado que hace referencia a “orientaciones del Obispo” (300) en orden a discernir sobre el posible acceso a los sacramentos de algunos “divorciados en nueva unión”. Creemos conveniente, como Obispos de una misma Región pastoral, acordar algunos criterios mínimos. Los ofrecemos sin perjuicio de la autoridad que cada Obispo tiene en su propia Diócesis para precisarlos, completarlos o acotarlos.

l) En primer lugar recordamos que no conviene hablar de “permisos” para acceder a los sacramentos, sino de un proceso de discernimiento acompañado por un pastor. Es un discernimiento “personal y pastoral” (300).

2) En este camino, el pastor debería acentuar el anuncio fundamental, el kerygma, que estimule o renueve el encuentro personal con Jesucristo vivo (cf. 58).

3) El acompañamiento pastoral es un ejercicio de la “via caritatis”. Es una invitación a seguir “el camino de Jesús, el de la misericordia y de la integración” (296). Este itinerario reclama la caridad pastoral del sacerdote que acoge al penitente, lo escucha atentamente y le muestra el rostro materno de la Iglesia, a la vez que acepta su recta intención y su buen propósito de colocar la vida entera a la luz del Evangelio y de practicar la caridad (cf. 306).

4) Este camino no acaba necesariamente en los sacramentos, sino que puede orientarse a otras formas de integrarse más en la vida de la Iglesia: una mayor presencia en la comunidad, la participación en grupos de oración o reflexión, el compromiso en diversos servicios eclesiales, etc. (cf. 299).

5) Cuando las circunstancias concretas de una pareja lo hagan factible, especialmente cuando ambos sean cristianos con un camino de fe, se puede proponer el empeño de vivir en continencia. Amoris laetitia no ignora las dificultades de esta opción (cf. nota 329) y deja abierta la posibilidad de acceder al sacramento de la Reconciliación cuando se falle en ese propósito (cf. nota 364, según la enseñanza de san Juan Pablo II al Cardenal W. Baum, del 22/03/1996).

6) En otras circunstancias más complejas, y cuando no se pudo obtener una declaración de nulidad, la opción mencionada puede no ser de hecho factible. No obstante, igualmente es posible un camino de discernimiento. Si se llega a reconocer que, en un caso concreto, hay limitaciones que atenúan la responsabilidad y la culpabilidad (cf. 301-302), particularmente cuando una persona considere que caería en una ulterior falta dañando a los hijos de la nueva unión, AMORIS LAETITIA ABRE LA POSIBILIDAD DEL ACCESO A LOS SACRAMENTOS DE LA RECONCILIACIÓN Y LA EUCARISTÍA (cf. notas 336 y 351). Estos a su vez disponen a la persona a seguir madurando y creciendo con la fuerza de la gracia.

7) Pero hay que evitar entender esta posibilidad como un acceso irrestricto a los sacramentos, o como si cualquier situación lo justificara. Lo que se propone es un discernimiento que distinga adecuadamente cada caso. Por ejemplo, especial cuidado requiere “una nueva unión que viene de un reciente divorcio” o “la situación de alguien que reiteradamente ha fallado sus compromisos familiares” (298). También cuando hay una suerte de apología o de ostentación de la propia situación “como si fuese parte del ideal cristiano” (297). En estos casos más difíciles, los  pastores debemos acompañar con paciencia procurando algún camino de integración (cf. 297299).

8) Siempre es importante orientar a las personas a ponerse con su conciencia ante Dios, y para ello es útil el “examen de conciencia” que propone Amoris laetitia 300, especialmente en lo que se refiere a “cómo se han comportado con sus hijos” o con el cónyuge abandonado. Cuando hubo injusticias no resueltas, el acceso a los sacramentos es particularmente escandaloso.

9) Puede ser conveniente que un eventual acceso a los sacramentos se realice de manera reservada, sobre todo cuando se prevean situaciones conflictivas. Pero al mismo tiempo no hay que dejar de acompañar a la comunidad para que crezca en un espíritu de comprensión y de acogida, sin que ello implique crear confusiones en la enseñanza de la Iglesia acerca del matrimonio indisoluble. La comunidad es instrumento de la misericordia que es “inmerecida, incondicional y gratuita” (297).

10) El discernimiento no se cierra, porque “es dinámico y debe permanecer siempre abierto a nuevas etapas de crecimiento y a nuevas decisiones que permitan realizar el ideal de manera más plena” (303), según la “ley de gradualidad” (295) y confiando en la ayuda de la gracia.

Somos ante todo pastores. Por eso queremos acoger estas palabras del Papa: “Invito a los pastores a escuchar con afecto y serenidad, con el deseo sincero de entrar en el corazón del drama de las personas y de comprender su punto de vista, para ayudarles a vivir mejor y a reconocer su propio lugar en la Iglesia” (312).

Con afecto en Cristo.

Los Obispos de la Región

5 de septiembre de 2016


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Bien, pero ¿qué nos dice nuestro Señor? ¿Qué ha sostenido la Iglesia fielmente a su Palabra por dos mil años?

*Todo el que mira a una mujer deseándola, ya ha cometido adulterio (san Mateo 5, 27-32)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Habéis oído el mandamiento “no cometerás adulterio”.

Pero yo os digo: Todo el que mira a una mujer deseándola, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón.

Si tu ojo derecho te induce a pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado entero en la “gehenna”.

Si tu mano derecha te induce a pecar, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir a parar entero “gehenna”.

Se dijo: “El que repudie a su mujer, que le dé acta de repudio” Pero yo os digo que si uno repudia a su mujer – no hablo de unión ilegítima – la induce a cometer adulterio, y el que se casa con la repudiada comete adulterio».

La Palabra del Señor es clara y la Palabra de Dios es eterna, no cambia; como dice santa Teresa de Jesús, Dios no se muda.

-El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. (Mateo 24:35)

-El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. (Mateo 4:4)

-Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. (Juan 8: 31-32)

-Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema (maldito). Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema (maldito). Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo". (1ª de Gálatas 6-10) 

Los Mandamientos de la Ley de Dios son de obligado cumplimiento, si uno falta a alguno de ellos ha de confesarse para reconciliarse con Dios.

-Sí me amáis guardaréis mis Mandamientos. (Juan 14:15)

-El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió. (Juan 14:24)

-De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno. (Romanos 7:12)

- Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios. (Romanos 8:7-8)

Para que la confesión sea válida es necesario el arrepentimiento y el propósito de enmienda. Difícilmente pueda darse ambas cosas en el caso que nos ocupa, si tras la confesión regresan a su casa para seguir cometiendo el mismo pecado.

Dios no nos manda pruebas que no podamos superar.

-No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea común a los hombres; y fiel es Dios, que no permitirá que vosotros seáis tentados más allá de lo que podéis soportar, sino que con la tentación proveerá también la vía de escape, a fin de que podáis resistirla. (1Cor 10:13)

En referencia a la recepción de la Santa Comunión por personas divorciadas o vueltas a casar, los miembros de la Congregación de la Doctrina para la Fé, siendo el card. Joseph Ratzinger prefecto, en una carta a todos los obispos del mundo de fecha octubre 14, 1994 dice:

La creencia errónea que tiene una persona divorciada y vuelta a casar, de poder recibir la Eucaristía normalmente, presupone que la conciencia personal es tomada en cuenta en el análisis final, de que, basado en sus propias convicciones existió o no existió un matrimonio anterior y el valor de una nueva unión. Esta posición es inaceptable. El matrimonio, de hecho, porque es la imagen de la relación entre Cristo y su Iglesia así como un factor importante en la vida de la sociedad civil, es básicamente una realidad pública.

-Quien coma el pan o beba el cáliz del Señor indignamente, será reo del Cuerpo y de la Sangre del Señor. Examínese, pues, cada cual, y coma entonces del pan y beba del cáliz. Pues quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propio castigo. (1 Co 11, 27-29)

-Porque llegará el tiempo en que los hombres no soportarán más la sana doctrina; por el contrario, llevados por sus inclinaciones, se procurarán una multitud de maestros que les halaguen los oídos, y se apartarán de la verdad para escuchar cosas fantasiosas. (Segunda carta a Timoteo 4; 3-4)

Ahora se está cumpliendo lo que nos advierte san Pablo en estas palabras, pero la Palabra de Dios no se puede cambiar, ni Dios nos manda pruebas que no podamos superar con su ayuda y manteniéndonos en gracia. Lo que se vive hoy es una rebelión, es querer hacernos como Dios, es cambiar la Palabra de Dios a nuestro capricho, para hacer nuestra voluntad no la voluntad de Dios. Los verdaderos hijos de Dios se someten a la voluntad de Dios, de igual forma que lo hizo nuestro Señor Jesucristo, que siendo Dios se sometió en todo, por humildad y obediencia. Porque como nos dicen los apóstoles en Hechos (5:29):

¡HAY QUE OBEDECER A DIOS ANTES QUE A LOS HOMBRES!



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