Sor Lucía escribió al cardenal Carlo Caffarra:
“El enfrentamiento final entre Dios y Satanás
es sobre la familia y sobre el matrimonio”.
“Muchos matrimonios no son buenos;
ellos no complacen a Nuestro Señor y no son de Dios”.
Nuestra Señora de Fátima
La carta a Lucía
Lo cuenta el cardenal
Carlo Caffarra en una entrevista concedida a La
Voce di Padre Pio (marzo 2015). El purpurado tuvo el encargo
de Juan Pablo II de idear y fundar el Instituto Pontificio para los Estudios
sobre el Matrimonio y la Familia, del que es hoy profesor emérito.
“Al inicio de este
trabajo —explica Caffarra— escribí a sor Lucía de Fátima, a través del obispo,
porque directamente no se podía hacer. Inexplicablemente, aunque no esperaba
una respuesta, porque le pedía sólo oraciones, me llegó a los pocos días una
larguísima carta autógrafa —ahora en los archivos del Instituto”.
En esa carta de Sor Lucía
está escrito que el enfrentamiento final entre el Señor y el reino de Satanás
será sobre la familia y sobre el matrimonio. “No tenga miedo, añadía, porque
quien trabaje por la santidad del matrimonio y de la familia será siempre
combatido y odiado de todas formas, porque este es el punto decisivo”.
La columna que sostiene la Creación
La monja de Fátima
sostenía que la Virgen ya ha “aplastado” la cabeza a Satanás. “Se advertía –
prosigue el purpurado – también hablando con Juan Pablo II, que este era el
nudo, porque se tocaba la columna que sostiene la Creación, la verdad sobre la
relación entre el hombre y la mujer y entre las generaciones. Si se toca la
columna central cae todo el edificio, y esto ahora lo vemos, porque estamos en
este momento y lo sabemos”.
Profecías de Nuestra Señora del Buen Suceso
(Siglo XVII Quito, Ecuador)
“El
sacramento del matrimonio, el que representa la unión de Cristo con la Iglesia,
será atacado y profanado en toda la extensión de la palabra… [se aprobarán]
inicuas leyes procurando extinguirlo, facilitando a todos vivir mal y
propagándose la generación de hijos mal nacidos y sin la bendición de la
Iglesia, irá decayendo rápidamente el espíritu cristiano”.
“y muestro misericordia a millares, a los que me aman y guardan
mis mandamientos.” (Éxodo 10:6)
“Su misericordia se extiende de generación en generación para
aquellos que le temen”. (Lucas 1:50)
Jesús
enseña sobre el divorcio (Mateo 19:1-9)
“Aconteció que cuando Jesús terminó
estas palabras, se alejó de Galilea, y fue a las regiones de Judea al otro lado
del Jordán. Y le siguieron grandes multitudes, y los sanó allí.
Entonces vinieron a él
los fariseos, tentándole y diciéndole: ¿Es lícito al hombre repudiar a su mujer
por cualquier causa?
Él, respondiendo, les
dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los
hizo, y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y
los dos serán una sola carne? Así que no son ya más dos, sino una sola carne;
por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.
Le dijeron: ¿Por qué,
pues, mandó Moisés dar carta de divorcio, y repudiarla?
Él
les dijo: Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a
vuestras mujeres; más al principio no fue así.
Y yo os digo que
cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa
con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera.”
A continuación otras citas bíblicas en las que queda bien patente que si bien Dios es infinitamente misericordioso, también es Justo Juez, y que para beneficiarse de su misericordia tiene que mediar la conversión, la contrición por el pecado; el cambio de vida. Jesús perdonaba los pecados, pero detrás siempre instaba como condición que hubiera un cambio de vida: "vete y no peques más".
En estos momentos en los que parece reinar la confusión, y en el que se muestra solo una parte del mensaje, no está de más recordar qué nos dicen las escrituras. Tengamos temor de Dios, pues de Dios nadie se burla (Gálatas 6:7). Él es infinitamente misericordioso, sí, pero para los que lo aman, son fieles y guardan sus mandamientos.
En estos momentos en los que parece reinar la confusión, y en el que se muestra solo una parte del mensaje, no está de más recordar qué nos dicen las escrituras. Tengamos temor de Dios, pues de Dios nadie se burla (Gálatas 6:7). Él es infinitamente misericordioso, sí, pero para los que lo aman, son fieles y guardan sus mandamientos.
“Y
estableceré mi pacto contigo y con tu descendencia después de
ti, portodas sus generaciones, por pacto eterno, de ser Dios tuyo y
de toda tu descendencia después de ti”. (Génensis 17:7)
“Entonces
pasó el Señor por delante de él y proclamó: El Señor, el Señor, Dios compasivo
y clemente, lento para la ira y abundante en misericordia y fidelidad;” (Éxodo
34: 6-7)
“¡Cuán grande es tu bondad, que has guardado para
los que te temen, que has obrado para los que en ti se refugian, delante de los
hijos de los hombres!” (salmos 31:19)
“Ciertamente cercana está su salvación para los que
le temen, para que more su gloria en nuestra tierra”. (Salmos
85:9)
“Porque como están de altos los cielos sobre la
tierra, así es de grande su misericordia para los que le temen”. (Salmos 103:11)
“El bendecirá a los que temen al Señor, tanto a
pequeños como a grandes.” (Salmos 115:13)
“Digan ahora los que temen al Señor: Para siempre
es su misericordia.” (Salmos 118:4)
“Cumplirá el deseo de los que le temen, también
escuchará su clamor y los salvará”. (Salmos 145:19)
“El Señor favorece a los que le temen, a los que
esperan en su misericordia”. (Salmos 147:11)
“Entonces los que temían al Señor se hablaron unos
a otros, y el Señor prestó atención y escuchó, y fue escrito delante de Él un
libro memorial para los que temen al Señor y para los que estiman su nombre.” (Malaquías
3:16-18)
“Y del trono salió una voz que decía: Alabad a
nuestro Dios todos sus siervos, los que le teméis, los pequeños y los grandes”.
(Apocalipsis 19:5)
Mirad
que no os engañen…
"Porque
llegará el tiempo en que los hombres no soportarán más la sana doctrina; por el
contrario, llevados por sus inclinaciones, se procurarán una multitud de
maestros que les halaguen los oídos, y se apartarán de la verdad para escuchar
cosas fantasiosas". (Segunda carta a Timoteo 4; 3-4)
"Estoy
maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia
de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay
algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Mas si aun
nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que
os hemos anunciado, sea anatema (maldito). Como antes hemos dicho, también
ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis
recibido, sea anatema (maldito). Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o
el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los
hombres, no sería siervo de Cristo". (1ª de Gálatas 6-10)
LA VOZ QUE CLAMA EN EL DESIERTO
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