Te adoramos Cristo y te bendecimos
porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo
El 14 de septiembre se celebra la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz es una festividad en la que se recuerda el madero donde fue crucificado el Señor, así como victoria gloriosa tras su dolorosa muerte.
La fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz tiene su origen en el descubrimiento de la Santa Cruz por parte de la Emperatriz santa Elena, madre de Constantino el Grande, durante un viaje a Tierra Santa. La Santa Cruz fue difícil de encontrar, pues estaba enterrada para evitar que los cristianos fueran a venerarla, sabiendo que al verla muchos se convertían. A pesar de ello, un judío de Jerusalén, llamado Judas (y que sería recordado más tarde con San Judas Ciriaco), reveló a la Emperatriz y sus colaboradores el escondite del Santo Madero.
Santa Elena y su equipo de excavaciones encontraron tres crucifijos, en vez de uno, correspondiendo los dos sobrantes a cada uno de los dos ladrones que fueron crucificados junto a Jesús, tal como está escrito en el Evangelio. Al no saber cuál sería la Cruz de Nuestro Señor, se decidió acercarlas a una moribunda que yacía cerca, para ver si alguna obraba el milagro de curarla. Con las dos primeras no pasó nada, pero al sentir el tacto de la tercera cruz, la desahuciada se levantó diciendo: “¡Dios mío! ¡Estoy curada!”; con lo que supieron cuál era la que correspondía a Nuestro Señor.
Entonces, Santa Elena dispuso que la Cruz se dividiera en tres partes, para que pudiera ser venerada tanto en Roma como en Constantinopla y Jerusalén, desde donde se ha ido dividiendo hasta nuestros días. La Emperatriz y su hijo, Constantino el Grande, encomendaron entonces la construcción de la Basílica del Santo Sepulcro de Jerusalén, para que fuera custodiada una tercera parte del madero y pudiera ser venerada por todos aquellos que así lo quisieran.
En el año 614, el emperador persa Cosroes II, saqueó Jerusalén y se llevó consigo la parte de la Santa Cruz conservada en Jerusalén. Tras años de sangrientas luchas, el emperador bizantino Heraclio recuperó la Santa Cruz de manos del enemigo, realizando una ceremonia solemne en la cual era restaurada a la Basílica construida por Constantino. Esta ceremonia, realizada con gran dignidad, se llamó “Exaltación de la Santa Cruz”, y desde entonces, la fiesta se rememora, año con año.
El Lignum Crucis más grande de la Santa Cruz se encuentra en España, en el Monasterio de Santo Toribio de Liébana, en Cantabria.
Historia
Esta oración fue encontrada sobre la sepultura de Jesucristo en 1509 y enviada por el Papa al Embajador Carlos, cuando partió para el ejército a combatir a los enemigos y la envió a San Félix en Francia.
Promesas
*El que lea ésta oración, la oiga leer o la lleve consigo, no se quemará ni se ahogará, ni podrá ser envenenado con ningún veneno, ni caer en manos de sus enemigos o ser vencido en las batallas.
*Si una mujer se halla en cinta y oye leer, lee o lleva consigo ésta oración, saldrá pronto de su cuidado, será siempre tierna madre; y colocando la misma oración al derecho de su criatura cuando haya nacido, la preservará de 82 accidentes.
*El que lleve ésta oración consigo nunca se verá atacado de epilepsia y cuando se vea caer en la calle cualquier persona con este mal, basta colocar esta oración a su derecha para que se levante como si nada le hubiera pasado.
*El Señor ha dicho que se bendecirá al que escriba esta oración para sí o para otros. El que se burle de ella o la desprecia recibirá el castigo del cielo.
*La casa que tenga esta oración se verá exenta de los peligros del rayo y del trueno y al que la diga diariamente recibirá tres días antes de su muerte el aviso del cielo.
ORACIÓN
¡Oh, Santa Cruz! Madero hermoso donde murió mi Señor para darme eterna luz y librarme del contrario. Ante Ti me humillo y reverente imploro a mi Señor Jesucristo que por los padecimientos que sobre ti recibió en su Santísima Pasión me conceda los bienes espirituales y corporales que me convengan.
Elevada ante el mundo eres faro luminoso que congregas a tu alrededor a la cristiana grey para entonar cantos de gloria al Cristo Rey, al Dios hombre que siendo dueño de todo lo creado, permitió ser crucificado sobre ti para la redención del género humano.
Sobre Ti se operó el asombroso misterio de la Redención del Mundo. Desde entonces libras al cristiano de la culpa original y puede llamarse Hijo de Dios Eterno y aspirar a la gloria celestial.
¡Bendita Seas! Por los Siglos de los Siglos, fuiste entre los paganos signo de baldón y afrenta y Hoy eres emblema de cristiano y esperanza para ser perdonado por el sublime sacrificio de mi Señor Jesucristo, a quien esperamos servir y honrar por toda la Eternidad. Amén.
Santa Cruz de mi Jesús
expiró por darnos luz,
yo te doy mi reverencia
¡Oh preciosa y Santa Cruz!
El camino que nos marques
en el mundo seguiremos,
que a la cruz siempre abrazada
con su signo venceremos.
A tus plantas hoy me encuentro,
mi Divino Redentor,
hoy que con santa paciencia
cargue en el mundo mi cruz.
La Santa Cruz
baje y se extienda
y todo mal y peligro
la Santa Cruz nos defienda.
ORACIÓN
Oh Dios Omnipotente, que sufriste en la cruz la muerte para redimirnos de nuestros pecados.
Oh Santa Cruz de Jesucristo, sé mi verdadera luz.
Oh Santa Cruz de Jesucristo, ten piedad de mí.
Oh Santa Cruz de Jesucristo, sé mi esperanza.
Oh Santa Cruz de Jesucristo, aleja de mí toda arma cortante.
Oh Santa Cruz de Jesucristo, derrama en mi alma el bien.
Oh Santa Cruz de Jesucristo, aleja de mí todo mal.
Oh Santa Cruz de Jesucristo, hazme entrar en el camino de salvación.
Oh Santa Cruz de Jesucristo, aleja de mí todo temor a la muerte.
Oh Santa Cruz de Jesucristo, presérvame de todos los accidentes temporales y corporales para que pueda adorarte siempre así como a Jesús Nazareno a quien imploro tenga piedad de mí.
Haz que espíritu maligno visible o invisible huya de mí por todos los siglos de los siglos. Amén.
En honor de la preciosa sangre de Jesucristo y de su penosa muerte.
En honor de su resurrección y su encarnación divina por medio de la cual puede conducirnos a la vida eterna.
Que así como es cierto que Jesucristo nació en Navidad, que ha sido crucificado el viernes santo, que José y Nicodemus quitaron a Jesucristo de la cruz y que Jesucristo subió al cielo, que así digne libertarme de los ataques de mis enemigos tanto visibles como invisibles, desde hoy por todos los siglos de los siglos. Amén.
Dios Todopoderoso, entre tus manos entrego mi alma, Jesús, María, José, Ana y Joaquín, Jesús mío, por la amargura que sufriste por mí en la Santa Cruz, principalmente cuando tu alma sagrada se separó de tu cuerpo, ten piedad de mi alma cuando se separe de éste mundo.
Oh Jesús, concédeme el valor para soportar mi cruz a imitación tuya, enséñame a llevar con paciencia todos los sufrimientos y que mi temor a ellos se convierta en virtud. Que la omnipotencia del Padre se digne cubrirme con su sabiduría del Espíritu Santo.
Dígnate recibirme y conducir mi alma a la vida eterna. Amén.
(Con licencia eclesiástica)
Historia
Esta oración fue encontrada sobre la sepultura de Jesucristo en 1509 y enviada por el Papa al Embajador Carlos, cuando partió para el ejército a combatir a los enemigos y la envió a San Félix en Francia.
Promesas
*El que lea ésta oración, la oiga leer o la lleve consigo, no se quemará ni se ahogará, ni podrá ser envenenado con ningún veneno, ni caer en manos de sus enemigos o ser vencido en las batallas.
*Si una mujer se halla en cinta y oye leer, lee o lleva consigo ésta oración, saldrá pronto de su cuidado, será siempre tierna madre; y colocando la misma oración al derecho de su criatura cuando haya nacido, la preservará de 82 accidentes.
*El que lleve ésta oración consigo nunca se verá atacado de epilepsia y cuando se vea caer en la calle cualquier persona con este mal, basta colocar esta oración a su derecha para que se levante como si nada le hubiera pasado.
*El Señor ha dicho que se bendecirá al que escriba esta oración para sí o para otros. El que se burle de ella o la desprecia recibirá el castigo del cielo.
*La casa que tenga esta oración se verá exenta de los peligros del rayo y del trueno y al que la diga diariamente recibirá tres días antes de su muerte el aviso del cielo.
ORACIÓN
¡Oh, Santa Cruz! Madero hermoso donde murió mi Señor para darme eterna luz y librarme del contrario. Ante Ti me humillo y reverente imploro a mi Señor Jesucristo que por los padecimientos que sobre ti recibió en su Santísima Pasión me conceda los bienes espirituales y corporales que me convengan.
Elevada ante el mundo eres faro luminoso que congregas a tu alrededor a la cristiana grey para entonar cantos de gloria al Cristo Rey, al Dios hombre que siendo dueño de todo lo creado, permitió ser crucificado sobre ti para la redención del género humano.
Sobre Ti se operó el asombroso misterio de la Redención del Mundo. Desde entonces libras al cristiano de la culpa original y puede llamarse Hijo de Dios Eterno y aspirar a la gloria celestial.
¡Bendita Seas! Por los Siglos de los Siglos, fuiste entre los paganos signo de baldón y afrenta y Hoy eres emblema de cristiano y esperanza para ser perdonado por el sublime sacrificio de mi Señor Jesucristo, a quien esperamos servir y honrar por toda la Eternidad. Amén.
Santa Cruz de mi Jesús
expiró por darnos luz,
yo te doy mi reverencia
¡Oh preciosa y Santa Cruz!
El camino que nos marques
en el mundo seguiremos,
que a la cruz siempre abrazada
con su signo venceremos.
A tus plantas hoy me encuentro,
mi Divino Redentor,
hoy que con santa paciencia
cargue en el mundo mi cruz.
La Santa Cruz
baje y se extienda
y todo mal y peligro
la Santa Cruz nos defienda.
ORACIÓN
Oh Dios Omnipotente, que sufriste en la cruz la muerte para redimirnos de nuestros pecados.
Oh Santa Cruz de Jesucristo, sé mi verdadera luz.
Oh Santa Cruz de Jesucristo, ten piedad de mí.
Oh Santa Cruz de Jesucristo, sé mi esperanza.
Oh Santa Cruz de Jesucristo, aleja de mí toda arma cortante.
Oh Santa Cruz de Jesucristo, derrama en mi alma el bien.
Oh Santa Cruz de Jesucristo, aleja de mí todo mal.
Oh Santa Cruz de Jesucristo, hazme entrar en el camino de salvación.
Oh Santa Cruz de Jesucristo, aleja de mí todo temor a la muerte.
Oh Santa Cruz de Jesucristo, presérvame de todos los accidentes temporales y corporales para que pueda adorarte siempre así como a Jesús Nazareno a quien imploro tenga piedad de mí.
Haz que espíritu maligno visible o invisible huya de mí por todos los siglos de los siglos. Amén.
En honor de la preciosa sangre de Jesucristo y de su penosa muerte.
En honor de su resurrección y su encarnación divina por medio de la cual puede conducirnos a la vida eterna.
Que así como es cierto que Jesucristo nació en Navidad, que ha sido crucificado el viernes santo, que José y Nicodemus quitaron a Jesucristo de la cruz y que Jesucristo subió al cielo, que así digne libertarme de los ataques de mis enemigos tanto visibles como invisibles, desde hoy por todos los siglos de los siglos. Amén.
Dios Todopoderoso, entre tus manos entrego mi alma, Jesús, María, José, Ana y Joaquín, Jesús mío, por la amargura que sufriste por mí en la Santa Cruz, principalmente cuando tu alma sagrada se separó de tu cuerpo, ten piedad de mi alma cuando se separe de éste mundo.
Oh Jesús, concédeme el valor para soportar mi cruz a imitación tuya, enséñame a llevar con paciencia todos los sufrimientos y que mi temor a ellos se convierta en virtud. Que la omnipotencia del Padre se digne cubrirme con su sabiduría del Espíritu Santo.
Dígnate recibirme y conducir mi alma a la vida eterna. Amén.
(Con licencia eclesiástica)
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