Por: Pbro. León Crisóstomo
Hay que estar atentos
porque los ángeles verdaderos tienen un ministerio o servicio como la Sagrada
Escritura, es tomar a los hombres de la mano para llevarlos y conducirlos -como
hacían los pedagogos de la antigüedad, pues eran los encargados de llevar al
niño ante el maestro o preceptor- hasta la presencia misma de Dios, así lo
comprendía el Apóstol San Pablo (Gal 3,24-26), para quien la Ley de Moisés
promulgada por los ángeles de Dios (Gal 3,19), sólo tenía la finalidad de
conducir al pueblo hasta Cristo el verdadero Maestro. Así verificamos una vez
más que los ángeles tienen el servicio, el ministerio y el deber exigido por
Dios de ser mensajeros, mediadores, amigos y compañeros de los seres humanos
para conducirlos al encuentro con Dios, pero jamás
<<protagonistas>> o con la pretensión de sustituir a Dios, por eso
todas sus acciones a favor de los hombres tienen como finalidad que éste adore
y glorifique a su Señor.
Bajo este
criterio de la Palabra que Dios ha revelado en la Sagrada Escritura comencemos
por tomar la actitud del divino Maestro, el único que tiene la plenitud del
Espíritu Santo, a quienes los ángeles fieles a Dios obedecen y sirven, y ante
quien los ángeles pervertidos tiemblan por el poder de su Nombre, digamos con
todas nuestras fuerzas en contra del ángel maldito líder de todos los ángeles
caídos devenidos en demonios: Apártate, Satanás, porque está escrito (Mt
4,10). Se trata sí, efectivamente de decidirse por lo que el Señor nos ha
revelado en su Palabra o por las instigaciones del ángel caído, y el criterio
es muy sencillo: si se trata de una doctrina o <<sabiduría>> que
contradice lo dicho por el Señor, no hay que dudarlo estamos parados ante una
doctrina angelical diabólica, está pervertido, es un fruto del árbol malo que
nos conducirá a la muerte, por tanto, hay que rechazarlo,
<<renegar>> de él decía San Cirilo de Jerusalén en su Catequesis
(19,4-8).
Desde este criterio
todos esos ángeles que son invocados fuera de los nombres que conocemos en la
Sagrada Escritura debemos tener mucho cuidado, porque han sido tomados de
libros apócrifos -ciertamente no nos espantamos por esto porque algunas
tradiciones católicas de la piedad popular fueron tomados de algunos libros
apócrifos, que aunque el término significa <<falso>>, en realidad
fueron tomados en la antigüedad como libros edificantes y piadosos;
completamente distintos de los libros que fomentaban herejías y que fueron
conocidos como notha, es decir, libros que contenían doctrinas
heréticas- y sobre todo cuando esos <<ángeles>> sólo son invocados
con carácter esotérico y mágico, pues se les invoca para cambiar las vibras,
las malas energías, y las situaciones negativas. Así a cada ángel se le invoca
para un día determinado, una situación concreta, por ejemplo el <<ángel
Samuel>> apoya a las personas que sufren de amor y respeto. Protege
contra la envidia y elimina la amargura; así se dice de Uriel que es el
encargado de las tierras y de los templos de Dios. Debe ayudar a las personas
que atraviesan etapas duras, cuida su integridad y alivia las fatigas.
Invocado hoy con gran frecuencia, Metratron no es un espíritu celestial, se trata de un ángel caído. (La imagen muestra un ejemplo típico en la iconografía de la New Age, hay que desconfiar siempre de este tipo estético de presentaciones de "ángeles", pues se trata en realidad de ángeles caídos.)
Los Nefilim o los caídos y el
demonio Metatrón
La fuente más antigua
de donde se pueden obtener muchos nombres de ángeles que no fueron revelados
por el Espíritu Santo, y seguramente con una clara finalidad, es el famoso
libro de Enoc en donde son llamados en hebreo los Nefilim o
Ángeles caídos, uno de sus líderes fue Semyazza; junto a Samael y Azael
conocido como el ángel que enseñó a los humanos el ocultismo, la magia, la
brujería y todas las artes de adivinación; Azkeel, Anane, Danel; todos ellos
según el libro de Enoc fueron ángeles que pecaron teniendo relaciones sexuales
con las hijas de los humanos. Pero nada de lo que se dice ahí es obra del
Espíritu Santo, por lo que no hay que darle tanta importancia; pero de todos
los nombres que se dan en el texto apócrifo, uno de los más conocidos por
muchas personas y que lo han popularizado los promotores de la New Age y su
doctrina del <<nuevo orden mundial>> bajo la constelación de
Acuario, es el Ángel Metatrón que aparece en muchas canciones, filmes, libros,
etc., con una serie de especulaciones en torno a su nombre y a su ministerio en
la corte celestial. El criterio para descubrirlo y desenmascararlo que se trata
de un ángel caído y por tanto es un demonio es muy sencillo, basta que lo
pongamos en la balanza de la Revelación divina contenida en la Sagrada
Escritura que funcionará como un poderoso escáner para mostrar su perversión y
falsedad, pues es un ángel de mentira y de muerte: Si la doctrina que
supuestamente ha comunicado fomenta la adoración al único Dios vivo y
verdadero; reconociendo explícitamente el señorío de Jesús ante quien se postra
para adorarle por ser el Cordero degollado que derramó su sangre por la
humanidad para liberarnos del poder del Maligno; fomenta la obediencia de los
mandamientos de la Ley de Dios; y sobre todo conduce al encuentro con Dios como
centro de la vida y de la historia, es un verdadero Ángel de Dios y hay que
escucharlo y dejarse conducir por él. Pero cuando es un ángel que poco a poco
saca a Dios del horizonte humano; no te habla de Jesús como el Hijo de Dios y
Salvador del mundo; no fomenta la obediencia de los mandamientos de Dios y de
la Palabra de Dios contenida en la Sagrada Escritura sino que
<<dicta>> otras escrituras e induce a la lectura de determinada
literatura que se aleja muchísimo de la revelación de Dios, incluso la
contradice; o quizá todavía más: no conduce al ser humano al encuentro con el
verdadero Dios objetivo, trascendente, personal, revelador, y comprometido con
la causa humana de la liberación de poder del Maligno y del pecado, y exigente
de la conversión de la mente y del corazón y la vuelta a la obediencia de la
Sagrada Escritura: Es un demonio.
Estos
<<Ángeles>> tienen la característica de hablar de Dios como
energía, como alma del universo, espíritu de la madre tierra, y señalan que
todo es divino, que a Dios lo encontramos en el interior del corazón humano, en
lo más profundo del ser; en realidad <<Dios>> es la esencia de lo
humano, el flujo que corre en todo su ser; presente de manera poderosa en la
mente humana que es capaz de transformar la realidad con solo quererlo y
desearlo. El universo está lleno de energía y todo confluye a una armonía…etc.;
pero observen, ¡Atención! Como decimos de manera popular <<mucho
ojo>>: Jamás habló de un Dios que habla en la historia y se revela con el
ser humano, y que busca una Alianza de amor con la humanidad; que envió a su
Hijo divino como él y se hizo hombre para liberarnos del poder del Maligno y
del pecado; que pide y exige un cambio de mentalidad por la fuerza de los
pensamientos de Dios; que pide que el ser humano asuma su responsabilidad y el
buen manejo de la libertad orientada por el Espíritu Santo. No hay exigencia
ética, no existe el compromiso y la responsabilidad, todo se vive de manera
mágica a partir del manejo de las energías existentes en el universo…es la
religión canaaníta de la antigüedad seduciendo con su esoterismo y ocultismo a
muchos judíos que empezaron a abandonar la religión de la Alianza y la
observancia de los mandamientos, y corrían tras la adivinación, las prácticas
de prostitución sagrada, los ritos y el culto a la fertilidad, el contacto con
la <<madre tierra>>, el quemar incienso debajo de la sombra de los
árboles, o en la cima de alguna montaña; como puede verse es la mezcla de magia
y superstición. En ningún momento, estos <<Ángeles>> nos toman de
la mano para ir al encuentro de la adoración del Señor, más bien éstos nos
meten en un camino de <<espiritualidad>> en el que nos van alejando
cada vez más del encuentro con el Dios personal revelado por Jesucristo.
Pensamos a modo de
hipótesis que la razón por la que Dios en su Divina Providencia no quiso
revelar el nombre de todos los ángeles y sólo permitió lo suficiente y
necesario en orden a nuestra salvación fue para evitar las confusiones que se
están dando en esta etapa de la historia fomentado por los ángeles caídos con
el propósito de desorientar a las personas y conducirlas a la perdición, y como
dijimos tenemos los datos suficientes y necesarios que debemos tener para
reconocer el ministerio de los ángeles fieles a Dios. Sin embargo, tras la
revelación traída por Jesucristo ya no se necesitaría el ministerio revelador
de los ángeles pues el Señor es la plenitud de dicha revelación, y ha conferido
a los hombres el ministerio de ser los <<mensajeros>> de la Palabra
de Dios, fue el nacimiento del ministerio apostólico y la fundación de la
Iglesia, quien es a modo de sacramento universal de Salvación, medianera de la
gracia para todos los pueblos, ahora le toca a la Iglesia, a la comunidad de
los liberados por el poder del Espíritu Santo, ser la mensajera de la
Revelación divina, pues ahora en esta etapa de la historia de la salvación, ya
no son los ángeles los que nos promulgan el Evangelio, sino el Hijo eterno del
Padre que se ha hecho hombre (Jn 1,14), en el seno purísimo y virginal de Santa
María (Lc 1,26ss). Y este mensaje que deberá ser proclamado hasta los últimos
rincones de la tierra ha sido encomendada a hombres de carne y hueso, en primer
lugar los Apóstoles del Señor después de la resurrección y Ascensión a los Cielos:
Jesús se acercó a ellos y les habló así:
“Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues,
y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y
del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he
mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del
mundo” (Mt
28,18-19).
Eso no quiere decir que
el ministerio de los ángeles quede obsoleto, de ninguna manera, pero ahora es
la Iglesia presidida por sus legítimos pastores quien será la continuadora de
la misión evangelizadora y salvífica de Jesucristo, esto lo estamos señalando
porque estas corrientes que circulan hoy en día y que hablan mucho de los
ángeles, obviamente que no hablan del carácter mediador de la Iglesia en cuanto
signo puesto por Jesucristo para ser el punto de referencia de la Revelación
divina, así <<la barca de Pedro>> queda relegada, no se necesita
según esta corriente, pues basta ponerse en contacto con los ángeles para
entrar en relación con esta fuente divina.
No hay que olvidar las palabras del
Apóstol San Pablo y que es el criterio que hemos manejado repetidas veces en
este pequeño trabajo, nadie tiene el derecho de cambiar el Evangelio de
Jesucristo por mucha autoridad que tenga en la Iglesia, ni tampoco un ángel
bajado del cielo, mucho menos presentarse como <<voz autorizada>>
de un mensaje que desorienta a muchas personas; pues si lo hacen, la maldición
pesa sobre ellos (Gal 1,8). Los únicos ángeles a quienes tenemos que invocar
con toda confianza son los que han sido revelados por sus nombres en la Sagrada
Escritura, así mismo el ángel que ha sido destinado por Dios para ser nuestro
amigo y compañero de camino: el ángel de la guarda; y finalmente invocando de
manera general a todos los ángeles fieles de Dios, con las debidas precauciones
que ya hemos visto a lo largo de este trabajo, y rechazando y haciendo caso
omiso ante la propuesta del culto a los ángeles que no remiten a Dios, que no
enseñan el camino de los mandamientos, que no nos llevan al encuentro con
Jesucristo, y que se muestran no como medios, sino como el fin de una nueva
manera y experiencia de vivir la espiritualidad, sumado a que son presentados
como <<remedios>> a tantas necesidades humanas, siendo
aparentemente para un beneficio humano, pero que finalmente se terminará siendo
atrapados en la dinámica propia del seductor del mundo.
(Final).
Visto en Como Vara de Almendro
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